De la filosofía al psicoanálisisitinerario del concepto de repetición en la obra de Jacques Lacan
- Escobar María, Carmen Elisa
- Antoni Vicens Lorente Director/a
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Año de defensa: 2011
- Diego Sánchez Meca Presidente
- Francisco José Martínez Martínez Secretario
- Amalia Rodríguez Monroy Vocal
- Begonya Sàez Tajafuerce Vocal
- José Miguel Marinas Herreras Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo delimitar el aporte particular de Jacques Lacan a la repetición, quien toma a su cargo hacer de ella uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis. Para ello se consideró indispensable el anudamiento con Freud y los pensadores de la repetición: Kierkegaard y Nietzsche. Freud, en primer lugar, aunque invirtiendo el orden histórico, por ser quien provee el campo a Lacan; y Kierkegaard y Nietzsche, por hacer de la repetición y el eterno retorno de lo mismo, preguntas que conmueven lo más real de la existencia humana; su afinidad con el psicoanálisis queda expresada en este trabajo. Hicieron de lo inevitable - que serían el eterno retorno de lo mismo, o, la imposibilidad de repetir- una elección. Aquella por la cual se recupera algo de sí mismo. Y en ese sentido también coinciden: no quererse distinto. Así que para ambos se trata de un "querer", una cuestión de voluntad. Pero repetir también es querer lo nuevo, estar lanzado al porvenir, lo que implicaría también un querer hacia atrás. Ambos señalan el límite del concepto para captar lo más vivo de la existencia. De allí, el uso de categorías que se desvanecen, de las que puede dudarse que sean conceptos propiamente filosóficos; es decir, que no tienen la delimitación tranquilizadora del concepto. Freud encuentra la repetición también en la existencia, aunque esta última no es una categoría que le interese más que cuando se trata del juicio. La encuentra en la lógica del fantasma del neurótico, o sea, de todos los humanos. En un primer tiempo la repetición es la tendencia del aparato psíquico a reencontrar el objeto primero de una satisfacción mítica, intento destinado al fracaso, instituyente de la estructura del deseo. Luego, la transferencia analítica, en el llamado "amor de transferencia", se presenta como repetición en el momento en que el recuerdo se detiene para dar paso al actuar: se repite en vez de recordar; en vez del recuerdo, está el acto. Pero Freud dará un sentido demoníaco a la repetición relacionándola con la pulsión de muerte. De lo que resulta que la repetición no solo es vivida como ajena, como viniendo de fuera, sino que está enlazada con la vuelta a lo inanimado, la destrucción, el fracaso. No es sin embargo, el último sentido en Freud. También es posibilidad de elaboración, de metabolización de lo inasimilable del trauma, de la ausencia. Lacan, aunque no hace un uso filosófico de la filosofía, utiliza elementos conceptuales para hacer de la repetición un concepto transmisible y no sólo demoníaco. Pero no recurre solo a la filosofía: La lógica matemática, la lingüística y la antropología cultural son claves para sus planteamientos sobre la repetición, que es formulado de distintas maneras a través de toda su enseñanza. De ser tomada del texto de Freud sin cuestionar, pasa a ser la expresión de una ley de determinación simbólica del sujeto por la vía del significante en 1955. En este trabajo se ha considerado que el automatismo de repetición, en este tiempo, aunque sea el término que corresponde a la traducción francesa del Wiederholungszwang de Freud, es un concepto más lacaniano que freudiano. La introducción del rasgo unario en 1962, hace que relacione la repetición con la necesidad, la demanda y el deseo, provocando una nueva fórmula: lo que se repite es la demanda al Otro imposible de ser satisfecha. Una tercera formulación en 1964, incorpora el concepto de real, y separa los conceptos de repetición e inconsciente. Adaptando los términos aristotélicos de la causalidad accidental, habla de tyche y automaton, definiendo la repetición como "encuentro fallido con lo real", estatuyéndola como concepto fundamental del psicoanálisis. El goce, que ingresó como concepto lacaniano para marcar el más allá del principio de placer, produce una nueva expresión, que en realidad retoma las anteriores: la repetición es conmemoración de un goce producido por la marca (el rasgo unario).