El discurso ideológico en "Ulises" de James Joycenarrativas de dominio y opresión
- Segarra Bonet, María
- Dámaso López García Director/a
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 22 de octubre de 2007
- Félix Martín Gutiérrez Presidente/a
- Ángel García Galiano Secretario/a
- Antonio Ballesteros González Vocal
- Isabel Durán Giménez-Rico Vocal
- María Soledad Morales Ladrón Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El proyecto estético o el propósito enciclopédico ha dado respuesta a la extensa red de alusiones que entrecruzan la narrativa de Ulises, de modo que ha prevalecido tan sólo su aspecto formal sobre su contenido subyacente. Esta red alusiva conforma un subtexto ideológico que, más allá de socavar con la forma la convención cultural y los principios ideológicos del pensamiento Occidental, como se ha argumentado, apunta a un medio geopolítico específico, el de la historia de Irlanda en su situación bajo el colonialismo. El término "Narrativas de Dominio y Opresión intenta comprender las corrientes narrativas que recrean el espacio cultural promovido por el poder imperial: el uso del lenguaje y del espacio como instrumentos de control, formas culturales determinadas por prácticas socio-políticas y económicas específicas, al igual que aquellas contracorrientes que sintomáticamente reflejan el impacto del discurso del poder en el espacio urbano: la narrativa fragmentada de una población deprimida, realidad que emerge en el subtexto de motivos clave e imágenes fragmentadas y que apuntan, de modo sutil, a una historia de pobreza y miseria. Pero sobre todo, el estudio actual señala la relación entre las analogías culturales y el entramado alusivo a hechos históricos y culturales que, bajo la aparente disrupción formal, conforman el subtexto ideológico: el del pecado original de la mujer transferido a la historia colonial de Irlanda. De este modo, la dimensión histórica de la traición colectiva a Parnell se refleja textualmente en la odisea doméstica de Bloom. El último capítulo, Penélope, considerado como no conclusivo en la historia, es, por el contrario, la última palabra concedida a un sujeto supeditado, sin acceso a su propio lenguaje, en lo que ha sido la versión masculina de la historia y, cómicamente, de una traición marital.