La arquitectura como extensión topológica(Hilemorfismo e hilozoísmo en arquitectura)
- MARCOS ALBA, CARLOS LUIS
- Antonio Miranda Regojo-Borjes Director/a
Universidad de defensa: Universidad Politécnica de Madrid
Fecha de defensa: 02 de julio de 2009
- Gabriel Ruiz Cabrero Presidente/a
- Rafael Pina Lupiáñez Secretario/a
- Jesús Bermejo Goday Vocal
- Simón Marchán Fiz Vocal
- José Ramón Sierra Delgado Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Esta tesis doctoral propone la concepción del espacio arquitectónico como espacio material y la consideración de la arquitectura como extensión topológica. El discurso teórico se articula en torno tres planteamientos filosóficos: el hilemorfismo, el concepto de topos o lugar en Aristóteles, y la noción de extensión en Spinoza y Descartes. El planteamiento surge del análisis crítico de la idea del espacio abstracto -concebido como receptáculo-, una concepción que encontramos ya desde los presocráticos y que se ha desarrollado en Geometría o en Física. A consecuencia de ello, el espacio arquitectónico ha sido equiparado a la geometría que lo configura, obviando el hecho fundamental de estar necesariamente conformado por límites materiales. El hilemorfismo establece la constitución dual de las substancias a partir de dos principios de la existencia: la forma y la materia. Si analizamos una obra de arquitectura atendiendo a este principio ontológico observaremos que está constituida por un elemento formal, la geometría, y otro material, el espacio y la materia. Lo que en un principio puede resultar paradójico resulta ser bastante revelador: el elemento material de la arquitectura está indistintamente constituido por espacio y por materia. A diferencia de lo que sucede en el caso de un objeto cuya forma se contrapone a su constitución material, en la arquitectura la forma es simultáneamente doble -cóncava hacia el interior y convexa al exterior-. De igual forma que nadie cuestiona la doble naturaleza material y espacial en la topología de una esponja, no se puede concebir la arquitectura como una realidad desmembrada en tres partes (espacio, límite y lugar) cuando, en realidad, se trata de una sola y misma cosa. Dado que los conceptos de espacio y materia se nos han dado como antagonistas necesitamos recurrir a un concepto que aúne ambos superando la tradicional polaridad: la extensión. El concepto de extensión acuñado por Descartes y Spinoza no distingue entre lo que es materia y lo que es espacio, aunando dos conceptos que tradicionalmente se han considerado antagónicos en una única realidad que introduce una dialéctica de complementarios, lo que recuerda la noción de espacio descrita en el Tao Te Ching. La concepción del espacio como receptáculo desplazó a lo largo de la historia la alternativa aristotélica del espacio como topos o lugar. Esta noción topológica explica la imbricación espacio-materia; esto es: el espacio concebido como negativo de la materia. En la arquitectura, la concepción del espacio como lugar resulta mucho más pertinente ya que permite considerar condiciones locales para la arquitectura. Además, las relaciones de escala, posición, orientación y tensión caracterizan igualmente al espacio interior, anverso de un límite material cuyo reverso forma parte del lugar. La tesis propone una estructura del espacio material cuyos invariantes trascienden los distintos estilos, ilustrándolo con ejemplos de distintas épocas. Se comprueba así que la evolución del lenguaje de la arquitectura ha venido determinada por la relación entre el espacio y la materia, así como la tendencia hacia la desmaterialización como constante histórica. Dicha relación aplicada al espacio material determinará su compacidad, su conectividad o la fluidez del mismo; aplicado directamente al límite material conducirá a propiedades tales como la permeabilidad o la opacidad y, en términos visuales, a la transparencia.