Validez de constructo y desarrollo de la inteligencia emocional

Abstract

Este trabajo se lleva a cabo con una muestra universitaria y de bachillerato de cantabria. Por medio del cuestionario TMMS-24, que evalúa el meta-conocimiento de las personas sobre su atención, claridad y reparación emocional, (Salovey et al, 1995; Fernández-Berrocal et al, 1998) se mide la inteligencia emocional percibida de las personas, en el marco del modelo de habilidad de inteligencia emocional (Salovey y Mayer, 1990). Se busca la validación del constructo de inteligencia emocional por medio de su validez discriminante con la personalidad (EPQ-RV, Eysenck y Eysenck, 1985), e inteligencia fluida (g) (Krowrousky y Renes 1987). A su vez, se estudia la relación entre inteligencia emocional y un criterio de éxito como es la satisfacción familiar percibida de las personas. También se explora la relación entre este constructo y el clima social en las familias, así como se buscan diferencias en función del género, edd y contexto socioeconómico. Los resultados indican una validez discriminante de la inteligencia emocional respecto a otros constructos limítrofes como la personalidad e inteligencia fluida. También se encuentran relaciones entre la inteligencia emocional y la satisfacción familiar, así como con el clima social en la familia. Sin embargo al comprobar la validez incremental de este constructo controlando la personalidad e inteligencia fluida en los resultados, observamos que el efecto de la inteligencia emocional es fundamentalmente indirecto, sólo permaneciendo significativas la relaciones entre claridad emocional, satisfacción familiar y autonomía familiar. Diferencias de resultados en función del género son confirmados. Además, las mujeres atienden a las emociones más que los hombres, así como los grupos de más edad respecto a los menores, con diferencias signiticativas entre ambos grupos.