La ontología de la historia de Nietzsche

  1. Puche Díaz, David
Dirigida por:
  1. Juan Manuel Navarro Cordón Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 12 de abril de 2010

Tribunal:
  1. Jose Luis Pardo Torío Presidente/a
  2. Antonio Miguel López Molina Secretario/a
  3. María Jesus Mingot Marcilla Vocal
  4. José Emilio Esteban Enguita Vocal
  5. Diego Sánchez Meca Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El punto de partida de esta investigación es el hecho, constatado por Nietzsche, de que Occidente siempre ha estado en crisis. Si bien el hombre, en cuanto tal, es esencialmente nihilista, en Occidente la crisis ha sido advertida desde siempre, marcando toda su autorreflexión. Sin embargo, tal crisis constitutiva se agrava en la modernidad tardía, lo que conduce a un estado (que afecta a la época de Nietzsche y afectaría aún hoy a la nuestra) de estancamiento, de improductividad cultural e histórica. Nos hallaríamos, según los análisis de Nietzsche, ante una autoperpetuación indefinida del mismo estado de cosas, lo cual implica la destrucción del carácter creador del hombre y, en última instancia, la destrucción de la posibilidad misma de la libertad, que en la ontología nietzscheana se revela como la posibilidad de una re-creación continua del mundo. Estaríamos así, tal vez, ante un “final de la historia” nada halagüeño. Partiendo de este diagnóstico de la tardomodernidad, me propongo llevar a cabo un estudio de la ontología nietzscheana, a la que me refiero como “ontología de la historia” (o “de la cultura”), la cual, intento mostrar, no se decanta ni por un radical historicismo (de corte relativista) ni por un antihistoricismo reaccionario (biologicista), como frecuentemente señala la crítica, sino que aúna en un único y coherente discurso la “naturaleza de la historia” y la “historia de la naturaleza” humanas. De esta forma, la reflexión en torno a la historicidad es una reflexión en torno a la naturaleza humana, y viceversa. La reconstrucción de la ontología nietzscheana, partiendo de esto, seguirá en todo momento el concepto de lo ahistórico, que considero el concepto central de todo el pensamiento nietzscheano. Mostraré cómo aquél es una modulación del concepto de lo dionisíaco, y cómo, a su vez, tiene su prolongación en el eterno retorno de lo mismo, en cuanto interpretación nietzscheana de la temporalidad originaria y, por tanto, clave para una reconstrucción (cultural y política) de la historicidad que pueda “desbloquear” la historia. A partir de dicho análisis deduciré estructuralmente el resto de los grandes “rótulos” del pensamiento nietzscheano, mostrando la unidad esencial del mismo, en el que no se produce ruptura alguna.