Las respuestas religiosas ante las plagas del campo en la España del siglo XVII

Resumen

Las respuestas religiosas ante las plagas de España en el Siglo XVII. Las plagas del campo fueron el paradigma de uno de los grandiosos combates que la sociedad española del siglo XVII mantuvo diariamente con una naturaleza desbordante. Ante esa lucha, la Iglesia católica desplegó todo su arsenal de medidas espirituales, que podemos reducir esencialmente a dos. Había que explicar al creyente por qué Dios permitía la calamidad, pero también qué ganaba con ella, porque era posible que la plaga venciese la batalla. Tan sólo después de este auténtico consuelo en la desgracia se ponían en marcha las iniciativas solucionadoras, que aunaban intercesores y fórmulas. En el primer caso, englobando a toda la comunidad eclesial, incluidas las figuras celestiales y los difuntos. Y en el segundo, exigiéndose respeto a la ortodoxia, frente a lo cual las poblaciones reivindicaban su seguridad personal y comunitaria. Asistimos, por tanto, a una doble confrontación para paliar el azote: la del hombre con la plaga y la de la religiosidad oficial con la popular. Si el resultado de la primera lucha parece aún incierto, el de la segunda no le va a la zaga. Así, la mayoría de las fórmulas religiosas utilizadas se hallaban cercanas a la quebradiza línea que separaba lo autorizado de lo prohibido. A pesar de la poderosa maquinaria eclesial, la religiosidad continuó siendo "fronteriza" durante todo el siglo XVII.