La razón poético-pedagógica. Una lectura en clave educativa de la filosofía de María Zambrano
- Pérez Mejuto, Elena
- María del Carmen López Sáenz Director
Defence university: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 12 July 2024
- Jesús M. Díaz Álvarez Chair
- Antolín Sánchez Cuervo Secretary
- Carmen Revilla Guzmán Committee member
Type: Thesis
Abstract
Motivación de la Tesis: Más allá de los escritos zambranianos acerca del fenómeno educativo, la mayoría publicados durante su época universitaria y su estancia en Roma entre los años 1964 y 1965, descubrimos que la educación está presente en toda la obra de esta filósofa, como temática de fondo. Esto nos conduce a hacer una lectura de sus escritos en clave pedagógica, que no se ha realizado hasta el momento. Desarrollo teórico: En el primer capítulo, titulado «La vida y la obra de María Zambrano desde una perspectiva educativa», se analizan los cimientos de la pedagogía zambraniana a través de las denominadas «pedagogías acogidas», que son aquellas que Zambrano adopta de referentes que no han sido sus maestros directos, pero han ejercido una gran influencia en ella. Estas pedagogías nos muestran la importancia que la autora le concede a la filosofía de la educación, lo cual pone de manifiesto la necesidad de revisar los estudios realizados sobre la razón poética zambraniana en clave educativa. El segundo capítulo, titulado «La razón poética: una razón pedagógica», es una revisión de las aproximaciones a la razón poética desde una perspectiva educativa y un análisis de los mensajes pedagógicos que se desprenden de la propia obra de Zambrano. A partir de lo anterior, se descubre el influjo de las primeras renovaciones pedagógicas del siglo XVIII en el pensamiento de Zambrano. En el tercer capítulo, con el título «Revisión de las renovaciones pedagógicas a través de la mirada zambraniana», se revisan las principales renovaciones pedagógicas desde la Antigüedad hasta la actualidad. En este capítulo, nuestro interés se centra, principalmente, en descubrir cómo entronca la filosofía educativa de Zambrano con el movimiento renovador de la Escuela Nueva, que llega a España a través de la Institución Libre de Enseñanza, durante el período de la Segunda República. Dicho movimiento aspiró a vincular la educación con la vida, reivindicó la acción frente a la instrucción y enfatizó la libertad del educando. Detectamos que, a priori, estos tres aspectos dialogan con la razón poético-pedagógica de Zambrano. De hecho, si tenemos en cuenta la importancia decisiva que adquiere el sentir, consistente en sacar a la luz lo oscuro, en el trayecto zambraniano, en este capítulo se desarrolla plenamente su sentido a través de los tres aspectos que caracterizan a la Escuela Nueva: la orientación de la vida, el énfasis en la actividad y la importancia de la libertad del educando. Por este motivo, nos aproximamos a las principales ideas pedagógicas renovadoras teniendo en cuenta cómo han rescatado el sentir y lo poético para integrarlos en una razón más ancha que la del racionalismo. Por último, el cuarto capítulo, titulado «Las claves de una pedagogía zambraniana», sintetiza el pensamiento educativo de Zambrano en torno a unas claves esenciales en su obra: la crisis del sentido, la concepción dominante del tiempo y el abandono de los sueños o la vigencia exclusiva de aquellos que se sostienen por el ansia de realizar un ideal supremo en el que el sujeto se reviste o se fabrica una máscara. En realidad, de toda esa parte sumergida de su obra que gira en torno al centro educativo van germinando unas ideas que se exponen a la luz de los problemas actuales de la educación a partir del sentido de la «crisis» establecido por la racionalidad tecnológica y lucrativa, alrededor de los sueños guiados por un sentir que ha quedado reducido a carga emotiva, y en torno al tiempo concebido homogéneamente y como coordenada de planificación. En este cuarto capítulo también presentamos unas notas zambranianas que, a nuestro modo de ver, recogen la preocupación de la autora por la educación: el sentir de participación y los afectos en la esfera educativa, el arte y el pensamiento como medios de expresión y conocimiento, y los saberes y prácticas humanísticas, a través de las que Zambrano reconecta la finalidad de la educación con la transformación del sujeto, entendida como un renacer y un recomenzar inacabable en el que la imaginación, la intuición, las pasiones y los afectos participan íntimamente en el pensamiento y la reflexión, para que la persona pueda seguir educándose a sí misma, cultivando su humanidad. Conclusión: El secreto de la filosofía educativa de Zambrano es la participación en el mundo de una renovada utopía que descolonice a la educación de la utopía violenta hacia la que actualmente se orienta. Zambrano piensa en una enseñanza capaz de soñar un mundo mejor desde una conciencia que no suprima ni falsifique el sentir, y desarrolle nuestra humanidad. La utopía no violenta de su razón poético-pedagógica emerge del esclarecimiento del fracaso y del drama humano, o mejor, la pedagogía fundada en la razón poética reclama el tránsito de un modo trágico a un modo ético de hacer la historia y también de educar. Esto es así porque Zambrano no solo ve la historia personal y la común como una verdad que debemos conceptualizar para así poder comprender, sino también como aquello que necesitamos descifrar para ampliar la realidad e ir abriendo el futuro con ella, subvirtiendo las circunstancias a través de una forma diferente de sentir que se concilie con la inteligencia mediante la ampliación del tiempo y el lenguaje. La autora no entiende la historia como un sistema de las experiencias humanas que, en palabras de Ortega y Gasset, forman una cadena inexorable y única, sino, más bien, como experiencia sumergida que precisa de un tiempo que nos concierna ¿para que se revele lo que no se muestra a simple vista?, y de la acción del pensamiento unido al sentir ¿para poder pensar lo impensado?. Zambrano ofrece así un indudable mensaje a la educación: que la razón, el conocimiento y las formas de acceder a él deben llegar a las profundidades del individuo y de la vida social para lograr una educación humanizadora en su grado máximo o, dicho de otro modo, una educación que desarrolle una verdadera inteligencia incorporando la dimensión creativa, activa e intuitiva del conocimiento, ampliando el campo de la racionalidad a la sensibilidad y la afectividad.