Patrimonio cultural para el desarrollo humano desde el enfoque de capacidades de Amartya Sen
- Revert Roldán, Joaquin Manuel
- José Martín Martínez Director/a
- Alfons Martinell Sempere Codirector/a
- Ester Alba Pagán Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 11 de septiembre de 2017
- Jesús José Prieto de Pedro Presidente
- Nuria Tabanera Secretario/a
- Rafael Cejudo Córdoba Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta tesis tiene por objetivo analizar la relación entre ciudadanía y patrimonio cultural bajo los postulados del Enfoque de Capacidades (EC) promovido principalmente por Amartya Sen y otros autores que se han sumado a este enfoque. El EC nos permite metodológicamente evaluar el estado social de las cosas (nivel de desarrollo humano) desde lo que el sujeto (individual y colectivo) quiere hacer y ser en la vida contando para ello con recursos en forma de bienes culturales del pasado (objeto/elemento patrimonial) que reconoce y le permite funcionamientos relevantes en su vida. En el desarrollo de este trabajo retomamos conceptos que ya hemos formulado y usado en anteriores publicaciones propias como “sociedad patrimonial” y “hecho patrimonial”, que vienen a constituir el objeto propiamente de estudio en su contribución al desarrollo humano de una comunidad, y en el bienestar y agencia del individuo autónomo, libre y responsable. Más allá del enfoque utilitarista o los centrados en el objeto (patrimonial), analizamos cómo nuestra relación inalienable con el pasado cultural e histórico de las gentes permite al ser (individual y colectivo) desarrollar funcionamientos valiosos para sus vidas. Podemos así constatar las implicaciones que el patrimonio cultural tiene para la vida buena en las personas, en sus relaciones sociales, políticas y culturales, superando los criterios de valor que mayoritariamente suele atribuir la literatura científica occidental al patrimonio: autenticidad, originalidad, antigüedad, o identidad. Entendemos que el patrimonio cultural no es extraño al desarrollo humano y que este desarrollo no puede centrarse en la medición de la renta sino que también debe incluir aquello que los seres humanos podemos hacer y ser desde las expresiones del patrimonio cultural. Queremos así sumarnos a los postulados de la Cultura para el Desarrollo, más allá de los estudios sobre la contribución de las industrias culturales al crecimiento económico de las comunidades, para observar que, concretamente el patrimonio, permite a las personas impactar y transformar (agencia) su realidad social y económica, y mejorar su bienestar. Los factores institucionales, o de mercado no deberían distorsionar los alcances que las personas pueden obtener para el desarrollo humano de sus vidas. Nuestra conclusión es que el “hecho patrimonial” (relación patrimonio-ciudadanos) puede entenderse como una capacidad humana que añadir a las capacidades de Sen y Nussbaum, para ser tenida en cuenta en los procesos de desarrollo a través de la cooperación, y ante los retos de la nueva Agenda Internacional para el Desarrollo Sostenible 2030. La dimensión capacitadora del patrimonio se muestra esencialmente en los usos posibles de éste. Unos usos que deberemos revisar y determinar tras procesos de valoración y decisión compartidos, deliberados y no forzados, y donde la gestión de esos usos –que atañen a la colectividad- obtienen resultados sostenibles y capacitadores en ejemplos de gestión de bienes comunes.