De Big Brother a Big Datareflexiones a propósito de "Im Schwarm. Ansichten des Digitalen" de Byung-Chul Han

  1. Vicente Ordóñez Roig 1
  1. 1 Universitat Jaume I
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    Universitat Jaume I

    Castelló de la Plana, España

    ROR https://ror.org/02ws1xc11

Revista:
Araucaria: Revista Iberoamericana de Filosofía, Política, Humanidades y Relaciones Internacionales

ISSN: 2340-2199 1575-6823

Año de publicación: 2018

Título del ejemplar: Monográfico I: HUME. Monográfico II: La Integración Inter-Regional Euro Latino Americana a través de los Derechos Humanos

Volumen: 20

Número: 40

Páginas: 759-771

Tipo: Reseña

DOI: 10.12795/ARAUCARIA.2018.I40.30 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openDialnet editor

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Resumen

En Im Schwarm. Ansichten des Digitalen Byung-Chul Han analiza la inecuación que hoy día se da entre las necesidades de la sociedad de la información y la reificación que producen las distintas estructuras que permean el espacio del poder. La revolución digital opera una radical desvinculación óntica al transformar en una muchedumbre o enjambre las distintas formas de agrupación humana, enjambre incapaz de articular una sólida acción común a través del tiempo. En estas consideraciones intento, primero, explicar los aspectos centrales de la obra de Han para, a continuación, repasar críticamente algunos de sus postulados y, por último, examinar la traducción castellana publicada por la editorial Herder en 2014.

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La primera consideración me lleva a la metáfora con la que caracteriza la realidad digital: el enjambre. Ya he señalado previamente que uno de los sinónimos de los que se sirve Han es el de ‘muchedumbre’ y, ciertamente, con el concepto ‘enjambre digital’ da a entender que ese espacio es la encarnación de la utopía neoliberal por la que transitan usuarios ultra-individualistas cegados por pulsiones exclusivamente hedonistas y teledirigidos por el monismo reduccionista del ‘me gusta’. “Los sujetos económicos neoliberales no constituyen un nosotros capaz de acción común. El creciente egoísmo y atomización de la sociedad hace que se reduzcan radicalmente los espacios para la acción común e impide, de ese modo, la formación de un contrapoder capaz de cuestionar realmente el orden capitalista. El socius cede el paso al solus” (p. 24). No dudo de que ese perfil se ajusta en muchas ocasiones a la realidad, pero debido, en parte, a su estructura reticular, el entorno digital es mucho más complejo y alambicado que la descripción monolítica ofrecida por Han. En el último decenio hemos sido testigos de revueltas que han instrumentalizando las tecnologías digitales con el objetivo de una mayor organización y cohesión. Hechos tan dispares como los focos de resistencia en China (los disturbios de los trabajadores de la Tonghua Iron and Steel Group) y Estados Unidos (Occupy Wall Street), movimientos ciudadanos como la Primavera Árabe tunecina o las mareas blancas contra la privatización de la gestión sanitaria en España o la campaña a favor del Brexit tienen como denominador común una organización de la acción política en clave digital. En los netizens encontramos la contrapartida o lado opuesto de los hikikomoris: personas que participan activamente en organizaciones políticas en línea empleando los instrumentos digitales a su alcance. Todo enjambre, además, se mueve unitariamente con la finalidad de hallar un nuevo lugar en el que vivir –en términos estrictamente biológicos, el enjambre lleva a cabo una labor de exploración fuertemente coordinada, tiene un objetivo claro y preciso y hay una organización exacta de la acción colectiva. De nuevo, debo recalcar que ‘enjambre’ no describe completamente los múltiples matices que encontramos en el entorno digital en red.

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