Tratamiento cognitivo-conductual protocolizado y en grupo, para la fibromialgiaaplicación en contexto hospitalario
- Miguel Ángel Vallejo Pareja Director
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 03 de diciembre de 2012
- María Carmen Luciano Soriano Presidente/a
- María Isabel Comeche Moreno Secretaria
- Cristina Larroy García Vocal
- Javier Rivera Redondo Vocal
- Luis Rodríguez Franco Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El manejo del síndrome de fibromialgia (SFM) ha sido un ejercicio para una extensa y diversa gama de modalidades terapéuticas, resultado de la perspectiva compleja desde la que se describe y entiende. La eficacia demostrada al aplicar los principios básicos de cambio cognitivo y conductual sobre la adaptación y manejo de diferentes trastornos y cuadros crónicos de dolor ha propiciado que la puesta en marcha de la propuesta terapéutica cognitivo-conductual en el SFM resulte lógica e inevitable. El objetivo de esta investigación es valorar la eficacia, a corto, medio y largo plazo, de un programa de tratamiento cognitivo-conductual multicomponente, protocolizado y aplicado grupalmente, sobre una muestra hospitalaria y en régimen ambulatorio, de personas afectadas del SFM. Este estudio (diseño de grupo control en lista de espera con pre-tratamiento y post-tratamiento) se llevó a cabo en el Instituto Provincial de Rehabilitación, centro perteneciente al Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. La asignación aleatoria concluyó con la formación de dos condiciones experimentales, grupo TCC (programa multicomponente de TCC) y la condición de control (tiempo de espera), de 22 pacientes cada uno. Los momentos en los que se evaluó la eficacia de la intervención en las principales variables psicológicas (depresión, ansiedad, catastrofismo, autoeficacia, afrontamiento y calidad de vida), además de los programados antes y después de la intervención, se planificaron 3 sesiones de seguimiento (3, 6 y 12 meses) en la condición TCC. De acuerdo con los resultados obtenidos, en la condición experimental TCC y al final de la intervención psicológica, se encontraron los siguientes cambios significativos: incremento de la calidad de vida, disminución de la sintomatología ansioso-depresiva, descenso de la presencia de pensamientos catastrofistas sobre el dolor, incremento de la autoeficacia percibida en el manejo de los síntomas, reducción de los síntomas somáticas de fatiga y cansancio, descenso del uso de estrategias de afrontamiento desadaptativas (protegerse) y aumento del empleo de habilidades efectivas de afrontar el dolor (relajación). A largo plazo, los cambios, a nivel significativo, se mantuvieron en depresión y relajación, observándose una tendencia general de disminución, e incluso empeoramiento, de las ganancias clínicas en el resto de las variables. La disminución del impacto general del SFM y la mejoría en las variables de ansiedad, rumiación, fatiga y cansancio matutino, al final del tratamiento, se relacionaron positiva y significativamente entre sí. La práctica incrementada de la relajación no se asoció de forma significativa con las mejorías físicas y psicológicas observadas después de la intervención. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que la intervención psicológica, sometida a control experimental en este estudio, ha sido eficaz para mejorar la salud percibida, al reducirse el impacto cognitivo-conductual del SFM. No obstante, el carácter limitado de los logros clínicos, al no haberse mantenido tras la conclusión del programa, señalaría la necesidad de mejorar la intervención, programando sesiones de recuerdo o de mantenimiento al finalizar el tratamiento, potenciando alguno de sus componentes, como la restructuración cognitiva, e incrementando la utilidad y adecuación de estrategias como la relajación. La conclusión principal según los resultados obtenidos, es que la intervención aquí utilizada ha resultado eficaz al producir una mejoría significativa, clínica y estadísticamente, en la calidad de vida, Sin embargo, futuras investigaciones deberían de valorar la eficacia diferencial de los componentes terapéuticos del programa y, sobre todo, adoptar las estrategias más eficaces de esta intervención a las características específicas de los subgrupos de personas clasificadas con SFM.