Evaluación de la aceptabilidad y factibilidad del autotest de VIH con prueba rápida

  1. Rosales Statkus, María Elena
Dirigida por:
  1. Luis de la Fuente de Hoz Director/a
  2. Francisco Bolúmar Montrull Codirector/a
  3. María José Belza Egozcue Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 02 de julio de 2015

Tribunal:
  1. Fernando Rodríguez Artalejo Presidente/a
  2. Susana Laura Monge Corella Secretario/a
  3. María Jóse Fuster Ruiz de Apocada Vocal
  4. Asunción Díaz Franco Vocal
  5. Jesús Castilla Catalán Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 120531 DIALNET

Resumen

Se evalúa la factibilidad de la realización del autotest del VIH con un test rápido en sangre capilar en dos formatos: supervisado y no supervisado. Se evalúa también la aceptabilidad del autotest y estima el uso potencial en el futuro. Se trató de dos estudios transversales anidados en otro que evaluaba un programa móvil de diagnóstico. Entre 2009-2010, un grupo de participantes se realizó a sí mismo la prueba, solo con la ayuda de una hoja de instrucciones (no supervisado) o además, con apoyo de un investigador (supervisado). Luego interpretaron seis fotografías con diferentes resultados y opinaron sobre el proceso. Entre 2010-2012, se incluyó en el cuestionario de evaluación del programa preguntas de opinión sobre la autorización de la venta del autotest, la intención de haberlo utilizado en el pasado si hubiese estado disponible, y el conocimiento y uso de la venta del autotest por internet. De 208 participantes que realizaron la prueba con supervisión el 99% obtuvo una prueba válida y de 313 que la realizaron sin supervisión el 8,0% obtuvo una inválida. De 519 participantes que interpretaron los resultados el 14,3% se equivocó en al menos uno, y los factores asociados fueron: ser mayor de 30 años, ser latinoamericano y no tener estudios universitarios. Solo el 17,9% pagaría los 30¬ que cuesta en los EEUU. De 3373 usuarios, el 88% estuvo a favor de la venta del autotest, y los factores asociados fueron: ser extranjero, haberse inyectado drogas y estar preocupado por presentar un resultado positivo. El 64,5% seguro o probablemente ya se habrían hecho la prueba si el autotest hubiese estado disponible y los factores asociados fueron: tener estudios universitarios, tener prueba de VIH previa, tener fuentes de ingreso diferentes a un empleo y haberse inyectado drogas; se evidenció una interacción entre el sexo/conducta sexual y la preocupación por presentar un resultado positivo, y en comparación con las mujeres nada/poco preocupadas, las mujeres seriamente/sumamente preocupadas mostraron la asociación más fuerte. De 3340 participantes, el 5,3% conocía la venta del autotest por internet. Sólo el 0,6% refirió haberlo utilizado y los factores asociados fueron: ser extranjero no latinoamericano, tener dos o más pruebas de VIH previas y tener estudios universitarios. El autotest es una estrategia factible, en su modalidad supervisada equiparable a la toma de muestra por un profesional, y en la no supervisada podría llegar a ser una alternativa, aunque se requieren más estudios para ajustar la tecnología. El que casi todos los usuarios apoyen su autorización le convierte también en una estrategia prometedora. Sin embargo, su introducción no tendrá el impacto esperado si su precio no cambia a uno más bajo. En el momento que se llevó a cabo el estudio el uso del autotest comprado por internet era casi anecdótico.