Culto y ritual en la Capilla de Adijalamani en el templo egipcio de Debod

  1. MARTÍN VALENTÍN FRANCISCO JOSÉ
Dirigida por:
  1. Federico Lara Peinado Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de octubre de 2006

Tribunal:
  1. Gonzalo Bravo Presidente/a
  2. Santiago Montero Herrero Secretario/a
  3. Narciso Vicente Santos Yanguas Vocal
  4. Nicolas Grimal Vocal
  5. Sabino Perea Yébenes Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 136046 DIALNET

Resumen

El rey meroítico Adijalamani (hacia 200-185 a.C.), sucesor inmediato de Arkamani (Eergamenes II) fue el responsables de la construcción en el lugar de Debod de una Capilla con vocación futura de templo, compuesto por una sola sala, especialmente dedicado al dios Amón de Debod y a la diosa Isis del Abatón, en Filé. La intención político-religiosa por la que dicha construcción se llevó a cabo parece que hubiera sido proclamar el derecho divin que, como hijos del dios Amón de la "Montaña Pura" en el Dyebel Brakal, asistía a los reyes meroítas, sucesores de los faraones de la dinastía XXV. El programa teológico que inspiró la única construcción religiosa conocida de Adijalamani, la Capilla-Templo de Debod, consistía básicamente en declararse hijo divido del dios Amón de Debod, en este caso, un trasunto del Amón del Dyebel Barkal, y de la diosa Isis del Abatón, bajo el especial aspecto de la diosa Isis-Hesat. Por tal razón, considerando las representaciones y los textos existentes en la Capilla-Templo, parece claro que la misma era fundamentalmente un Mammisi o "casa de nacimiento divino" establecida a favor de Adijalamani y destinada a reforzar la naturaleza divina del soberano meroíta. Desde el punto de vista ritual, la Capilla-Templo de Debod es, además, un completo manual del rito del culto divino diario. Allí constan todos y cada uno de los principales pasos litúrgicos necesarios para obtener la efectiva permanencia de la residencia del dios en su sede o castillo, "Ta-Hut" (Debod). En resumen, la Capilla-Templo de Adiajalamani en Debod constituye una trascendental monumento que contiene una rica documentación que permite un mejor estudio de las creencias religiosas de los meroítas del siglo II a.C.