La religión bajo la perspectiva evolucionista de Daniel Dennett
- RAMÍREZ TELLEZ, ALBERTO RENÉ
- Manuel Fraijó Nieto Director
Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Fecha de defensa: 10 de octubre de 2016
- Javier San Martín Presidente
- Juan Antonio Estrada Díaz Secretario/a
- Andrés Torres Queiruga Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La religión es un aspecto apasionante pero a la vez muy complejo en toda la trama y dinámica social. El estudio de ésta, de su naturaleza, de su dinámica, su función y pertinencia ha sido emprendido por diferentes campos de investigación, que muchas veces se excluyen entre sí, desde la teología, la filosofía, las ciencias humanas y sociales hasta las intuiciones de algunos precursores de las ciencias duras. En ese sentido vale la pena advertir que en estos últimos 50 años la ciencia ha venido alcanzando resultados sorprendentes, que si bien parten de ámbitos disciplinarios restringidos, viene, se quiera o no a plantear cuestiones de importancia universal, que atañen incluso a ámbitos como la ética, la conciencia, la libertad y la religión entre muchos otros. Poder reconocer los resultados y los alcances obtenidos por estos estudios disciplinares de las ciencias “duras” es entonces fundamental, pero no lo es todo. La ciencia pese a sus grandes logros y conquistas aún no nos permite integrar en una trama unitaria los aspectos que constituyen la realidad del ser humano; pese a tantos avances la ciencia no logré explicar cómo las variadas estructuras del cerebro dieron lugar a la singularidad de nuestras mentes humanas, cada una caracterizada por una unicidad de funciones biológicas, experiencias e historias individuales. Sin embargo cuando por estas sendas de la ciencia, se abre también las posibilidades de un trabajo interdisciplinar, se nos provee de indicios que abren nuevos senderos en los que es posible explorar paisaje que había permanecido aun escondidos o incluso olvidados. Esta investigación es un intento por recorrer algunos de estos senderos que se adentran tanto en territorios propios de la ciencia como aquellos pertenecientes, específicamente a la reflexión en torno a la religión, buscando con la propuesta interdisciplinaria desvelar ámbitos pocos conocidos sobre los que sea posible reflexionar y traspasar con este esfuerzos los límites impuestos tanto de las certezas científicas, de postulados bioligicistas y del materialismo funcionalista hasta las especulaciones metafísicas. MARCO TEORICO Dennett analiza la religión como fenómeno de la natural, prestando gran atención a estudios a favor y en contra de sus propias posturas frente a la teoría evolutiva y social, sin embargo, carece casi por completo de esa misma preocupación cuando toca aspectos pertinente a la religión, en la que Dennett desconoce a los grandes teóricos de la religión .Dado que la atención central de este trabajo esta puesta en la concepción de religión como fenómeno natural según la perspectiva de Daniel Dennett, ayuda a la lectura interpretativa del corpus la aproximación a este concepto bajo la definición de religión que puede ser extraída de la obra de Dennett y que la señala como: un fenómeno natural –subordinado al proceso evolutivo biológico y cultural– que por medio de la sucesión y transformación genética y memética expresa, explica y transforma valores personales, éticos y sociales, bajo las condiciones de una libertad no restringida por una supuesta conciencia y cuya veracidad se formula bajo la consigna del cui bono. Esta definición actúa como una guía para analizar el marco que Dennett brinda a la religión y establecer desde este los puntos de encuentro y desencuentro con estudios aplicados de la filosofía de la religión y abre una exposición sobre el pensamiento de Daniel Dennett, teniendo en cuenta particularmente su desempeño en las ciencias cognitivas y la concepción multidisciplinar de la conciencia (donde se destaca como uno de los filósofos de la ciencia más importantes), la teoría evolutiva darwiniana (donde es considerado como uno de los principales defensores del materialismo eliminativo) y los problemas que giran en torno a la conciencia, voluntad, la libertad y la moral; todo ello orientado a la problemática del fenómeno religioso. Dennett ha querido construir una filosofía de la mente que, asentada en la ciencia empírica, tenga utilidad para ella. Para esto, sus estudios y publicaciones sirven aquí como guías que encauzan convenientemente el intento por demarcar los aspectos en los cuales la presente investigación quiere hacer énfasis: la comprensión y valoración que hace el autor de la religión HIPOTESIS En el ámbito de este estudio explicativo y cualitativo, nos interesa determinar si la crítica que establece Daniel Dennett a la religión como fenómeno natural, bajo los presupuestos de la teoría evolutiva, reviste, por un lado la necesidad de replantear el sentido de la religión misma o por lo menos la del sentido con la cual ha sido abordada y por otro lado, si la ausencia de un cuerpo doctrinal en la consideración que hace Daniel Dennett de la religión, desdibuja o restringe significativamente las posibilidades de brindar un aporte significativo al desarrollo de futuros estudios incluso sistemáticos sobre la religión y la concepción de hombre. En ese sentido, he procurado metodológicamente que actúe como variable dependiente, el intento de establecer una posible definición de la religión como fenómeno natural, supliendo esta ausencia de una mención explícita por medio de una posible categorización de la religión siguiendo la exposición que sobre ésta hace Dennett. Como factores que determina el efecto de la hipótesis, se identifica variables independientes que establece en dos direcciones: 1. En las consecuencias prácticas que busca Dennett al definir la religión como un fenómeno natural. 2. En las consecuencias que conllevan los planteamientos de Dennett vistos desde la amplitud de estudios de reconocidos teóricos de la religión OBJETIVOS El objetivo principal como marco de referencia de lo que se pretende aportar y demostrar en esta tesis se centra en: mostrar que un análisis filosófico científico de la religión como fenómeno natural, a la luz de los postulados más significativos de la teoría evolutiva y de las corrientes funcionalistas y materialistas que de allí se desprenden, si bien enriquece la comprensión de cómo se ha establecido lo religioso en la evolución cultural, queda aún muy lejos de lograr entender y explicar la naturaleza misma de la religión. Para facilitar la comprensión, realización y cristalización del objetivo general indicaron los siguientes objetivos específicos 1. dar a conocer el pensamiento de Dennett, procurando entender y hacer explícito los postulados científicos, filosóficos e interdisciplinares desde los cuales examina la religión. 2. entender que si bien su crítica se da fuera de las líneas rectoras de una reflexión más rigurosa del fenómeno religioso–, asume muchos de los elementos esenciales con los que se asocian a la religión y dibujan los rasgos esenciales de lo humano: la naturaleza, la conciencia, la libertad, la moral, la inteligencia de la fe y la cultura. 3. Contribuir con un estudio que intente establecer una articulación de saberes, por medio del ejercicio interdisciplinar, para enriquecer la visión de la religión. METODOLOGIA El establecimiento de estos objetivos llevan a que el diseño metodológico de esta investigación se de bajo los siguientes parámetros: El procedimiento metodológico en el que se inscribe este trabajo es cualitativo, de manera particular se presenta como un estudio fenomenológico, bajo un paradigma interpretativo, ya que una significación sobre la religión no puede darse como algo ya acabado, sino como un fenómeno que está en constante construcción y determinado por sujetos que son capaces de modificarlo y cargarle nuevas connotaciones. El trabajo se desarrolla bajo la técnica de análisis documental orientada a la comprensión del fenómeno. Bajo este paradigma se comprende que considerar la religión como fenómeno natural (entiéndase también social) implica entender que el significado está anclado al significado que le atribuyen quienes lo viven. En ese sentido esta metodología que se ha seguido aquí se desarrolla mostrando como los eventos son mutuamente modelados y mostrando el surgimiento de relaciones multidireccionales que ayudan a entender las realidades construidas. MARCO REFERENCIAL O BIBLIOGRÁFICO Dentro de la sustentación teórica de esta investigación la selección y manejo bibliográfico se ha dado de la siguiente manera Tenemos teorías ampliamente desarrolladas, con abundante evidencia empírica, que tienen un papel central en este problema de investigación. En este caso, la mejor estrategia fue tomar una estructura semejante a la del marco teórico. Primero identificar la literatura que se aplican y se relacionen al problema de investigación. Segundo aprovechar estudios disciplinares como material de apoyo, que aclaren aspectos, corroboren afirmaciones o sugieran variables importantes, aplicables al tema. Tercero recurrir a literatura que, aunque no se refiera al problema específico de la investigación, lo ayude a orientarse dentro de él. Para ello, atendiendo a la estandarizada clasificación de fuentes, en referenciales, primarias y secundarias, es cuerpo bibliográfico se clasifico así: 1. Obras de DENNETT citadas en esta investigación (actúan como fuentes primarias) 2. Otras publicaciones de DENNETT Consultada 3. Obras sobre DENNETT citadas (fuentes primarias y secundarias) 4. Otras obras consultadas sobre DENNETT 5. Bibliografía particular sobre Filosofía de la Religión y Filosofía de la Ciencia 6. Otras obras citadas Y como bibliografía exploratoria aparece en último lugar 7. Bibliografía general consultada La mayoría de las publicaciones fueron consultadas en su lengua original, sin embargo, para las citas textuales, se incluyeron las versiones traducidas al español, en el caso de existir; CONCLUSIONES Después del desarrollo del tratamiento que Dennett le otorga a la religión, quedan por indicar ahora los términos con los que su postura puede entrar en diálogo con la visión particular con la que en el contexto del cristianismo se valora la religión, pues la imagen que brinda del universo, del proceso constitutivo de los seres vivos y de la naturaleza del ser humano, tanto en sus rasgos comunes como en aquellos aspectos que parecen serle exclusivos, conlleva una comprensión del mundo y de la realidad del hombre que es asumida muy favorablemente en los círculos académicos contemporáneos. 1. El contexto contemporáneo La estabilidad y consistencia de la religión (incluso vista desde su dimensión meramente social), lo mismo que su dinámica y evolución, no pueden ser mantenidas ni explicadas de manera suficiente ni por una teoría biológica de la evolución ni por una de carácter cultural, que emerge como consecuencia directa de esta misma evolución. Si bien es cierto que, como lo afirman la mayoría de los científicos evolucionistas, la evolución no genética se realiza por medio de la evolución cultural - en la que la religión sería una especie de réplica memética-, esto no resuelve el núcleo de las dificultades que rodean a la existencia humana en la articulación y sincronización de los múltiples roles y funciones propias de la interacción social. Esto no se debe en modo alguno al criterio determinista con el que se suele asociar la evolución biológica, el mismo Dennett señala que muchos pensadores asumen que el determinismo implica la inevitabilidad. Algo que no es cierto, como no lo es considerar que cierta libertad en cuanto agentes, cierta capacidad de maniobra, cierto margen, no existiría en un universo determinista. Se debe más bien a la ausencia de la dimensión trascendental, es un dato que escapa al examen de la ciencia, sin que ello implique, en modo alguno, que como afirma Dennett, que no sea tomado como un tema serio, inquietante y recurrente. 2. Proceso evolutivo y cristianismo: el hombre y su relación con el mundo Dennett desplaza la relación que tiene el hombre con el mundo bajo las condiciones de sujeto y objeto y pone ambas realidades en la misma orilla, la del proceso biológico evolutivo, bajo una relación vinculante, integradora y constitutiva de una realidad común: “hombre-mundo. La condición extraordinaria característica del hombre es no un elemento disociador, desconcertante en el proceso evolutivo, una especie de salto cuántico, sino el punto álgido ilustrativo de cómo puede formarse algo tan asombrosamente complejo en la naturaleza evolucionada a partir de operaciones absolutamente simples. El cristianismo, es capaz de reconocer esta relación paradójica del hombre con el mundo. Y lo hace precisamente bajo la tensión que se crea entre la proctología, donde el mundo se erige como obra del amor y la escatología, en la que el hombre se constituye en protagonista clave del hecho redentor (II Corintios 5:17, Efesios 4.22–24, Colosenses 3:9–10). De este modo, en la tradición cristiana sobre la acción creadora de Dios, se puede notar, por un lado, la condición compartida por el hombre con el resto de las cosas existentes por medio del acto creador (Relatos de la creación Génesis 1,1–2,4ª y Génesis 2, 4) y, por el otro, en el acontecimiento escatológico, la “solidaridad” con la que el mundo se une al hombre en la espera de la consumación redentora del tiempo (Romanos 8, 18-23). Estas dos fuerzas que jalonan al hombre, se entrelazan de igual manera en su valoración existencial. Pese a estar sujeta a una constante y controvertida revisión de sus implicaciones y de esas lagunas inciertas que muestra la teoría de la evolución, sus aportes, como lo indica Alfaro, son un presupuesto confiable para comprender la relación que tiene el ser humano con el mundo que lo rodea.. 3. Los límites de la perspectiva evolutiva y la inteligencia de la fe en la relación hombre-mundo ¿Es la concepción del hombre que se desprende de la postura darwiniana negativa?, ¿Solo se puede inferir de ella que el hombre es tan solo el resultado casual –que no causado– de un proceso, que era regido y dominado, ya no por fuerzas externas a él mismo –como se sostenía en la concepción newtoniana–, sino ahora por un proceso interno? O que, como reclama escépticamente Nietzsche, lo que se haya ganado con tal “logro” de estar donde estamos en el proceso evolutivo sea peor de lo que ya se tenía. Primero. El ser humano en lo que respecta a su dimensión cultural no es una grúa compuesta de otras grúas; es decir, no es sencillamente un proceso evolutivo compuesto de un sinnúmero de procesos evolutivos, sino que es una especie que tiene una capacidad poderosa de crear y desencadenar nuevos procesos en la evolución. Como afirma K. Rahner, la cultura configura el ámbito existencial de cada hombre y aquello que, como específicamente humano, –aceptando y prolongando una tradición– crea mediante una acción libre y consciente de sí y de su mundo circundante al actuar y realizar su obra personal. Esta creación no es un lujo que el hombre se procura, pues sin ella no podría subsistir incluso como simple animal. Segundo: El nivel de lenguaje que poseemos ha abierto nuevas dimensiones en el espacio del diseño, cuyo secreto solamente nosotros poseemos. Es decir, ha bastado tan solo con unos milenios –si se tiene en cuenta la duración de los procesos biológicos– para que, utilizados nuestros vehículos de comunicación y de exploración, hayamos transformado no solo nuestro planeta, sino el proceso mismo de desarrollo del diseño que nos ha creado. 4. El innecesario conflicto entre las “grúas” y los “ganchos celestes” Dennett concluye que la intencionalidad real o intrínseca que muchos parecen atribuir al ser humano es una ficción y cualquier tentativa de fundamentarla no es más que un intento de creación de ganchos celestes. La intencionalidad se explica mucho mejor como un proceso evolutivo entendido como progresiva elevación de grados de refinamiento en los fenotipos estructurales los organismos (Conjunto de caracteres visibles que un individuo presenta como resultado de la interacción entre su genotipo y el medio) de, hecha mediante grúas concretas que permiten una explicación de cómo llegó el ser humano a tener una mente capaz de representar objetos El planteamiento de Dennett es un desafío a la religión que, si bien se puede llegar a enmarcar en las condiciones propias de un fenómeno natural, posee una realidad no subsumible en la lógica fáctica que divide el mundo entre “grúas” y “ganchos celestes”. Sin embargo, el desafío de la religión no es en el terreno de los hechos, del determinismo, ni siquiera en el plano del diseño; la cuestión es mucho más compleja: implica, por un lado, asumir la realidad de una confrontación que en el plano de lo fáctico poco le permitiría ganar, pero sí perder mucho y, por otro lado, aceptar el reto de mostrar que la explicación total de la realidad (de manera preeminente la humana) es para cualquiera, creyente o agnóstico, insuficiente y pobre Optar por un mundo de grúas, en contraposición a uno de ganchos, resulta entonces, tan absurdo como querer elegir entre religión y ciencia, o lo que sería más dramático, hacer de la ciencia una religión o de la religión un saber verificacionista y verificador de la realidad del mundo. 5. La libertad que nos hace hombres El vector que indica Dennett en la evolución biológica para rastrear la constitución de la libertad, denominada libertad natural, está regido por tres criterios bien determinados: la capacidad de moverse, la capacidad de actuar a partir de una variedad amplia de posibilidades y la capacidad de aprender nuevas habilidades. Sujetos a estos criterios de procedencia naturalista (Dennett, Freedom 28), se puede sostener que no existe un rompimiento abrupto entre el comportamiento humano y el de los animales Sin embargo, se está aún muy lejos de explicar la complejidad de la libertad alcanzada en la especie humana y, más aún, si pueden estos tres factores ser asumidos como el eje céntrico de lo que ha de entenderse, en definitiva, no solo por libertad, sino por libertad según el proceso evolutivo. No cabe duda de que los seres humanos poseen rasgos muy particulares en el desarrollo de su libertad que los muestran diferentes respecto a los animales, porque a diferencia de los animales, sí pueden cambiar sus “habilidades”. La libertad, vista su doble perspectiva evolutiva (biológica y cultural), no revela en justicia todo lo que ella representa para la civilización humana en su globalidad y pluralismo. Más bien, desde esta doble perspectiva, genera una tensión entre lo originario (biológico-cultural) y su presencia adaptativa a cada realidad presente. Acentuar solo las descripciones evolutivas (biológicas y evolutivas) ocasiona una fractura con los demás ámbitos de reflexión en torno a la libertad, como la filosofía, las ciencias sociales y la religión, cerrando algunas rutas alternativas necesarias en el debate dirigido a cerrar en vez de abrir brechas en los ámbitos antropológicos, éticos y cognoscitivos en torno a una definición de libertad que la lleve más allá de una visión mecanicista de la vida. Es verdad que un excepcionalismo humano es innecesario. Pero la singularidad del hombre no se da en retrospectiva, es decir, hacia la graduación evolutiva de los rasgos que lo hacen hoy un ser político, ético, responsable, libre y autodeterminado, sino más bien en la articulación de todos estos elementos que constituyen al hombre en cuanto tal; lo identifican como ninguna otro criterio como interlocutor (más que como criatura) de Dios y lo invitan a abrir nuevas perspectivas y a no permanecer como una especie de masa homogénea y amorfa (producto de una evolución, sin creación y sin autor). 6. Transhumanismo Dennett inspirado en las intuiciones de Turing sobre el cálculo computacional y la robótica, asume bajo la visión del funcionalismo la naturaleza robótica e informática del cerebro humano. En ese caso según Dennett, la conciencia sería como un posible atributo evolutivo de una máquina informática capaz de pensar: “¡Claro que somos máquinas!... Somos máquinas muy, muy complicadas y muy, muy evolucionadas, hechas de moléculas orgánicas en vez de metal y silicio, y nosotros somos conscientes, de modo que también puede haber máquinas conscientes: nosotros” (Dennett, Consciousness) En todo caso con el transhumanismo, la evolución tanto en su dinámica biológica como cultural, parece quedar rezagada para dar paso a la tecnología. Sin embargo como afirma el biólogo Edward Wilson en su reciente libro The Meaning of Human Existence, lo que hace al ser humano tan diferente del resto de seres vivos No es la ciencia y la técnica, sino la cultura, la educación, las humanidades. Y aún tenemos una deuda muy grande con nosotros y con nuestro entorno: Cualquier utopía de lo transhumano ha de suponer, a su vez, la de lo humano. 7. Moral y religión Pese al tratamiento interdisciplinar que Dennett da al estudio de la moral en su trabajo académico y su disposición a ensanchar y enriquecer el sentido que la moral trae consigo. La relación simple y directa entre moral y religión, quizá se podría pasar por alto, si no fuera tan evidente la tendencia de las sociedades contemporáneas, incluso aquellas que se destacan por su alto grado de secularización, a darle a los argumentos morales un papel relevante en el ámbito público, a la vez que a relegar al ámbito de la vida privada la fuerte dependencia que esos argumentos tienen de una u otra convicción religiosa y que en cierta medida son los que generan la fuerza pública de las convicciones y normas morales. Esta dicotomía se ve claramente en la obra de Dennett, donde el problema de la moral se reduce en la esfera de lo social a un problema de "usos del lenguaje moral" y a un juicio utilitarista, alimentado por la filosofía analítica, de lo que se denomina bien moral, partiendo del principio de acabar con todo aquello que suene a ideología alrededor de este concepto. Por otro lado, esta estrecha relación con la que Dennett cree identificar religión y moral es una pretensión que desde hace tiempo se va viendo devaluada y descartada. Ciertamente, por lo menos en una sociedad pluralista, es imposible sustentar la validez universal de normas morales basadas en una acreditación ontoteológica, tal como Habermas lo explica (Habermas, La inclusión 36ss.). Con esta objeción tropiezan claramente los planteamientos de Dennett sobre el papel que juega la religión en la sociedad (pluralista como la americana) mediante del uso moral. La equivalencia entre religión y moral es, en definitiva, una asociación inapropiada difícilmente fundamentada. 8 La complementariedad del esfuerzo interdisciplinar El discurso científico no abarca en su totalidad el fenómeno religioso. La aproximación entre la fe y la ciencia no se da por la demostración de postulados comunes de carácter empírico ni tampoco por una subsistencia pacífica e indiferente. Comprender la religión como un fenómeno natural ha sido una invitación a mirar al extremo contrario de la cuerda que sujeta la trascendencia, extremo que se presenta también como encuentro tremendum con una fuerza que empuja al hombre a diluir su privilegiada situación en las aguas del arroyo evolutivo. Si la pretensión de Dennett era subsumir la religión en el proceso evolutivo para diluirla en él, para hacerla, como dice Gómez Caffarena, “invisible” (Gómez Caffarena Ateísmo 87), la verdad es que ha servido más bien para hacer más visibles sus notas esenciales e irreductibles. Evolución y trascendencia se muestran como dos fuerzas de retracción y atracción. La teoría de la evolución conlleva a establecer no solo una estrecha correspondencia entre el mundo físico y el mundo biológico que da cuenta del proceso irreversible de la materia a la vida de los organismos, sino que, a la vez, introduce una importante y esencial relación de estos mundos con el hombre en toda su extensión y complejidad, visto todo esto bajo la sobrilla de la interdisciplinariedad. Y esa es la principal ganancia de esta investigación: recorrer las correlaciones que se trazan entre el fenómeno religioso –que comprende el hecho religioso en su totalidad – y el proceso evolutivo, sin que implique, en modo alguno, que por este vínculo se explique debidamente la razón de ser de la religión (Gómez Caffarena, El enigma 33). APORTES En la actualidad, no existe una obra publicada, ni en lengua inglesa ni en lengua castellana, que haya estudiado las características e incidencias que en las publicaciones de Dennett se dan sobre el tema de la religión. En ello radica una de las contribuciones de la presente investigación en el que se hace una lectura de sus planteamientos a la luz de las líneas rectoras del pensamiento filosófico cristiano y de los aportes que se recogen como fruto del diálogo académico y científico en torno a la religión. Otra contribución es la realización de un examen de la religión como fenómeno natural, a la luz de los postulados más significativos de la teoría evolutiva y de las corrientes funcionalistas y materialistas para identificar y resignificar valores antropológicos del fenómeno religioso, que aunque enriquecen la comprensión de cómo se ha establecido lo religioso en la evolución cultural y que críticas pueden formularse frente a la forma como se ha expuesto el fenómeno religioso, aún está muy lejos de lograr pensar y explicar la naturaleza y dinámica de la religión en su totalidad. Un análisis y tratamiento tan amplio de la religión como el que hace Dennett a la luz de los postulados evolucionistas, deja intactos los grandes interrogantes existenciales que han sido precisamente los que llevan a preguntarse por la existencia de Dios y los que han llevado a establecer prácticas y doctrinas que intentan entender el lugar de Dios en la historia de los hombres. En ese sentido, conviene indicar que el aporte que aquí se da no va en la línea de ofrecer un conocimiento nuevo, debido en gran parte a que vivimos en un mundo donde el saber, la innovación, los avances, los descubrimientos y los inventos llenan de manera vertiginosa las bibliotecas y nutren permanentemente la red, sino contribuir con un estudio movido sobre todo por una urgente necesidad: procurar una articulación de esos saberes, por medio del ejercicio de una reflexión interdisciplinaria, para que bajo el establecimiento de un diálogo apartado del deseo de conflicto o menosprecio, permita reconocer y afianzar mejor lo propio y entender con mayor precisión sus alcances en ámbitos distintos del saber específico. Ni las posturas extremas como la apologética doctrinal o la rendición incondicional frente a los postulados científicos; ni posiciones conciliadoras como la de Dios tapaagujeros, el diseño inteligente o la equiparación del evolucionismo con el creacionismo, han resultado convenientes o convincentes. Por eso, se cree oportuno intentar mostrar en un escenario donde tantos saberes son reunidos, cómo la especificidad del fenómeno religioso se perfila y nutre, alcanzando una comprensión más sólida de su propia realidad y alcance Decir que la religión es un fenómeno natural es solo el principio de una respuesta. Quizá para él la tarea está cumplida, pero no para los teólogos que tendrán que ver cómo, bajo un presupuesto como el que defendió sobre la condición de la religión como fenómeno natural, pueden ser comprensibles y aceptables los aspectos más esenciales y definitivos de la fe (como es el caso del valor de la revelación y de la promesa de salvación, en el cristianismo. En todo caso como afirma el Profesor Manuel Fraijó, “la humanidad se merece que exista Dios; pero también se merece que no alumbremos precipitadamente lo divino” (Fraijó, El sentido 257).