Facing the “uncanny”the ghost tales of Elizabeth Gaskell, Margaret Oliphant, Amelia Edwards and Vernon Lee

  1. Miralles Martorell, Carmen
Dirixida por:
  1. Antonio Ballesteros González Director

Universidade de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 13 de xaneiro de 2016

Tribunal:
  1. Eulalia Piñero Gil Presidente/a
  2. Dídac Llorens Cubedo Secretario
  3. Beatriz González Moreno Vogal

Tipo: Tese

Resumo

A lo largo del tiempo, las mujeres han sido víctimas de la exclusión social en ciertos sectores públicos, fruto de la opinión del patriarcado, que ha considerado que la vida pública no era adecuada para ellas. Así, y también partiendo del axioma que arranca de tiempos inmemoriales las féminas han sido encasilladas dentro de 'lo extraño', algo a lo que se han ido enfrentando de diferentes modos, dependiendo del tiempo en el que les ha tocado vivir. En el caso de esta tesis, veremos cómo cuatro autoras de distinta índole se oponen a su clasificación de "uncanny" y se rebelan ante ello. Para esta rebelión se apoyan en el Gótico Femenino, que les provee de una plataforma común donde la femineidad encuentra el lugar donde verbalizar y exorcizar todos sus temores, constituyendo una característica en sí misma y no una imposición social. No por ello, debemos pensar que la vocación de escritoras es secundaria, sino que es la pulsión por escribir, la que les lleva a luchar por sus derechos. Consiguen, no obstante, reescribir el universo masculino en todas sus formas, sobretodo la familia tradicional, pilar de la sociedad victoriana. Una de las razones por las que lo consiguen es porque sitúan sus cuentos en el terreno de la fantasía que ellas convierten en una especie de "Nowoman's land" donde su discurso, afín a las fuerzas del racionalismo y del capitalismo merma los cimientos del patriarcado. Es aquí, donde los límites de la vida real y del más allá se funden, es donde se encuentra el código que les permite llevar a cabo la silenciosa pero incesante transformación social. Muchas preguntas surgen a tenor de lo expuesto, teniendo casi todas respuesta en el terreno donde estas autoras trabajan. Algunas ya nos dan la clave para entender que son una forma de enfrentarse a 'lo extraño': todos los temas tratan de femineidad: la maternidad, la mujer como el centro de la vida familiar; la mujer con personalidad escindida debido a su triple rol exigido en el patriarcado o siendo 'mujer fatal'. Estas reflexiones conducen a diversas conclusiones. Curiosamente, no todas las escritoras fueron tratadas por los críticos de igual modo. No ha sido hasta hace poco en nuestros días que se ha podido analizar cada escritora sin tener relación con el papel que desempeñaba dentro de la sociedad victoriana. Siendo así, vemos que Gaskell y Oliphant han sido consideradas y estudiadas como Mrs. Gaskell y Mrs. Oliphant, priorizando así su aspecto de esposas madres-y hasta de viuda en el caso de Oliphant-contraponiéndolas a las otras dos escritoras quienes serían presas de los prejuicios de algunos estudiosos. Las conclusiones nos acercan a las coincidentes dificultades a las que una mujer escritora del siglo XIX tuvo que lidiar para conseguir un lugar reconocido en el terreno de la literatura, ya que las cuatro consiguieron formar parte del corpus de grandes escritores de la época. Los temas de las historias cortas hacen referencia al mundo femenino: la domesticidad, cuestiones de género e identidad sexual. La mayoría de argumentos nos demuestran que aparece un fantasma que necesita ayuda o la ofrece, manteniéndose así, el contacto entre los vivos y los muertos. Ahora bien, lo más importante de todo, hace referencia a que de entre todos los personajes, es el fantasma el que juega mayor papel. El espíritu es la metáfora de la situación femenina en el siglo XIX: se sabe que existe porque es necesaria pero ni se la ve ni se la escucha. Sin embargo es un problema que la voz femenina esté ausente. Su voz es ineludible y un derecho que estas cuatro mujeres reivindican, tal como muchas mujeres continúan reivindicando hoy, donde el patriarcado se ha sofisticado pero sigue intentando acallarlas. La metáfora del fantasma dará coherencia y cohesión a sus personalidades fragmentadas. También será el arma silenciosa para esa subversión incesante que el espíritu propondrá y mediante el cual las mujeres lograrán ser asertivas y respetadas como se merecen.