Neuronal and behavioural effects of social isolation in old age

  1. Pereda Pérez, María Inmaculada
Dirigida por:
  1. César Venero Núñez Director
  2. Azucena Valencia Codirectora

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 11 de marzo de 2016

Tribunal:
  1. Ana Guadaño Ferraz Presidente/a
  2. María I. Cordero Campaña Secretario/a
  3. Helena Pinos Sánchez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El aislamiento social en los seres humanos se caracteriza por una menor calidad social que se ve agravada aún más después de la jubilación, disminución en el número de relaciones por la pérdida de amigos cercanos o incluso la viudedad. Por lo tanto, el aislamiento social es particularmente frecuente en las personas de edad avanzada y un problema creciente en los países con una esperanza de vida media más larga. En la actualidad, existe evidencia epidemiológica que indica que el aislamiento social es un factor de riesgo para el desarrollo de diversas enfermedades tales como trastornos cardiovasculares, depresión, deterioro cognitivo e incluso aumento de la mortalidad. Mientras que muchos estudios en animales se han investigado los efectos del aislamiento social en el comportamiento durante el periodo pre-destete, sólo en unos pocos estudios se han investigado las consecuencias conductuales y cognitivas del aislamiento social en la edad adulta o en la vejez. La principal hipótesis de este trabajo es que el aislamiento social puede considerarse como una situación estresante que, cuando se produce a finales de la edad adulta o en la vejez, induce cambios en ciertos procesos fisiológicos y neurobiológicos que afectan al comportamiento y exacerban el deterioro cognitivo relacionado con la edad. En la primera parte de este estudio hemos utilizado hembras adultas de Octodon degus para investigar los efectos del aislamiento social a largo plazo sobre la memoria del miedo condicionado al contexto, y la posible modulación de los niveles sinápticos de NCAM y PSA-NCAM en el hipocampo. Después de 6 ½ meses de aislamiento social, las hembras degus adultas mostraron una memoria normal del miedo condicionado al tono, pero un déficit en la memoria del miedo contextual, una tarea dependiente del hipocampo. Posteriormente, se observó una reducción de los niveles sinápticos de PSA-NCAM en el hipocampo de las degus aisladas en comparación con las agrupadas. Curiosamente, el aislamiento social redujo además el volumen de la subregión de CA1 del hipocampo, sin afectar al volumen de la subregión CA3 del hipocampo o la totalidad de esta región. Por otra parte, se detectó una disminución en el aumento de peso corporal así como una reducción del número de granulocitos en los animales aislados. Nuestros hallazgos indican, por primera vez, que el aislamiento social a largo plazo de las hembras adultas induce la contracción específica de la subregión de CA1 y una disminución en los niveles sinápticos de PSA-NCAM en el hipocampo. Estos efectos pueden estar relacionados con el déficit de la memoria del miedo contextual observada en las hembras degus aisladas. Nuestros estudios con ratas Wistar machos, llevados a cabo en la segunda parte del estudio, indican que el aislamiento social durante el envejecimiento altera progresivamente la actividad simpática, y aumenta la ansiedad y el comportamiento tipo depresivo. Además, las ratas aisladas a largo plazo muestran niveles elevados de corticosterona plasmática y cambios morfológicos, bioquímicos y electrofisiológicos en el hipocampo que pueden conducir a la alteración de la memoria espacial observada en estos animales. Tras el aislamiento social a largo plazo, la administración sistémica de un péptido sintético que imita algunas de las acciones de la molécula de adhesión celular neuronal fue capaz de revertir el deterioro de la memoria espacial inducida por el aislamiento, lo que indica que este tratamiento farmacológico puede ser de relevancia terapéutica.