Isaiah Berlinlibertad, pluralismo e incompatibilidad de los valores

  1. Martínez Gómez, Luis Antonio
Dirigida por:
  1. Víctor Abreu Fernández Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 11 de septiembre de 2015

Tribunal:
  1. Francisco Javier Bobillo de la Peña Presidente/a
  2. María Benita Benéitez Romero Secretario/a
  3. Fernando Vallespín Oña Vocal
  4. Elena García Guitián Vocal
  5. Ramón Cotarelo García Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El objetivo de este trabajo de investigación es indagar en la hipótesis que juzgue la coherencia del Pluralismo político de Isaiah Berlin. Hasta donde alcanzamos a conocer, una estructura de este tipo no ha sido formulada todavía, al menos, tal y como intentamos hacerlo en esta exposición. Nos exige y requiere valorar la correspondencia e interrelación de los elementos de ese mismo Pluralismo. Esto es, entre sus fundamentos epistemológicos (objetividad intelectiva de la filosofía del lenguaje y el empirismo); disciplinares y metodológicos (fundamentación de la Historia de la Ideas); conceptos clave (libertad); filosofía moral (incompatibilidad de los valores); visión de la naturaleza humana (individuo libre no social); y escenario histórico final resultante a la luz del siglo XX. En relación todo ello con la esfera política, como sustentadora de la pregunta por la obediencia política y los términos de su legitimación y consentimiento bajo el modelo pluralista. El Pluralismo, como filosofía política propiamente dicha, fue la respuesta que Isaiah Berlin elaboró cuando arribó a una certeza fundamental en su trayectoria intelectual y académica, al sospechar que nuestra época no alcanzaba a comprender del todo, y a fondo, los fundamentos científico-metodológicos y las interrelaciones histórico-políticas del modelo conceptual con el que se pensaba a sí misma. La envergadura de la visión berliniana se calibra bien en el escenario, casi ex novo ¿sobre todo si del mundo anglosajón se trataba-, que debió alzar, previamente y en perspectiva de siglos, hasta abarcar toda la época moderna. Primero, temporalmente, los últimos tres siglos y, después, conceptualmente, interrogando a toda la Historia de las Ideas acerca de qué clase de modelos o patterns de pensar condujeron a nuestra época a las catástrofes que padeció, especialmente en el siglo pasado. En este viaje, Berlin debió, ante todo y sobre todo, esclarecer y recuperar la legitimidad y autonomía del conocimiento y la moral propias del individuo intelectivamente libre, pues, sin ella, nada de lo anterior le hubiera sido posible. El Pluralismo de Berlin emplazó, así, la pregunta por la vida individual en una esfera inédita o poco habitual para el siglo XX europeo. Enraizó a la libertad como corazón de las condiciones de objetividad del conocimiento intelectivo ¿como libertad básica-, y le dio vuelo hasta los límites que la filosofía moral del Pluralismo asume como propios: la incompatibilidad de los valores, como espacio social final de cualquier subjetividad políticamente operativa por parte de un individuo libre que tiene ante sí a otro individuo y con el que, velis nolis, comparte lenguaje y mundo. Este cuadro, como examinaremos, dio como resultado una composición anómala para el siglo XX, en comparación con los modelos dominantes -vitalistas, existencialistas, funcionalistas, tecnocráticos-, las ideologías ¿totalitarismos, fundamentalismos, socialismo, nacionalismo, conservadurismo, liberalismo- y los sistemas de valores ¿monismo y relativismo-, raíces de aquella incomprensión de nuestra época que hemos señalado más arriba.