Del compromiso nacionalista a la insurrecciónCuba y Estados Unidos 1933-1959
- PETTINÁ, VANNI
- José Antonio Sánchez Román Doktorvater
- Consuelo Naranjo Orovio Doktorvater/Doktormutter
Universität der Verteidigung: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 27 von Mai von 2010
- Elena Hernández Sandoica Präsident/in
- Rosario de la Torre del Río Sekretär/in
- Inés Roldán de Montaud Vocal
- Antonio Annino von Dusek Vocal
- Laura Ruiz Jiménez Vocal
Art: Dissertation
Zusammenfassung
Desde una mirada que pretende superar el paradigma tradicional de análisis de las Relaciones Internacionales en la lectura del conflicto Cuba-Estados Unidos, insertando en dicho análisis el contexto como parte de las dinámicas que afectan las relaciones, esta tesis muestra como el desenlace de la resolución conflictiva de las relaciones entre los revolucionarios cubanos y el gobierno de los Estados Unidos, no era inevitable. Durante los años 30, el gobierno de los Estados Unidos mantuvo una relación de cooperación con las élites nacionalistas latinoamericanas, incluidas las cubanas. Fidel Castro bebía de las fuentes del nacionalismo cubano y, de hecho, su organización política era nacionalista y no marxista. Sin embargo, algunos cambios estructurales como el conflicto bipolar fue determinante en la desestabilización de los equilibrios políticos que se habían forjado en el país después de la Revolución de 1933. Al mismo tiempo, el impacto de la Guerra Fría sobre la política exterior norteamericana fue un factor decisivo en condicionar la respuesta de Washington frente al nacionalismo revolucionario de Fidel Castro. En síntesis, la crisis política cubana que condujo a la insurrección de 1956-1959 y, posteriormente, a la revolución de Fidel Castro empezó con la desarticulación del proyecto nacionalista democrático cubano encarnado por el PRCA. Sobre su fracaso incidieron problemas internos. Sin embargo, este trabajo ha mostrado cómo el impacto de la Guerra Fría sobre la política exterior norteamericana hacia el país influyó, profundizándolo, el recorrido de la crisis local. En conclusión, si durante los años 30 y 40 la política exterior norteamericana había desempeñado una función estabilizadora, después de 1948, al hilo de la Guerra Fría, empezó a actuar como un agente de desarticulación de los viejos equilibrios cubanos-roosveltianos. Se trataba de la conclusión del New Deal cubano-americano, nacido de las cenizas de la república poscolonial después de 1933. Esta tesis se esfuerza en demostrar que la dirección tomada por los acontecimientos entre 1956 y 1959 no sería comprensible sin considerar el impacto del escenario internacional. En particular, este trabajo ha destacado cómo el cruce entre el conflicto bipolar y el proceso de descolonización proyectó, después de 1954, su sombra sobre América Latina y Cuba. Dicho proceso alteró la percepción de la administración Eisenhower respecto a los nacionalismos periféricos y fue la base del conflicto entre Washington y