El conocimiento al final de un hilola cometa a través de la historia de la ciencia y la tecnología
- Suay Belenguer, Juan Miguel
- David Teira Serrano Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 2013(e)ko azaroa-(a)k 25
- José Francisco Álvarez Álvarez Presidentea
- Jesús Pedro Zamora Bonilla Idazkaria
- Antoni M. Roca Rosell Kidea
- Chiara Ambrosio Kidea
- Javier Moscoso Sarabia Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Entre 1752 y 1914, las cometas fueron utilizadas como objetos científicos en diferentes ramas de la ciencia y la tecnología. En primer lugar, como dispositivo experimental en la física del XVIII para probar la naturaleza eléctrica del rayo. Luego como modelo teórico en la mecánica racional durante el siglo XVIII. A lo largo del XIX, la cometa se convierte en objeto tecnológico, al desarrollarse diseños especializados para su uso en la observación meteorológica (elevando instrumentos de medición). Por último, las cometas fueron utilizadas como modelo a escala en la naciente ingeniería aeronáutica, para perfeccionar el desarrollo del ala, durante la segunda mitad del XIX y principios del XX. La cometa no se consolidó dentro del acervo científico de estas disciplina en ninguna de estas cuatro categorías (dispositivo experimental, modelo teórico, instrumento auxiliar, modelo a escala), de forma que la cometa no es reconocida hoy como objeto científico, salvo por una minoría de especialistas. La cometa inicia su vuelo como dispositivo experimental con el famoso experimento de Benjamín Franklin en 1752 para descubrir la naturaleza eléctrica del rayo. Este resultó lo suficientemente cautivador como para que, una vez agotado su interés científico, los aficionados a la física recreativa lo siguiesen practicando como divertimento en el siglo XIX. Movido inicialmente por mejorar el dispositivo de Franklin, Johann Albert Euler desarrolló en 1758 modelos mecánicos para poder elevar una cometa a mayor altura. Sin mayor repercusión científica, estos modelos tuvieron también una posteridad didáctica, a modo de ilustración, en manuales de física recreativa durante más de cien años. En 1896 se comienza a usar la cometa como dispositivo de elevación de instrumentos de medida meteorológico. Esto propulsa el desarrollo tecnológico de la cometa, adquiriendo formas demasiado complejas para un simple juguete. Fueron estos desarrollos los que propiciaron, a partir de 1898, el uso de cometas como modelos a escala para probar formas de ala, en los primeros días de la aviación. Sin embargo, la aparición de alternativas más eficientes abortó la investigación sobre cometas. Esta tesis analiza la biografía de la cometa como objeto científico y tecnológico fracasado. Para ello se parte de la noción de objeto científico de la filósofa e historiadora Lorraine Daston, con el fin de para disponer de un concepto lo suficientemente general para dar cuenta de las múltiples funciones científicas que desempeñó la cometa. Daston nos propone analizar la capacidad de un objeto para organizar la investigación científica a partir de cuatro características: su notoriedad, su novedad, su productividad y su institucionalización. Es decir, en qué medida un objeto capta la atención de los científicos y es capaz de generar resultados interesantes y perdurables. En segundo lugar, pretendo explicar por qué la cometa desaparece, es decir su fracaso. Para caracterizar el fracaso (y, por extensión, el éxito científico) adopto el enfoque que el filósofo e historiador de la ciencia Thomas Kuhn expone en el epílogo de La estructura de las Revoluciones Científicas (1969): el éxito de un objeto científico sería incorporarse al paradigma sobre el que se articula una ciencia normal. La cometa no lo logró nunca, lo cual, a nuestro juicio, se explica principalmente a su falta de productividad de resultados teóricos y experimentales, en comparación con otros objetos con los que entró en competencia.