Transcendentalism, mysticism and imagination in the poetic discourse of Jones Very, Wallace Stevens and Stanley Cavell
- RODRIGO MINGUET, INMACULADA
- Anna M. Brígido-Corachán Director/a
- Paul Scott Derrick Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat de València
Fecha de defensa: 19 de diciembre de 2019
- Carme Manuel Presidente/a
- Elena Ortells Montón Secretario/a
- Dídac Llorens Cubedo Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA FACULTAT DE FILOLOGIA, TRADUCCIÓ I COMUNICACIÓ DEPARTAMENT DE FILOLOGIA ANGLESA I ALEMANYA Transcendentalismo, Mística e Imaginación en el Discurso Poético de Jones Very, Wallace Stevens y Stanley Cavell Programa de Doctorado en Lenguas, Literaturas y Culturas y sus Aplicaciones Código 3135 Tesis Doctoral presentada por Inmaculada Rodrigo Minguet Supervisada por Dra. Anna Mª Brígido Corachán Dr. Paul Scott Derrick Grisanti Valencia, 2019 Introducción: La Condición del Ser. La Necesidad de Saber. Entre aquellas características esenciales que definen al ser humano, sin duda alguna, se encuentran el pensamiento racional y el lenguaje. Como cualidades inherentes al individuo, en su evolución se refleja la preocupación por conocer y definir cuál es la condición de su naturaleza como ser. El individuo no solo se percibe a sí mismo como un ser físico, sino también como un ser espiritual. A lo largo de la historia, este conocimiento de su ser, o auto-conocimiento, ha estado influenciado por la dualidad implícita en una percepción objetiva y subjetiva de la realidad. La realidad, entendida como la experiencia que el individuo tiene del mundo, no podría comprenderse tan solo como una experiencia objetiva a partir de los sentidos, sino también como un acercamiento subjetivo, en tanto en cuanto dicha experiencia se encuentra mediada por el pensamiento del individuo y, consecuentemente, por su interpretación interna del mundo. Se convierte en una experiencia que imbuye el pensamiento del individuo de un sentimiento de continuidad entre lo material y lo espiritual. La actitud contemplativa e introspectiva del místico junto con la expresión creativa del poeta en su visión interna del mundo serán instrumentos esenciales para el individuo en este proceso de autoconocimiento y de conciencia de sí mismo. Durante el Romanticismo en Europa y en la América del siglo XIX especialmente, la búsqueda de autoconocimiento en la percepción de afinidad entre lo sensual y lo espiritual jugaría un papel importante en el crecimiento intelectual, quedando así el conocimiento derivado de una experiencia mística integrado en el marco filosófico y poético que busca y expresa la evidencia de una continuidad entre mundo y pensamiento. Objetivos y Metodología. Breve Visión General de Conceptos. Esta tesis tiene como objetivo examinar los conceptos de la mística y de la imaginación en la poesía y en el discurso poético americanos de los siglos XIX y XX y su influencia significativa en el avance intelectual del individuo a través de un estudio en profundidad de una selección de trabajos poéticos y filosóficos realizados por Jones Very (1813 – 1880), Wallace Stevens (1879 – 1955) y Stanley Cavell (1926 – 2018). El discurso místico de la poesía en América, particularmente desde el enfoque introducido por el pensamiento romántico y transcendentalista, contribuyó de forma relevante a la creación de un camino hacia el autoconocimiento. La huella de elementos místicos (la meditación y la reflexión, la revelación y la intuición, herramientas clave para el desarrollo de dicho camino) junto con el importante papel del lenguaje y de la expresión se encuentra presente en las obras de muchos poetas y filósofos americanos de los siglos XIX y XX, y especialmente en los trabajos de Very, Stevens y Cavell. Finalmente, el objetivo de esta tesis será hacer un seguimiento de este proceso de autoconocimiento vinculado a la evolución y tratamiento de dichos conceptos: la mística, como actitud que dirige una mirada interna hacia la condición humana basada en la experiencia de vida del individuo y en su relación con el mundo, y la imaginación, como la capacidad de respuesta de una mente creativa a esta experiencia. La base de mi marco teórico ha sido el Transcendentalismo americano como escuela de pensamiento. Este pilar teórico ha sido complementado por trabajos críticos filosóficos e históricos que han arrojado luz sobre los conceptos clave mencionados: mística, imaginación y autoconocimiento. La metodología seguida en mi análisis ha sido así pues una lectura detallada de una selección de los trabajos realizados por pensadores y poetas representativos, desde Ralph Waldo Emerson hasta Jones Very, Wallace Stevens y Stanley Cavell, cuya producción creativa demuestra la continuidad de la tradición del pensamiento romántico y transcendentalista –la preocupación del individuo por conocer la naturaleza de su ser – dentro del marco de un discurso filosófico y literario favorablemente renovado. Aunque éstas son mis fuentes principales, también he basado mis ideas en la evolución y transmisión de la mística y de la imaginación como conceptos filosóficos y artísticos a través de los tiempos, desde el mundo clásico griego y romano hasta la tradición cristiana, como veremos en las secciones contextuales y analíticas. Como se podrá ver a lo largo de esta disertación, demostraré la relevancia de la mística y de la imaginación en la continuidad de dicho pensamiento y de su expresión literaria en Estados Unidos, la cual se ha manifestado de forma evidente en la capacidad y necesidad del escritor de adaptar su creatividad a los cambios derivados del contexto histórico y socio-cultural del momento, fuertemente influenciado en América desde sus inicios por la tradición europea, a través de la cual se incorporaría el Romanticismo dentro del amplio ámbito y potencial cultural que implicaba el Nuevo Mundo. Desde sus orígenes en las sociedades griega y romana y posteriormente en el mundo cristiano, la mística no solo incrementaba el interés por el conocimiento del espíritu, sino que enriquecía el intelecto. Esta especie de dualidad en el tratamiento de la mística levantaría puntos de vista opuestos en lo que respecta a su aceptación como fuente de conocimiento. La búsqueda de su identidad conlleva la expresión de una experiencia en la que el individuo persigue la transformación humana en el crecimiento del conocimiento de su ser. Los escritos místicos y sus enseñanzas mostraban la experiencia personal, resultado de una interpretación interna del mundo sensual basada principalmente en la intuición, como el camino del alma, del espíritu, hacia su cambio. En tanto en cuanto la facultad de la intuición iba ligada a una experiencia más allá de los sentidos, no podía estar vinculada al intelecto, ni a la razón. No podía ser considerada como evidencia de verdad mientras que el concepto de verdad estuviese unido al concepto de razón como facultad racional y empírica que nos permite el conocimiento del mundo, siguiendo el pensamiento de Locke. Los postulados filosóficos derivados del Platonismo contribuyeron a lo largo de la historia a una evolución de este pensamiento, incluyendo la posibilidad de que existiese una evidencia de verdad derivada de una experiencia mística como parte del contenido de discusiones filosóficas. La intuición pasaría a ser entendida con el tiempo como el sentido moral de una verdad más profunda, como sucedería en América tras la línea del pensamiento transcendentalista introducida por Emerson. Junto con los principios filosóficos y religiosos del período clásico y durante la Edad Media, la mística, y con ella la figura del místico guiado por la intuición, contribuyeron a la comprensión de ese deseo innato en el individuo por ahondar en ese misterio que suponía la posibilidad de su identidad espiritual. Hasta el siglo XV la tradición platónica fue transmitida y preservada a través de la Universidad. Las enseñanzas derivadas del Platonismo serían incorporadas al Cristianismo a través del Neoplatonismo durante el Renacimiento y durante la expansión del Romanticismo en Europa y en América. Durante el siglo XVII la creencia de la compatibilidad entre fe y razón sería mantenida y defendida por un grupo de intelectuales de Cambridge, los Platónicos de Cambridge, pasando esta corriente neoplatónica a ser parte fundamental de la herencia cultural y filosófica que encontró su continuidad en el Nuevo Mundo. Sería en el siglo XIX cuando los Transcendentalistas en los Estados Unidos, como herederos directos de esta doctrina neoplatónica, lograrían combinar temas de índole moral y religiosa al plantear y defender su idea de Dios como la de un Ser inmanente, un modelo de divinidad accesible e inmanente en la naturaleza propia del ser humano. Con ello, el místico pasa a ser el intérprete de esta visión del mundo: su actitud contemplativa le conduce a una interpretación intuitiva del mundo sensual, el cual se convierte en símbolo de identidad espiritual. El deseo innato por conocer más sobre la condición física y espiritual del individuo evoluciona dentro del mismo contexto intelectual en el que la mística y la imaginación interactúan. Del mismo modo en que la mística había ido adquiriendo progresivamente un papel relevante para el individuo en el proceso de conocimiento de sí mismo, la imaginación, como habilidad innata y fuente subjetiva de potencial creativo, se convierte en un recurso técnico para el conocimiento de la naturaleza humana. La filosofía medieval recogió y contribuyó a la difusión y continuidad de la idea del pensamiento aristotélico que consideraba que el conocimiento se origina a partir de los sentidos y llega al intelecto a través de la imagen. La imaginación transforma el conocimiento sensorial en aprendizaje intelectual, es decir, construye ese necesario puente entre los sentidos y la razón. Todas las reminiscencias procedentes de la influencia clásica y neoclásica en las que los conceptos de mística e imaginación adquirieron progresivamente una gran relevancia intelectual serían adaptadas por el pensamiento y obras románticos y transcendentalistas. Dentro de este contexto, tanto el místico, como visionario que necesita transmitir su percepción interna y pensamiento del mundo como una experiencia de conocimiento a partir de la intuición, al igual que el poeta, cuyo dominio del lenguaje da forma a dicha visión interna de lo externo a partir de la imaginación, se convertirán en figuras representativas de una nueva filosofía de vida. Si el místico es guiado por una comprensión intuitiva de la realidad, la imaginación proporciona expresión artística a dicha experiencia de conocimiento, como respuesta creativa a la interacción entre mundo y pensamiento. El contexto romántico y transcendentalista de esta filosofía de vida que emerge en Europa y evoluciona en Estados Unidos proporciona un marco intelectual referente para la expresión de esa condición íntima de existencia en la relación mundo-pensamiento. Los tres autores mencionados Jones Very, Wallace Stevens y Stanley Cavell, representantes de esta línea de pensamiento, entienden y abordan la condición humana a través de la experiencia de vida del individuo y de su relación con el mundo, junto con el relevante papel de la respuesta creativa derivada de dicha experiencia, todo lo cual resulta en una visión interior y en una respuesta filosófica y literaria que tanto la mística como la imaginación facilitan. En lo que respecta a Very, su acercamiento a la poesía se alinea con las sensibilidades transcendentalistas, junto con una visión cristiana del mundo dado su personal fervor religioso. El pragmatismo moral defendido por el Transcendentalismo domina el argumento de Very sobre la evolución de la poesía, en su caso particular la poesía épica, a lo largo del tiempo junto con la teología del momento. La suya es una visión conciliadora entre las filosofías transcendentalista y cristiana. Los conflictos humanos representados en la actuación del héroe épico ya no eran el reflejo de unos conflictos de acción, sino de conflictos morales. Very comparte con los Transcendentalistas su énfasis por la interpretación de la naturaleza y de sus elementos como metáfora del espíritu. Para ellos la mente y el espíritu, o el alma, hablan el mismo lenguaje que la naturaleza. Esta misma idea de armonía entre la naturaleza exterior y la naturaleza interna del individuo la encontramos en la producción creativa de Wallace Stevens. Very y Stevens comparten el rechazo hacia la corrupción que afecta a los elementos naturales del mundo y a la propia humanidad, como son los intereses económicos, políticos y sociales de una creciente era industrial. Ambos entienden el discurso del poeta como el modo de empatizar con la naturaleza y como medio de recuperar esa correspondencia y existencia en armonía con ella. La poesía de Very y de Stevens es una poesía de introspección que busca la expresión del deseo interno y de la voluntad del individuo por regresar a esa condición innata de libertad, condición que ambos poetas encuentran en los elementos de la vida ordinaria y en el mundo natural. En el caso de Very, un sentimiento religioso subyace siempre en su visión pragmática de los valores morales y en su interpretación de los símbolos de la naturaleza. Para el propósito de este estudio, la elección de su ensayo sobre poesía épica y la selección de tres de sus poemas entre los muchos de su producción es debida a que estos trabajos reflejan y comparten en su contenido la línea filosófica transcendentalista que entiende el cambio de pensamiento y de percepción como claves necesarias para el desarrollo del conocimiento, y en nuestro caso en concreto, del autoconocimiento. En su ensayo, Very se centra en la actuación épica de un héroe cuyo cambio en la percepción del mundo le lleva a estar cada vez más comprometido con valores internos y morales; en sus poemas, la expresión del sentimiento común de una existencia en armonía con la naturaleza, como la que le inspira el regalo de un extraño, el acercamiento espiritual de Very hacia el mundo natural en su visión onírica de la realidad compartida entre el poeta y el alma, al igual que la comprensión del sentimiento del amor como una fuente de inspiración humana y divina, le hacen merecer ser elogiado como un místico americano representativo. No solo estuvo influenciado por el pensamiento de Ralph Waldo Emerson, sino que él mismo y su trabajo tuvieron influencia en Emerson. Very se convirtió en un precursor clave de una línea de crítica literaria histórica basada en el principio poético y romántico que consideraba el papel de la vida interior del individuo enormemente relevante para su crecimiento intelectual. Very fue vivo ejemplo del deseo interno humano por compartir todo lo que el mundo natural encierra y en el que Dios se manifiesta. Su figura merece seria consideración como pionero representante del sentimiento místico dentro del contexto transcendentalista americano del siglo XIX. Por lo que respecta a Wallace Stevens, el sentimiento que subyace en su visión de la vida ordinaria y en el debate interno del poeta esconde su concepción de la poesía como medio de búsqueda y de aproximación a lo bueno, como sinónimo de Dios, en todo aquello que es armonioso y manifiesta un orden. A través de una visión introspectiva de los elementos del mundo, Stevens encuentra este sentido del orden y la posibilidad de una coexistencia en armonía. Tal y como se verá en el análisis de los cuatro poemas seleccionados para este propósito, la contemplación del mundo exterior se convierte en un ejercicio interpretativo de meditación: la visión del poeta de los elementos del mundo que le rodean transmite una sensación de incertidumbre que incita al lector a cuestionarse sobre sí mismo y sobre su condición de existencia a través de la naturaleza. La mirada más allá de la dimensión física del mundo contrarresta el sentido de ruptura para con el mundo que invade al poeta. Stevens busca un sentido de continuidad entre mente y materia. Para Stevens, el acto de la imaginación, es decir, la actividad constructiva a través de la cual el artista puede elaborar sus creaciones, permite aglomerar pensamiento y sentimiento, y así lo manifiesta en su ensayo sobre las relaciones entre la poesía y la pintura. El poder de lo estético presente en la poesía y en la pintura transfiere la percepción de una existencia en armonía en una respuesta creativa, como resultado de la búsqueda del artista de la perfección y como reflejo del espíritu artístico. A diferencia de Very y de Stevens, Stanley Cavell no fue poeta, pero su agudo análisis crítico de textos literarios y del discurso poético se alinea con el principio básico romántico y transcendentalista que comparten los tres autores: la necesidad del individuo de recuperarse de una pérdida de identidad la cual le lleva hacia lo inhumano. Cavell aborda el hecho de cuan negativamente los valores por los cuales se rige nuestra vida diaria se ven afectados por el anonimato que domina la vida urbana industrial de mediados del siglo XX y analiza de qué manera estos hechos han conducido a una crisis de identidad y a un escepticismo en el contexto socio-cultural de los Estados Unidos del momento. Con el término escepticismo, Cavell alude a un modo de cuestionarnos a nosotros mismos y de seguir dudando, una manera potencial de cultivar así la autoreflexión y la subjetividad. Para Very y Stevens, el papel del lenguaje, el poder del sonido de las palabras, favorece la transmisión de los valores morales necesarios que le confieren al individuo fuerza intelectual y autoconfianza, como el valor de la nobleza transmitido en la descripción de la actuación del héroe épico y en la del jinete, tal y como Very y Stevens analizan en sus respectivos ensayos. Cavell defiende la idea de que el individuo reconoce su humanidad y reafirma su identidad a través del discurso literario. Para Cavell, el discurso literario transmite y permite compartir un conjunto de valores presentes en la cotidianeidad, del mismo modo en que Very encuentra la voluntad del héroe por compartir los valores morales con su pueblo reflejada en ese cambio hacia la introspección que experimenta el discurso épico. Igualmente, Stevens cree que en el poder estético de las palabras se halla la clave para comprender el modo en que el lenguaje da forma al pensamiento y a valores tan necesarios como la nobleza y la imaginación, y da acceso a una comprensión interna de la vida ordinaria. En sus “Texts of Recovery”, Cavell propone realizar una segunda lectura filosófica y literaria del mundo, invitándonos a buscar el significado de las palabras mediante la imaginación. Para Cavell, esto implica primeramente conocer su significado ordinario para, posteriormente, y parafraseando el sentido metafórico de las mismas, descubrir cómo las palabras pueden reconstruir de forma alegórica una relación de cercanía e intimidad entre el individuo y el mundo, dibujando así y dando forma al sentido moral que el ser humano necesita para recuperarse de esa pérdida de criterios, o de afirmaciones verdaderas, en las cuales se fundamenta la condición de su existencia. Planteando interrogantes, el original acercamiento de Cavell hacia los textos de Coleridge, Heidegger, Wisdom y Wordsworth revela la importancia del discurso poético y filosófico para la comprensión de la interacción entre la condición humana y la de los elementos del mundo. Jones Very, Wallace Stevens y Stanley Cavell fueron capaces de ver lo extraordinario dentro de lo ordinario. Su poesía, sus ensayos y su análisis del discurso poético ofrecen una respuesta a aquellas preocupaciones existenciales relacionadas con la identidad y el autoconocimiento, las cuales siguen siendo clave en la América del siglo XXI. Para ellos, en el lenguaje fluye de forma espontánea ese estado de intimidad entre mundo y pensamiento. Inmersos en una experiencia mística y como herederos del pensamiento romántico, persiguieron enlazar el emblemático poder del lenguaje y la percepción de la condición espiritual del mundo sensual a partir de una visión intuitiva de la realidad y a partir de la respuesta creativa que la imaginación facilita. La mística y la imaginación se convierten así en instrumentos intelectuales clave de un discurso dirigido hacia el autoconocimiento y que ha seguido renovándose a sí mismo a lo largo de los siglos. Siguen siendo recursos intelectuales fundamentales en nuestro pensamiento actual, en el cual los excesos de la vida social y política exigen una llamada hacia la auto-reflexión, como medio para reaccionar ante aquellos elementos externos en los que la interioridad del ser y los valores morales sobre los que se fundamenta se están viendo seriamente afectados. Con todo, la autoevaluación o valoración de su condición como ser físico y espiritual y un cambio en la orientación estética redirigen la mirada del poeta hacia la vida diaria y enfatizan así la subjetividad. El uso de la voz del poeta en América hoy debe ser entendido como ventana hacia el autoconocimiento y hacia una renovada identidad nacional, a través de la cual y como fuentes intelectuales se filtran reminiscencias de elementos místicos junto al poder interpretativo que la imaginación aporta a la visión del poeta del mundo. El discurso poético se convierte en un medio para restablecer esa conexión e intimidad perdida, o intimidad con la existencia, parafraseando a Cavell. Los autores seleccionados en este estudio combinan el discurso místico, transcendentalista y romántico para recuperar un poderoso conjunto de valores perdidos (valores tales como el de la nobleza, los derivados del sentimiento épico y los que son resultado de la auto-reflexión) como respuesta a las crisis de identidad y conocimiento acontecidas a mediados del siglo XIX (Jones Very), a principios del siglo XX (Wallace Stevens) y en el contexto postmoderno tras la Segunda Guerra Mundial (Stanley Cavell). El papel de la autoconciencia en el individuo, o conciencia de su ser, dentro del contexto de una experiencia mística, así como el uso de la imaginación implicado en la interpretación y expresión de dicha experiencia, confieren el valor intelectual necesario para la definición de la condición existencial del individuo y para la expresión de su identidad en relación con el mundo. Resumen de las secciones contextuales y analíticas Este estudio está dividido en siete secciones en las cuales la argumentación filosófica y un análisis en profundidad de trabajos literarios seleccionados proporcionan la evidencia de la evolución en el autoconocimiento favorecida por la actitud mística del individuo y la imaginación. Las secciones I y II abordan, junto con una revisión literaria detallada, la evolución del término misticismo desde sus orígenes en la época clásica, aún no enteramente aceptado como actividad intelectual en la tradición occidental, hasta el desarrollo de su concepción como una actitud de vida basada en la intuición del individuo dentro del contexto intelectual americano del siglo XIX. La sección I recoge importantes datos etimológicos e históricos que permiten comprender el amplio significado que abarca el término misticismo. La mística surge de la tradición filosófica clásica europea y de los principios religiosos y eventualmente se expande como parte de la herencia cultural en el Nuevo Mundo, donde sería entendida como un concepto de vida. La experiencia mística ligada a contenidos filosóficos y religiosos tenía como consecuencia que los conceptos de razón y fe, sobre los cuales dichos contenidos se encontraban respectivamente fundamentados, interactuasen entre sí. La evidencia de verdad debería encontrarse así pues en la interacción entre el razonamiento empírico y la percepción espiritual. Este trasfondo intelectual encontró una continuidad en el contexto del Nuevo Mundo con una interpretación genuina y renovada. La sección II introduce el concepto de la mística y de la figura del místico dentro del moderno contexto que el pensamiento americano facilita. Durante los siglos XVII y XVIII se le dio a la experiencia mística una más amplia transmisión literaria bajo la influencia de las convicciones profundamente religiosas del momento, adquiridas a través del pensamiento religioso puritano, que tendía a leer e interpretar la experiencia cotidiana mediante un simbolismo basado en la visión de América y en su belleza natural como escenario perfecto para la realización de los planes divinos. A través de la meditación religiosa, entendida como un auto-examen hacia la perfección, como el camino del alma hacia Dios, los Puritanos utilizaban el mundo en su búsqueda del Paraíso. En América durante el siglo XVIII y como consecuencia de la influencia de los principios heredados de la Ilustración en Europa, tal visión de la vida evolucionaría con los Unitarios, herederos directos del pensamiento puritano, hacia una interpretación de las escrituras en la que se reafirmaba el uso de la razón y de la libertad de conciencia. Pero las nuevas interpretaciones de la fe harían mucho mayor hincapié en aquellos contenidos de carácter intelectual relacionados con una necesidad de resolver cuestiones filosóficas sobre la naturaleza y fundamentos del conocimiento humano, cuestiones que los modelos teológicos nativos no conseguían resolver. Esta labor intelectual sería llevada a cabo durante el siglo XIX fundamentalmente por los Transcendentalistas y por su mayor representante, Ralph Waldo Emerson. Los Transcendentalistas se convierten en un punto de referencia crucial. Su pensamiento fue ampliamente compartido, manifestándose en la producción creativa del momento y estando presente incluso en la actualidad. Su filosofía de vida defendía las interpretaciones filosóficas de temas religiosos, así como la intuición individual, la razón y la imaginación como premisas necesarias para definir la identidad americana y como formas de conocimiento del mundo. Fueron promotores de una nueva conciencia que adaptaba la mayoría de sus creencias heredadas en forma de desafío a la visión del mundo planteada por la Ilustración. Introdujeron una visión novel del concepto de conocimiento del ser que resultaba transformadora. La experiencia de la naturaleza junto con la importancia de la autoconciencia como modos de conocimiento fueron puntos clave impulsados dentro del pensamiento romántico americano como resultado de la influencia del idealismo alemán y de relevantes autores ingleses como Wordsworth y Coleridge. Como nombres representativos y fuente importante de transmisión e introducción de la filosofía alemana y de los escritos ingleses relacionados con ella, cabría mencionar a Frederic Henry Hedge, Germaine de Stäel, James Marsh y Thomas Carlyle entre otros. El período transcendentalista americano significó una transición hacia una visión moral y pragmática de la fe, que derivaría en un concepto renovado de la mística, como una actitud de vida. En la sección III se aborda el concepto de imaginación – desde sus orígenes etimológicos necesariamente vinculado al concepto de imagen y fantasía, como medio que hace al alma accesible en la tradición aristotélica y como medio de conocimiento de cómo funciona el pensamiento – y el concepto de realidad. En la visión moral y el pragmatismo presentes en la interpretación del mundo transmitida por Emerson, el uso intuitivo de la razón y de la imaginación se convierten en dos de los principales recursos para la comprensión de la realidad, entendida como la experiencia que el ser humano tiene de los elementos del mundo que le rodea. La razón, como poder intuitivo a través del cual el individuo alcanza conocimiento espiritual, y la imaginación, como la facultad que interpreta los símbolos de la naturaleza a través de la razón, se convierten en valores que guían al ser humano en su conocimiento del mundo y de sí mismo. Este acercamiento interno y pragmático hacia la realidad hizo de la imaginación y del poder creativo derivado de ella el instrumento para la expresión de dicha visión introspectiva. La percepción del ser humano del mundo exterior se transforma en visión subjetiva, en una imagen mental que le proporciona el acceso a los elementos del mundo. La capacidad de conocimiento queda así vinculada al uso simbólico de imágenes mentales, hecho el cual conecta el afecto o sentimiento, la subjetividad, con el intelecto. La producción de imágenes en la mente junto con su expresión a través de las palabras implica a la facultad de la imaginación y del lenguaje en la mediación de ese proceso de conocimiento del mundo. Su uso técnico hace de la imaginación el soporte para la creatividad y para el desarrollo intelectual y contribuye asimismo al diseño de la interacción entre el ser humano y los elementos del mundo. Los herederos del pensamiento romántico europeo en América a mediados del siglo XIX, los Transcendentalistas, fomentaron el papel de la imaginación como vehículo de transmisión de uno de sus principales postulados: el auto-conocimiento. La capacidad imaginativa facilitaba la interpretación simbólica de los elementos naturales, del esplendor natural de la tierra del Nuevo Mundo, de un paisaje sobre el cual la visión romántica de continuidad mundo-pensamiento podía proyectarse. Los Transcendentalistas buscaban certeza a través de la intuición, de la visión interiorizada del místico y del poeta y de la creencia en la existencia de un espíritu universal en el ser humano y en los elementos del mundo. Igualmente defensores de la mente libre del individuo y del escepticismo como necesidad innata de cuestionar todo lo impuesto o establecido, encontraron en la imaginación la posibilidad de expansión del autoconocimiento. Para los tres autores seleccionados en este estudio como referentes en la interpretación de esta filosofía de vida, la imaginación aporta al debate intelectual sobre la condición física y espiritual del individuo la comprensión de la realidad en forma de respuesta creativa y artística. Las principales características místicas focalizadas por los Transcendentalistas, particularmente una visión mística y espiritual del poeta, encuentran su expresión literaria en el trabajo de uno de sus miembros, Jones Very, ejemplo de creatividad literaria mística como resultado de una experiencia de vida fiel reflejo de este renovado concepto del misticismo. Con una orientación filosófica y religiosa, su trabajo en prosa y su poesía son testimonio y ejemplo de la confianza transcendentalista en el poder intuitivo del individuo y en la imaginación como fuentes de conocimiento. En la sección IV el análisis de su ensayo sobre la poesía épica nos proporciona una visión de la importancia del poeta y del héroe épico. Si la mística facilitaba al ser humano la posibilidad de una experiencia de unidad entre lo espiritual y lo físico, la búsqueda épica del héroe se convertía en una experiencia de afinidad con el espíritu representado por sus acciones externas y sus conflictos internos. La interpretación de Jones Very sobre la evolución en el tratamiento de la épica reflejaba su convicción de que se había producido un cambio en la conciencia del individuo. El comportamiento del héroe épico, así como el del poeta, venían determinados por una necesidad de implicación espiritual. El héroe de acciones externas oculta un héroe de profundos pensamientos internos. En su ensayo sobre la poesía épica “Epic Poetry” estudia cómo la evolución en la mente del hombre plasma una evolución en su percepción del mundo. Very veía una necesidad de preservar la grandeza del espíritu del héroe y del poeta épico como medio de preservar la grandeza de un sentimiento universal que él vincula con la existencia de un espíritu universal. Asimismo, la poesía de Very está fundamentalmente relacionada con la religión, la naturaleza y su vida personal. Se han seleccionado tres de sus poemas con el fin de reflejar con precisión estos tres temas principales, los cuales reflejan el sentimiento que invadió su desarrollo personal y poético y constituyen el contenido central de su producción poética. Un acercamiento espiritual al mundo sensual subyace en su poesía, particularmente en el uso de los elementos naturales como símbolo de su intuición de una existencia espiritual. El estudio de estos tres poemas es un claro ejemplo de la percepción intuitiva de la realidad, lo cual le convirtió en intérprete de su tiempo y en representante del sentimiento místico que formaba parte del pensamiento transcendentalista. La importancia del pensamiento místico se hizo cada vez más patente a través de su influencia literaria. La relevancia de la interpretación del individuo de su existencia como ser espiritual como consecuencia de esa visión introspectiva de las experiencias sensuales estaba siendo en gran parte estimulada por el misticismo. La respuesta literaria mística a esa visión introspectiva iba constituyéndose en parte esencial de la expresión creativa de la conciencia del individuo sobre cuál era la condición de su naturaleza. Una preocupación intelectual creciente por un deseo de conocimiento espiritual se basaba en esta percepción intuitiva del mundo. El desarrollo de la conciencia que el individuo tiene de sí mismo a lo largo de la historia se ha producido mayormente dentro del contexto de dualidad que plantea un conocimiento subjetivo y objetivo de la realidad. La realidad no sólo podía entenderse como una experiencia producto de los sentidos, sino como un acercamiento subjetivo en tanto en cuanto concierne al pensamiento del individuo y a su interpretación interna del mundo. El individuo toma conciencia y adquiere conocimiento dentro de este contexto de dualidad. La búsqueda de una auto-realización en la percepción de afinidad entre lo espiritual y lo sensual en la experiencia mística quedada integrada dentro de un contexto filosófico que intentaba buscar la evidencia de continuidad entre el pensamiento del hombre y el mundo. El debate sobre la conciencia del individuo en cuanto a la naturaleza de su ser había encontrado una respuesta literaria en los escritos místicos. Los transcendentalistas consiguieron reinventar el dominio del concepto espiritual y escaparon de la problemática planteada por el empirismo que la epistemología unitaria no había sabido resolver. Considerado religión o filosofía, el pensamiento transcendentalista con su carácter importado y al mismo tiempo marcadamente nativo, construyó el puente intelectual hacia una actitud de vida que ofrecía un enorme abanico de posibilidades para el crecimiento intelectual del individuo. Han sido muchos los pensadores y artistas europeos y americanos, hombres y mujeres, quienes a través de su trabajo han contribuido a la transmisión de una serie de valores que permitirían la continuidad de este crecimiento intelectual vinculado a la auto-realización del individuo. En particular, la contribución literaria de mujeres representativas del momento (Margaret Fuller, Elizabeth Palmer Peabody, Catharine Sedgwick, Eliza Thayer Clapp, Sophia Ripley, Caroline Dall, Ellen Sturgis Hooper entre muchas otras) fue ante todo un auténtico testimonio de auto-confianza. Demostraron su potencial y su importante papel activo en una época de cambio y de búsqueda de la verdadera identidad americana. Crearon una producción literaria preocupada por reflejar la moral, las clases y los valores sociales del momento que les tocó vivir. Muchos son los escritores, hombres y mujeres, cuya aportación intelectual podría haber servido de fuente en este estudio, pero una particular y genuina implicación con los principios vinculados al pensamiento romántico que cuestionan la condición del ser está presente en los contenidos filosóficos y en la expresión literaria de la producción creativa de Wallace Stevens y Stanley Cavell. Las secciones V y VI se centran en la contribución intelectual de ambos autores para la continuidad de esta filosofía de vida: a través de su pensamiento y creatividad defienden una comprensión de la relación del ser humano con el mundo que le rodea desde una visión interiorizada de la condición de existencia del individuo, dentro del contexto que facilita la respuesta artística creativa como su medio idóneo de expresión. En Wallace Stevens encontramos a un autor cuyo pensamiento transmite esa necesidad de búsqueda por la afinidad entre lo sensual y lo spiritual. La expresión literaria de su filosofía de vida (sección V) revela importantes claves que aportan continuidad a esa idea que entiende el autoconocimento del individuo en la interdependencia entre su pensamiento y aquellos elementos que componen el entorno de su existencia. Para Stevens el poder del pensamiento se expande a través de las multiples posibilidades que las palabras y los valores que éstas simbolizan encierran. Para el autor, el poder del sonido de las palabras está estrechamente vinculado al valor que confieren. En el ejercicio de la poesía queda patente el poder del sonido. A través de su producción, Stevens busca las posibilidades de encontrar dichos valores mediante el diálogo con la naturaleza y los elementos de la vida ordinaria. Analiza cómo el conocimiento de dichos valores ayuda al individuo a saber más sobre la condición de su ser. Al igual que los transcendentalistas, adaptó los valores heredados del pasado a un contexto contemporáneo. En el análisis de uno de sus ensayos “The Noble Rider and the Sound of Words” y a través de una selección de cinco de sus poemas podemos apreciar cómo aborda sus preocupaciones filosóficas y literarias dentro de un contexto artístico y de aquél que el entorno de la naturaleza facilita, como principales motores de su trabajo creativo. En el estudio de algunos de sus ensayos más representativos queda patente su personal visión filosófico-literaria sobre los conceptos de realidad e imaginación. Stevens se sentía fuertemente atraído por las alternativas que el poder de la imaginación podía aportar al individuo en su comprensión de la realidad. Stevens entiende el concepto de realidad como una duplicidad existente entre el mundo material o físico y el mundo del pensamiento y de la imaginación. Sus poemas se convierten en el medio de acceso al mundo a través de la expresión de valores morales y estéticos simultáneamente. Stevens encuentra en la poesía un instrumento de orden superior, que permite llegar a un verdadero orden del mundo. La suya podría definirse como una poesía dialéctica, en la que el uso abstracto de las metáforas conduce a una comprensión filosófica de la conexión entre las palabras y el mundo. La suya fue una visión modernista con una finalidad estética y un propósito intelectual. Para Stevens la importancia estética estaba estrechamente vinculada a la relevancia del pensamiento. Con su trabajo creativo buscaba la consecución de una dialéctica entre materia y pensamiento, una composición integrada de lo ideal y lo real. A través de la actividad artística, se centró en la experiencia de la identidad del ser con aquellos elementos del mundo presentes en la vida ordinaria. Para Stevens el vacío de identidad y la pérdida de auto-confianza en el ser humano debido a las circunstancias contemporáneas podían despertar en el individuo una actitud escéptica ante la vida. El escepticismo aparecía como consecuencia de un sentimiento de pérdida de los valores necesarios que aportaban al ser humano ese sentido de existencia en armonía con el mundo. Ante ello, el individuo podría encontrar en el arte un valor de referencia y un recurso para la recuperación del ser. En la interpretación del trabajo artístico de Stevens se observa cómo su base moral y pragmática fundamentada en la experiencia de vida, al igual que en el pensamiento transcendentalista impulsado por Emerson, se avanza hacia un mayor papel interactivo del individuo con el mundo. Tanto Emerson como Stevens encontraban la presencia del individuo en la naturaleza, la reflexión y admiración por los elementos naturales y los acontecimientos diarios como recursos fundamentales para la recuperación de la identidad del ser. En Stevens es patente, al igual que en Emerson, una visión de la conexión directa entre lenguaje y naturaleza. Asimismo, el misticismo en Stevens quedaría reflejado en una visión estética interna de la realidad como respuesta al escepticismo y como medio para la recuperación del ser. La necesidad de búsqueda en el místico de un sentido de equilibrio y continuidad entre su interpretación interna y su experiencia externa del mundo está presente en la voluntad de Stevens por encontrar la integración entre imaginación y realidad a través del uso de un lenguaje ordinario. En él, la intensidad de una experiencia mística podría equipararse a la intensidad de la experiencia poética, siendo ambas reflejo de esa renovada visión romántica de la vida, en la cual contenidos de carácter propiamente filosófico y su discurso interactúan necesariamente para preservar el concepto de identidad del ser humano. Esta necesidad de reinterpretación de dicha visión romantica de la vida encuentra su expresión en el trabajo de uno de los filósofos actuales más influyentes, Stanley Cavell. Cavell aborda la tradición americana del pensamiento que Emerson representa, proporcionando una continuidad a una filosofía de vida que focaliza la relevancia de la expresión del individuo en su relación con el mundo como recurso necesario para la recuperación del ser. De igual manera en que la épica y el discurso poético revelaron un cambio hacia la necesidad de introspección en el individuo como camino hacia el auto-conocimiento, un cambio que denotaba el avance en la conciencia y conocimiento que el propio individuo iba adquiriendo sobre la naturaleza de su ser, así pues ¿sería posible la recuperación del ser si el individuo cuestionase su condición a través de una nueva lectura y de una visión desafiante del discurso literario? La sección VI introduce el modo revelador en que Stanley Cavell, como filósofo con una genuina visión del Romanticismo, nos muestra mediante su interpretación filosófica de textos literarios que existe esa posibilidad de recuperación de la identidad del ser dentro del desafío que el escepticismo, como una condición existencial de alienación en sí, nos plantea. Asimismo, la imaginación desempeña un importante papel en la aplicación práctica de sus argumentos filosóficos. Cavell reevalua positivamente la idea del escepticismo como estímulo de una actitud filosófica crítica en el individuo que le lleva a cuestionarse sobre la condición de su naturaleza a través de su relación con los elementos ordinarios del mundo que le rodea. Todo aquello vinculado con lo ordinario nos mantiene cercanos a nuestra existencia. Su pensamiento une la tarea del filósofo, heredada de Emerson y Thoreau en su distintiva visión americana de hacer filosofía, a la de la posibilidad de expresión de la idea de continuidad entre mundo y pensamiento. Para Cavell el sentimiento y el pensamiento aportan significado existencial a la identidad del individuo. En “Texts of Recovery”, la lectura que Cavell realiza de una selección de textos aporta una nueva luz al discurso filosófico y literario. Es en las palabras y en nuestro modo de interpretarlas donde Cavell sugiere que el individuo puede aprender el modo de recuperar la identidad de su ser. Del mismo modo en que el místico inicia un acercamiento distinto que le permita interpretar el mundo externo mediante una experiencia interna del mismo, Cavell nos muestra cómo leer y encontrar por mediación de las palabras la intimidad perdida entre el individuo y los elementos ordinarios que le confieren su significado existencial e identidad. Si el místico aprende a “leer” su percepción y acercamiento al mundo desde una visión interiorizada, Cavell propone aprender cómo nos relacionamos con el mundo, con el fin de saber más sobre nosotros mismos y sobre nuestro ser a través de esa inmediatez con él (el mundo), la cual nos llega a través de lo ordinario y del lenguaje. La capacidad de la imaginación que el individuo posee le proporciona una nueva lectura de las palabras, las cuales encierran dicho estado de intimidad y proximidad con el mundo y posibles respuestas sobre su condición existencial. La imaginación puede ayudar a recuperar esa condición de intimidad. Al igual que en el pensamiento romántico, para Cavell la imaginación puede actuar de intermediaria en la interpretación de las palabras y en el lenguaje del mundo que éstas crean. Así, la imaginación se convierte en la capacidad del individuo para proyectar nuevos sentidos y posibilidades del lenguaje en nuestra comprensión del mundo. Puede descubrir nuevos significados sobre cómo el individuo proyecta su ser sobre el mundo a través de las distintas situaciones de relación que establece con él y, de esta manera, conducir al auto-conocimiento. Resultados y conclusiones Como hemos visto, esta disertación tiene como objetivo demostrar que el camino hacia el auto-conocimiento se encuentra en la respuesta creativa que surge de la interacción entre el pensamiento filosófico y la producción literaria, tal y como sucede dentro del contexto intelectual americano, principalmente en el ámbito de la poesía en nuestro caso, durante los siglos XIX y XX. Los conceptos de la mística y de la imaginación tienen una profunda influencia en el desarrollo de dicha respuesta creativa. Podríamos dibujar una línea de progreso del pensamiento y del arte siguiendo el trabajo de pensadores y artistas que comparten un sentimiento común inspirado por la necesidad de conocer cuál es la condición de su existencia y estimulado por el progresivo cambio hacia la introspección en la visión que el individuo tiene del mundo. Una experiencia mística, mental y emocional, induce una actitud de reflexión y de interiorización en la contemplación del mundo. La imaginación estimula la creatividad, ya que permite al individuo la interpretación interna de lo externo mediante el simbolismo. Ambos términos, mística e imaginación, y su tratamiento a lo largo de los siglos juegan un papel clave en el proceso del individuo de recuperación de sí mismo y de su identidad como ser. La herencia mística, ya consolidada con un carácter literario y filosófico, se ha convertido en una fuente necesaria para el acercamiento al conocimiento de la naturaleza del ser humano, cuyos límites yacen entre la imaginación y la realidad. El concepto de imaginación, como la facultad que permite interpretar los símbolos de la naturaleza, fuente relevante de valores, contribuye al desarrollo intelectual del individuo. El uso intuitivo de la razón y la imaginación, junto con el progresivo cambio hacia la introspección en el comportamiento humano – actitud estimulada en gran parte por influencia de la herencia mística – se convertirían en factores determinantes dentro del proceso de comprensión de la condición del ser humano. La imaginación implica poder creativo y transforma el pensamiento e interpretación interna que el individuo obtiene de los elementos naturales en expresión artística. A través del arte el ser humano puede dar forma a su sentimiento de afinidad entre lo sensual y lo espiritual, a su conciencia de continuidad entre mundo y pensamiento. La realidad como resultado de esa interdependencia entre la experiencia que el individuo obtiene del mundo y su pensamiento queda representada en la visión interna del artista. La imaginación estimula el pensamiento en el místico, en el filósofo y en el artista e inspira múltiples valores religiosos, morales y artísticos. El contexto intelectual del Transcendentalismo americano facilitó un verdadero marco de referencia, en el que la combinación de una profunda fe religiosa con la sensibilidad artística dio paso a una alineación de la conciencia filosófica con la estética verbal. En el movimiento intelectual que desencadenó el pensamiento transcendentalista quedaban perfectamente integradas las figuras universales del místico, del filósofo y del poeta. Así pues, para los transcendentalistas las palabras del poeta comunicaban un sentimiento de belleza fruto de la percepción de la armonía existente entre pensamiento y mundo. La imaginación facilita la creatividad necesaria en la difícil tarea que supone la expresión del alcance por parte del individuo de la conciencia de su naturaleza como ser espiritual, e igualmente proporciona los medios necesarios para la comunicación de una serie de valores intelectuales derivados de dicha experiencia de conocimiento. En su voluntad por dar forma mediante la palabra a sus preocupaciones existenciales el ser humano está accediendo a un nivel más amplio de conocimiento. La respuesta a la necesidad del individuo por profundizar en la condición de su ser se encuentra tanto en un discurso renovado y en su lectura como en la respuesta creativa de cualquier manifestación artística que sea capaz de adaptarse a las necesidades de cambio que surgen a lo largo de este proceso de auto-conocimiento. El denominador común existente en el estudio del pensamiento de los distintos autores seleccionados a lo largo de esta tesis y determinante en la elaboración de sus trabajos filosóficos y literarios es la evolución de un concepto de vida compartido por todos ellos, fundamentado en la creencia de la posibilidad de una existencia en armonía, de una continuidad e identidad entre la condición existencial del mundo y la del individuo. A través de su creatividad e imaginación, así como de su actitud contemplativa de lo ordinario, y como artistas y pensadores comprometidos con el poder del lenguaje, Very, Stevens y Cavell epitomizan el proceso de transformación en el crecimiento intelectual del individuo hacia el auto-conocimiento. Desde sus orígenes en la tradición filosófica y literaria clásicas hasta su expansión por influencia de la tradición romantica europea en América, esta actitud hacia la vida junto con la evolución en el tratamiento de los conceptos de la mística y de la imaginación ha progresado y se ha expandido gracias a la mediación de una respuesta creativa latente en el discurso poético. El análisis de una selección de contribuciones filosóficas y literarias nos revela las enriquecedoras implicaciones intelectuales de un renovado y siempre cambiante discurso.