Personalidad, afrontamiento y positividad en pacientes con trastorno adaptativo

  1. Vallejo Sánchez, Beatriz
Dirigida por:
  1. Ana María Pérez García Directora

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 03 de julio de 2015

Tribunal:
  1. José Bermúdez Moreno Presidente
  2. Itziar Iruarrizaga Secretario/a
  3. Jesús García-Martínez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Introducción: La característica esencial de un trastorno adaptativo (TA) es el desarrollo de síntomas emocionales o comportamentales en respuesta a un estresor, siendo además necesario para su diagnóstico que los síntomas tengan una gravedad superior a lo esperable e interfieran de forma significativa en la vida de la persona (APA, 2014). A pesar de la frecuencia e importancia de este diagnóstico, ha sido muy poco investigado, y no existen modelos teóricos que orienten sobre su evaluación e intervención, aunque es probable que al igual que ocurre con otros trastornos, la predisposición y la vulnerabilidad personal (especialmente la personalidad y el tipo de afrontamiento utilizado ante el estrés) desempeñen un papel importante en su desarrollo. El objetivo de este estudio fue, primero, analizar las diferencias entre un grupo de pacientes con TA y un grupo control en personalidad, positividad, afrontamiento y algunas variables sociodemográficas y clínicas significativas, y segundo, comprobar si estas variables permitían predecir la presencia y/o gravedad de sintomatología ansiosa y depresiva. Metodología: Se evaluó a un grupo de pacientes que acudieron a una Unidad de Salud Mental, diagnosticados de TA (N=SO), y a un grupo control (N=SO) a través de una entrevista clínica y de un protocolo compuesto por los siguientes instrumentos: hoja de datos sociodemográficos; Escala de Sucesos Vitales, para recoger información sobre la ocurrencia y nivel de estrés generado por 40 posibles estresores; Big Five Inventory-44 (Benet-Martínez y John, 1998) para evaluar las Cinco Grandes dimensiones de personalidad (neuroticismo, extraversión, afabilidad, tesón y apertura a la experiencia); Escala de Positividad (Caprara et al., 2012), para valorar la positividad o propensión a pensar positivamente sobre uno mismo, la vida y el futuro; COPE-28 (Carver, 1997) para valorar 5 tipos de afrontamiento (de compromiso, de falta de compromiso, de búsqueda de apoyo, de humor y de religión), agrupándose previamente las 14 estrategias que evalúa a través de análisis factorial; y por último, BDI-IA (Beck et al., 1979) y BAI (Beck y Steer, 1993), para valorar la presencia y gravedad de síntomas depresivos y ansiosos, respectivamente. Se descartó otra psicopatología a través del MINI (Sheehan et al., 1997) y el IPDE (Loranger, 1996). Las escalas mostraron índices de fiabilidad adecuados. Se analizaron las diferencias entre grupos en las variables consideradas, y posteriormente se realizaron análisis de correlación entre las variables y de regresión sobre la sintomatología, controlándose en todos los casos el efecto de las variables sociodemográficas significativas. Resultados: Se encontraron diferencias significativas entre los grupos en personalidad (menor extraversión, y especialmente mayor neuroticismo y menor positividad en el grupo clínico) y en afrontamiento (mayor uso de estrategias desadaptativas como el afrontamiento de falta de compromiso y menor uso de estrategias más adaptativas como el humor en el grupo clínico). Las variables de personalidad y afrontamiento consideradas, y algunas sociodemográficas relevantes, correlacionaron con la sintomatología, tanto ansiosa como depresiva, y contribuyeron en su predicción, especialmente un alto neuroticismo, baja positividad, y un alto uso del afrontamiento de falta de compromiso, así como algunas sociodemográficas. Conclusiones e implicaciones: Tanto la personalidad (los Cinco Grandes y la positividad) como el afrontamiento podrían ser factores de riesgo o de protección para el desarrollo de los TA. Por tanto, este estudio contribuye a una mejor comprensión de este diagnóstico, hasta ahora escasamente investigado pero frecuentemente utilizado, y tiene implicaciones importantes de cara a la evaluación y abordaje psicoterapéutico. Además, se aportan datos novedosos sobre el nuevo constructo de positividad.