Conquistar el miedo, dominar la costaArqueología del paisaje de la defensa de la costa en la provincia de Alicante (siglos XIII-XVI)
- Menéndez Fueyo, Jose Luis
- Sonia Gutiérrez Lloret Director/a
- Rafael Azuar Ruiz Codirector/a
Universidad de defensa: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 16 de diciembre de 2014
- Jesús Pradells Nadal Presidente/a
- Vicente Salvatierra Cuenca Secretario/a
- Alicia Cámara Muñoz Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta tesis doctoral pretende realizar un estudio que versa sobre una época donde ocupar y defender la costa entrañaba una larga serie de dificultades que actualmente no podemos imaginar. En época medieval y moderna hasta final de la época foral (siglos XIII-XVIII), la seguridad de estos enclaves no estaba del todo garantizada por la presencia masiva de corsarios que asolaban nuestras costas en busca de botín y fortuna. El fenómeno de la piratería y el corsarismo en aguas valencianas alcanzó un notable desarrollo desde mediados del siglo XIV y en época moderna, siendo precisamente los mares y costas alicantinas los más castigados por este azote con puntual precisión. Musulmanes, genoveses, provenzales, castellanos, portugueses, amén de los propios súbditos de Aragón, encontraron una saneada historia, fuente de ingresos en sus asaltos a embarcaciones, poblaciones e instalaciones portuarias. La costa de Alicante, con su accidentado perfil, muy adecuado para refugiarse y atacar por sorpresa era el marco ideal para estos malhechores, a lo que se añade su proximidad con el Norte de África, Reino Nazarí y Cartagena, auténtico nido de corsarios de las más diversas nacionalidades. La Isla Plana o Nueva Tabarca como se le conocerá en el siglo XVIII, era uno de los refugios preferidos por los piratas, sin olvidar que el corso en Denia, La Vila Joiosa, Alicante y Orihuela-Guardamar fue ampliamente ejercido por muchos vecinos de estas localidades, constituyendo un lucrativo negocio y forma de vida. La costa, como vemos, se convierte en época feudal en una auténtica frontera, un territorio básico para el Estado y la defensa de sus ciudadanos. En esa época el Reino de Valencia, establece con la Corona Española una serie de medidas y construcciones encaminadas a proteger la costa en lo que se acabará denominando el Resguardo de la Costa, una institución que veló por la defensa de nuestro perímetro costero durante más de 350 años hasta su disolución a mediados del siglo XIX. El Resguardo ideó, planificó y ordenó una serie de construcciones intentando generar una auténtica muralla defensiva que aislara al reino de los ataques de venecianos, genoveses, pisanos y sobre todo, la intensa e incansable piratería berberisca que, durante el siglo XVI asoló la costa española generando caos, destrucción y una enorme psicosis que ha dejado incluso en nuestro propia lengua, acepciones como moros en la costa. La documentación histórica es prolífica y generosa en acuerdos, actas de Cortes, cartas, mandamientos, proyectos de ingenieros, presupuestos, informes, notificaciones de avistamientos, órdenes y hasta reglamentos. Pero, no se había tratado hasta ahora esta cuestión desde la arqueología. Esta investigación, que se inició con el estudio de las torres almenaras que se plasmó en la Tesis de Licenciatura en el año 1996, se ha visto continuado y ampliado hacia el estudio del resto de los elementos que conforman la defensa costera -ciudades, torres, vigilancia y defensas de las huertas marítimas-, utilizando la metodología arqueológica como punto principal de aporte de datos, estudiando las fases de construcción de estas defensas, elementos muy peculiares de nuestro paisaje cotidiano, auténticos guardianes de piedra, pero nada especiales o extraordinarios a los que hemos podido encontrar en el resto del Mediterráneo Occidental, tal y como podremos ver en este trabajo. Porque nuestras herramientas serán los restos constructivos, el estudio de los elementos que aún quedan en pie y aquellos que ya sólo son recuerdo en el polvoriento papel de los archivos; sus ubicaciones y emplazamientos, y sus reflejos en otras construcciones del arco mediterráneo y, también porqué no, las noticias que nos han llegado de ellas a lo largo del tiempo. Todas estas herramientas nos permitirán confirmar que este sistema fortificaciones costeras creado desde finales del siglo XIII no es una respuesta de la Corona establecida de forma única y exclusiva, sino que responde a una serie de fases constructivas que coinciden con los diferentes avatares que sufren las costas alicantinas y, por ende, las españolas, durante casi 500 años. Lo que mostramos aquí es una propuesta de evolución de ese sistema y de cómo se ha ido desarrollando a lo largo de ese período en el Reino de Valencia.