Angel Ossorio y Gallardo : biografía políticael genio, la figura y la metamorfosis de un político apasionado
- López García, Antonio Miguel
- Pedro Carlos González Cuevas Director
Defence university: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 17 December 2012
- Andrés de Blas Guerrero Chair
- Julio Gil Pecharromán Secretary
- Juan Olabarría Agra Committee member
- María Jesús González Hernández Committee member
- Fernando del Rey Reguillo Committee member
Type: Thesis
Abstract
Político, jurisconsulto y escritor, Ángel Ossorio y Gallardo (Madrid, 1873) presenta una ideología con tres líneas maestras: católico, monárquico y conservador. Pronto dirigió sus inquietudes hacia cuestiones sociales, el déficit democrático restauracionista y la independencia judicial. Aunque no alcanzó grandes cotas de Poder siempre se movió en sus aledaños. Y encabezó los más interesantes movimientos en la política española del primer tercio del siglo XX. Estos movimientos, y su actuación durante la Dictadura de Primo de Rivera, le supusieron el rechazo de sus propias filas que fue creciendo a medida que radicalizaba sus posturas, críticas con la derecha y comprensivas con la izquierda. Sufrirá una campaña de desprestigio durante la guerra y también en los primeros años del franquismo. No obstante, ni un bando ni el otro le aceptaron enteramente. Fue Gobernador civil en Barcelona, donde tuvo que afrontar los días previos a la Semana Trágica, que supuso prácticamente el final de sus aspiraciones políticas. Se opuso a la utilización del Ejército para la solución de aquel conflicto civil y dimitió. Tras años de militancia conservadora, con una larga presencia en las Cortes de la Restauración, Ossorio creó el maurismo como una escisión de su propio partido. Fracasó y en una nueva escisión constituyó el Partido Social Popular, de adscripción socialcristiana. Efímeramente fue ministro de Fomento en 1919 donde sufrió el desengaño de ver que aquel gobierno no tenía el apoyo incondicional de todos los conservadores. Supuso su deriva definitiva hacia posturas democristianas. Con la Dictadura de 1923, su abstencionismo inicial se cambió por enfrentamiento radical al ver el intento de perpetuación del dictador. Esto provocó su ruptura con Alfonso XIII (no con la Monarquía) al que pidió su abdicación en favor del heredero. Su clásico enfrentamiento a una posible república se volvió permisivo al ver a los monárquicos incapaces de llevar adelante a España. No apoyó la llegada de la República, aunque resultó ser un coadyuvante involuntario. Su "dejar hacer" a los republicanos se tradujo en progresivo respaldo a la República una vez establecida. La hostilidad de las derechas crecía y ya no logró hacerse entender por aquellas. La radicalización política de unos y otros terminó dejándole fuera de juego, y optó por hacer seguidismo de los republicanos de izquierda. En su deriva prorrepublicana defendió las colectivizaciones, de difícil encaje en la derecha. Ya en 1933 aceptó mal el gobierno del Partido Radical Republicano y la CEDA. Su postura había sido muy otra para con los gobiernos del Primer Bienio, de quienes tiene una inmejorable opinión pese a reconocer su sectarismo. No fue capaz de crear una fuerza política, ni de adherirse a ninguna existente, y solo podía colaborar con sus conocimientos profesionales y políticos. Si hubiera formado grupo político habría sido una derecha reformista, social y liberal-democrática. Hablaba de legislación "dictatorial" durante el Primer Bienio, pero la votaba y la defendía. Y eso que pensaba que la Justicia en España estaba "igual o peor" que antes. Y negó la legitimidad para gobernar al centro-derecha tras ganar limpiamente las elecciones de 1933. Comprendió las rebeliones de 1934 contra la legalidad vigente por la entrada de CEDA en el Gobierno. Y siguió la misma dirección durante la violenta primavera de 1936: comprensivo con el Frente Popular y muy crítico con la oposición. Con la guerra, sus posturas se radicalizaron más todavía. Como embajador de la República ocupó las legaciones de Bruselas, París y Buenos Aires. En Argentina le cogió el final de la guerra y por ende el exilio. Su principal actividad fue la propaganda y la escritura, que además fue su medio de vida. Allí mantuvo las mismas posiciones y relaciones políticas de los últimos años. Falleció en 1946.