Oriente-OccidenteEl contramovimiento a la insistencia
- Calero Fernandez , Cristina
- Juan Luis Vermal Beretta Director/a
Universidad de defensa: Universitat de les Illes Balears
Fecha de defensa: 17 de febrero de 2020
- Diego Sánchez Meca Presidente
- Raquel Bouso García Secretario/a
- Juan Arnau Navarro Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
INTRODUCCIÓN. La indagación presentada a continuación pretende reflexionar en torno a la posibilidad de una profundización en el nihilismo epocal, a través de un diálogo libre entre Occidente y Oriente que se estructura en diversos parlamentos. OBJETIVOS. Anterior a la exposición de los parlamentos, se han creído necesarios tres capítulos que iluminen el territorio desde el que surgen estos diálogos. Esta primera parte aparece conformada por un primer preámbulo que quiere concretar los objetivos de esta investigación; un segundo preámbulo que establece la filosofía como apertura dada siempre y en todo lugar junto al hombre, con el fin de reivindicar -una vez más- un pensar mundial que se auto enriquezca y que definitivamente rompa con la preeminencia de las manifestaciones filosóficas occidentales; finalmente y como acabamiento de esta primera parte, un tercer capítulo a modo de introducción -ya establecidos los objetivos de la investigación y la realidad de un filosofar humano- que expone la necesidad de vitalizar continuamente el diálogo entre Occidente y Oriente, mostrando la riqueza y la mayor integridad de esta mirada confluyente - ya manifiesta en cronologías pasadas como la Grecia arcaica-, con el fin de posibilitar una transformación en el mundo que habitamos. Afirma Heidegger que es urgente un “diálogo con los pensadores de lo que es para nosotros el mundo oriental”.Este parlamento que ha sido provocado en diversos momentos desde ambas partes debe ser recurrente como alimento y entendimiento de toda la era posmoderna, con el fin de elucidar posibles sendas que nutran nuestra andadura. Los siguientes cuatro capítulos, presentados a modo de posible diálogo, se centran en la reflexión sobre el sujeto -como verdaderamente no-sujeto-, el nihilismo -como lugar a través del cual el no sujeto puede profundizar y corresponder-, y la conciencia (mente procesual) -como lugar de búsqueda y recuerdo de vías de conocimiento-inconocimiento connaturales al hombre-. Los contertulios que se localizan en esta segunda parte dialogante son diversos, si bien engarzados con el fin de recrear senderos imposibilitados de un trazado preciso y calculable, y alejados por tanto de la insistencia determinante a través de la que nos repetimos. En el primer capítulo, parte dedicada al sujeto-no sujeto, se localizan los textos iniciales budistas del Abhidhamma, que deconstruyen la subjetividad hacia la yoidad-no yoidad más profunda, así como de forma secundaria, se produce un acercamiento al sujeto de la Advaita Vada. Ambas ideologías fluyen en un posible diálogo con la ficción nietzscheana del sujeto y el lenguaje, así como con la conformación del “yo” lacaniano. La recreación de un sujeto nos enfrenta con la inevitabilidad del nihilismo que abre el segundo capítulo, dialogo esta vez entre Friedrich Nietzsche y Keiji Nishitani. Nietzsche presenta la superación de la metafísica en una filosofía de la purificación, que Nishitani reflexiona como nada absolutamente relativa que puede radicalizarse hacia una nihilidad más profunda. Desde esta superación de la metafísica nietzscheana y la posibilidad de atravesamiento de la conciencia que propone el filósofo nipón como camino necesario, el tercer capítulo parlamenta entre el pensamiento del determinado como primer Heidegger -anterior a la Kehrey la metanoética de Hajime Tanabe. También en este capítulo se expresa la atención por parte de “Oriente”, sobre la posibilidad de la nada verdadera, que en Occidente pesa aun todavía como no-ser, y por tanto espacio donde el protagonismo se provoca desde la voluntad humana o, como indica Tanabe, desde el propio poder. CONCLUSIÓN. Como clausura de este fluir de Poniente a Levante y viceversa, en el cuarto capítulo y a través del filosofar heideggeriano tras la Kehre y del pensar nishidiano, se han querido empezar a difuminar los contornos y las fronteras en el lugar del ser que es ausencia y es por tanto nada. Desde la perspectiva de esta indagación la filosofía de Heidegger es un ir desistiendo, como filosofía de la entrega, en un desasimiento más profundo que tiende hacia el fundamento sin fundamento del ser como presencia y ausencia, esto es, como ser-nada. Es entonces desde este territorio desfondado, desde el que se tercia el posible enriquecimiento a través de Nishida y su evolución, desde la “experiencia pura” hasta “basho” o topos ilocalizado de la nada absoluta. Es esa presencia en ausencia -negación- o ser-nada, la que puede posibilitar una radicalización del nihilismo que habitamos. De hecho, a lo largo de este último diálogo se retorna a los textos iniciales budistas, con el fin de abrir la correspondencia con esa nada que nutre, a través del regreso a la conciencia de continuidad vital, atravesando la insistencia de la estructura sujeto-objeto, sea esta de origen histórico -según Heidegger- o connatural -a la luz oriental-.