Buenas prácticas de asesoramiento psicopedagógico estudio sobre el trabajo de dos orientadores de educación secundaria expertos y eficaces

  1. Luna Chao, María
Dirigée par:
  1. Emilio Sánchez Miguel Directeur/trice
  2. Elena Martín Directeur/trice

Université de défendre: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 16 juin 2011

Jury:
  1. Isabel Solé Gallart President
  2. Gerardo Echeita Sarrionandia Secrétaire
  3. Consuelo Vélaz de Medrano Ureta Rapporteur
  4. Kevin Woods Rapporteur
  5. José Ricardo García Pérez Rapporteur

Type: Thèses

Résumé

En España, según el actual marco teórico y legislativo, los psicólogos y psicopedagogos que trabajan en el contexto escolar (orientadores) deben contribuir a asegurar la atención a la diversidad y la educación integral de todos los alumnos. Para cumplir dicho objetivo es fundamental que orientadores y profesores realicen una tarea de construcción conjunta de nuevos significados, que ayuden prevenir dificultades mejorando los procesos de enseñanza y aprendizaje; esto supone articular una estrecha colaboración. No obstante, se ha puesto de manifiesto que los orientadores encuentran dificultades para llevar a cabo este tipo de intervención colaborativa. La investigación que da lugar a esta tesis doctoral tiene el objetivo de complementar el estudio de las documentadas dificultades llevando a cabo un estudio de buenas prácticas. Durante un curso escolar se observaron las actividades realizadas en sus centros escolares por dos orientadores de educación secundaria expertos y eficaces. Además, se registró el discurso que mantuvieron profesores y orientadores en las reuniones de tutores que celebraban semanalmente, y se entrevistó en varias ocasiones a los participantes. El análisis cualitativo de estos datos supuso la elaboración de categorías para dar cuenta, principalmente, de las temáticas, más o menos preventivas, que se trataron en las reuniones y de la actividad, más o menos colaborativa, que allí desplegaron los participantes. Pese a que también en estos casos queda documentado el escaso asesoramiento directo a la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, estos orientadores destinan mucho tiempo y discurso a la coordinación con los profesores para mejorar los procesos educativos más generales que se articulan en el centro. La práctica de estos profesionales gira en torno a un auténtico trabajo conjunto entre profesores y orientadores para resolver y anticiparse a los problemas del centro y de determinados alumnos. Para lograrlo, los orientadores combinan diversos recursos en una práctica altamente estratégica. Algunos de los que más parecen contribuir a una colaboración eficaz son el ofrecimiento de soluciones protocolizadas y la construcción de un adecuado clima de la relación. El conocimiento en profundidad de los elementos fundamentales de estas buenas prácticas de intervención psicopedagógica puede ser de utilidad para mejorar los procesos de formación de los orientadores. Algunos extractos de las conclusiones, limitaciones y posibles líneas para elaborar el resumen de arriba: Un resultado relevante es que los orientadores participantes dedican abundante tiempo y, junto con los profesores, una importante parte de su discurso a la coordinación de aspectos que atañen a todo el centro educativo. De este modo trabajan tratando de prevenir dificultades, lo cual se había documentado como una actividad complicada para los orientadores. El análisis más microscópico de su colaboración permite documentar que los orientadores ofrecen protocolos de actuación a los profesores como herramienta para favorecer la coordinación. Dificultad para asesorar sobre procesos de enseñanza y aprendizaje. Pocos espacios y tiempos. Estos ejemplos de buenas prácticas lo hacen poco. Pero sí llevan a cabo tareas teóricamente muy importantes como la coordinación para trabajar aspectos que atañen a todo el centro educativo, y por lo tanto en la prevención de dificultades, lo cual se había documentado como una actividad complicada. Un elemento esencial del trabajo para la coordinación es el ofrecimiento por parte de los orientadores de ciertos protocolos de actuación. Este dato apunta a que en estos dos ejemplos de práctica no aparece la documentada dificultad de adelantarse a las soluciones antes de haber compartido la definición del problema. De este mo-do, corroboramos con evidencia desde la práctica, que detenerse en las definiciones antes de resolver puede ser un elemento importante de una colaboración eficaz. No obstante, tiene interés constatar que se emprenden relativamente pocos procesos más formales y compartidos de revisión, en los que todos los participantes tienen oportunidad de aprender acerca de qué ha dado mejores soluciones. No obstante, ésta actividad conjunta no debe interpretarse exclusivamente como una resolución de problemas propiamente dicha: el intercambio de asuntos informativos es un complemento necesario y permite observar que algunas situa-ciones que han sido un auténtico problema se han transformado en situaciones so-bre las que no hay que construir una solución sino aplicar una determinada ya cons-tatada como útil para el funcionamiento del centro: un protocolo. De momento sólo hemos podido asomarnos a su importancia para la coordinación y a cómo los asuntos, especialmente los que presentan protocolos, amortiguan algunos procesos cálidos de la resolución de problemas, al reducir la exigencia de la construcción de solu-ciones y permitir espacio para la construcción de la relación. Un clima particu-larmente favorable y una relación bien construida pueden amortiguar el desafío que se experimenta al afrontar una tarea exigente. la participación de los profesores se puede describir como media o media alta, y que es más elevada en las búsquedas de solución que la observada en otras prácticas; pero la situación más frecuente es una construcción auténticamente compartida, en la que unos y otros participantes aportan aspectos esenciales del contenido trabajando en equipo.