La internacionalización del sector editorial español, (1898-2014)

  1. FERNANDEZ MOYA, MARIA
Zuzendaria:
  1. Nùria Puig Raposo Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 2015(e)ko urria-(a)k 27

Epaimahaia:
  1. Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo Presidentea
  2. Jesús Antonio Martínez Martín Idazkaria
  3. Abdón Mateos López Kidea
  4. Lorenzo Delgado Gómez-Escalonilla Kidea
  5. Paloma Fernández Pérez Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

Este trabajo desmiente la imagen típica de la tardía internacionalización de la empresa española, que muchos autores sitúan en los años ochenta y noventa del siglo XX, tras la incorporación de España a la Unión Europea. Por el contrario, el modelo de internacionalización de las editoriales ha sido un proceso secular de aprendizaje acumulado que comenzó a finales del siglo XIX, es decir durante la etapa conocida como Primera Globalización. ¿Cómo se explica esa evolución tan diferenciada respecto a otros sectores? El alto nivel educativo de un grupo editores, muy superior a la media española, les confirió unas habilidades para detectar oportunidades de negocio en el exterior y una actitud abierta, caracterizada por una menor aversión al riesgo. La historia colonial y el idioma compartido animaron a unos editores asfixiados en el estrecho mercado nacional, a utilizar a los mercados latinoamericanos como mercado exterior. En esos países contaban, además, con redes sociales que les permitieron superar la desventaja o el inconveniente del extranjero (liability of foreignness) en los primeros pasos del proceso de cruzar fronteras. Desde esa etapa, los editores españoles fueron acumulando dos tipos de conocimiento sobre aquellos mercados, tácito y codificado. La estructura de empresa familiar, mayoritaria en el tejido, facilitó el traspaso generacional de esos dos activos fuente de ventaja competitiva. La situación de la industria española durante la Guerra Civil y la dura posguerra frenó ese prometedor proceso de internacionalización. La recuperación del liderazgo español en el sector del libro en castellano tendría que esperar a los años sesenta. En 1963, el sector editorial fue incluido como sector prioritario dentro de la nueva planificación franquista y, como tal, recibió ayuda económica directa en forma de desgravaciones a la exportación y créditos blandos. Esta ayuda financiera recibida fortaleció el proceso de internacionalización del sector y permitió su modernización tecnológica, situando a los editores españoles en una posición ventajosa en la etapa posterior, caracterizada por la concentración empresarial y las crisis económicas recurrentes en América Latina. Ambos fenómenos han desembocado en la creación de grandes grupos editoriales, que incorporan bajo su paraguas sellos históricos. Este método de fusiones ha sido la vía más rápida y menos costosa para incorporar el conocimiento acumulado por las compañías adquiridas y una marca de renombre, dos elementos vitales para gestionar con éxito la distancia cultural, elemento clave en el proceso de internacionalización del sector.