Una metodología para la enseñanza de las matemáticas en secundaria basada en las inteligencias emocional y espiritual
- Luque Vega, Juan Antonio
- Antonio María Medina Rivilla Director
- Pedro Jiménez Guerra Director
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 27 de julio de 2011
- María Concepción Domínguez Garrido Presidenta
- Miguel Delgado Pineda Secretario
- Miguel Ángel Melguizo Padial Vocal
- Cristina Sánchez Romero Vocal
- Mª Teresa Gonzalez Mateiga Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El problema del aprendizaje de las matemáticas es tal vez uno de los mayores retos para la didáctica; los factores que inciden en el problema son múltiples. La actitud más cómoda para el profesor de matemáticas es la de reproducir el estilo con el que él fue formado, y éste, como veremos después, es uno de los problemas. Algunos factores que debemos tener en cuenta son: La inadecuada preparación del profesor, para enseñar razonamiento matemático: actualmente se da el caso que a muchos profesores se les ha formado básicamente para enseñar a utilizar algoritmos matemáticos, y no a que los alumnos aprendan a desarrollar su capacidad lógico-matemática. Así el estudiante ya tiene asumida la idea de que las matemáticas es la más difícil de las materias, y esto contribuirá a activar determinados bloqueos ante ellas, más aún, cuando obtenga malos resultados en estos cálculos algorítmicos. Además un principio pedagógico dice que "lo que no se practica no se aprende", y nuestros alumnos, rehúsan muchas veces practicar matemáticas, con las excusas: no me sale, no se me da bien y otras por el estilo. Observando esto, me propuse desarrollar una metodología que hiciese posible un mejor aprendizaje de las matemáticas, intentando demostrar la siguiente hipótesis: "Una metodología de la matemática, desarrollada teniendo en cuenta la teoría de las inteligencias múltiples, y concretamente las inteligencias emocional y espiritual, mejoraría sensiblemente el rendimiento académico de los alumnos" En este sentido he querido desarrollar actividades que fomenten la inteligencia espiritual y emocional en mis alumnos, como un medio para conocerse y conocerlos mejor, aceptar las propias deficiencias y luchar contra los bloqueos y mejorar. Conocer también las propias capacidades, que todos las poseen, y muchas veces son desconocidas,y saber apreciar también las cualidades de los demás y ver al otro no como un competidor, sino como un don y una ayuda para los demás.