Violencia por compañero íntimoconsecuencias en salud, uso de servicios y factores que condicionan su cese
- Martín Baena, David
- Vicenta Escribà Agüir Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 2014(e)ko urria-(a)k 16
- María Araceli Maciá Antón Presidentea
- Joan Josep Paredes Carbonell Idazkaria
- Valentín Gavidia Catalán Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
A pesar de que la investigación sobre la violencia contra las mujeres se ha desarrollado de forma exponencial en los últimos 20 años, continúan existiendo áreas donde el conocimiento es escaso. La mayoría de estudios realizados hasta la actualidad que valoran la magnitud de la violencia contra la mujer por parte de su compañero íntimo (VCI), su tipología, e impacto en salud y el uso de servicios sanitarios, se han centrado en mujeres de mediana edad. Sin embargo existen muy pocos estudios que incluyan mujeres mayores de 45 años. Pretendemos aportar información de la frecuencia de la violencia por una pareja masculina en mujeres de 55 a 70 años (n=1.676), su tipología y duración, analizar el impacto que este tipo de violencia tiene en su salud y bienestar, así como el uso que estas mujeres hacen de los servicios sanitarios. La importancia de los años de exposición a una relación de maltrato, tanto en la salud como en el uso de servicios sanitarios, nos llevó a plantearnos porque unas mujeres pueden poner fin a la relación violenta mientras que otras quedan atrapadas en el tiempo. Nos planteamos identificar los factores asociados al cese de la violencia en mujeres de entre 18-70 años (n=2.464) de diferentes contextos socioeconómicos, con diferentes experiencias de maltrato, así como sus propias respuestas para afrontarla, que puedan predecir el riesgo de continuidad y contribuir al diseño de nuevas estrategias más efectivas para facilitar que las mujeres puedan poner fin a la relación de violencia. Los resultados muestran que cerca del 30% de las mujeres de entre 55-70 años que acuden a los centros de atención primaria han sido maltratadas por una pareja masculina en algún momento de su vida adulta y que en un alto porcentaje este maltrato duro más de 20 años. Las mujeres que sufren más de un tipo de VCI tienen un impacto mayor en su salud que las mujeres que presentan sólo violencia física o sólo violencia psicológica. Se evidencia una correlación positiva entre la violencia y el uso de servicios de atención primaria, especialmente significativo en el caso de las mujeres que experimentan una combinación de diferentes tipos de maltrato y en el caso de mujeres que experimentan sólo violencia psicológica. Nuestro estudio confirma que cuando la duración de la exposición a la VCI aumenta, se incrementa la frecuencia de la utilización de los servicios sanitarios especializados, que en nuestro caso incluyen servicios de salud mental. Así mismo el consumo de tranquilizantes y antidepresivos se correlaciona también positivamente con la duración del maltrato. De las 2.464 mujeres que respondieron afirmativamente a las preguntas de violencia, el 36,1% no presentan VCI en el último año y el 61,9% continúan expuestas en la actualidad. Factores como ¿estar soltera¿, ¿separada¿, ¿no tener hijos a su cargo¿ y ¿haber nacido en España¿, se asocian a una mayor probabilidad de que la violencia cese. Cuando la violencia se inicia en edades más jóvenes y su duración no se alarga en el tiempo, la probabilidad de poner fin a la violencia es más del doble que cuando ésta se inicia en edades más tardías y se va extendiendo en el tiempo. Deben fomentarse intervenciones psicoeducativas hacia tolerancia cero, en el caso de mujeres jóvenes, mientras que para las mujeres maltratadas de mediana edad y mayores debe ser una necesidad el implementar programas de empoderamiento así como incrementar los recursos económicos y de apoyo social.