Oligarquía rural y régimen señorial en Extremadura en la Baja Edad MediaEl ejemplo de Guadalupe

  1. Domínguez de la Concha, Alfonso
unter der Leitung von:
  1. Manuel Fernando Ladero Quesada Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 20 von Januar von 2016

Gericht:
  1. José María Monsalvo Antón Präsident/in
  2. José Miguel López Villalba Sekretär
  3. Carmelo Luis López Vocal

Art: Dissertation

Zusammenfassung

La Tesis se centra en el estudio de la sociedad bajomedieval de la Puebla de Guadalupe (Cáceres). La sociedad rural de la Puebla de Guadalupe estaba compuesta mayoritariamente por pecheros, pero éstos nunca actuaron como un bloque homogéneo. En Guadalupe ya habría un grupo de pecheros acomodados anterior a los Jerónimos, que actuaba como grupo intermedio en la red de relaciones, que se caracterizó por su heterogeneidad. Durante la segunda mitad del siglo XIV la élite pechera, que había afianzado su posición económica, accedió a los oficios públicos, transformándose en oligarquía. La influencia del mundo urbano con el que mantenía intercambios supuso no solo la generación de redes clientelares, también la transmisión de valores culturales, como la participación política de las oligarquías o la iniciativa económica con la incorporación a redes mercantiles. Que estimuló a la élite guadalupense a generar su propio discurso, una extensión del imaginario pechero adaptado al nuevo contexto socioeconómico: participación en los órganos de gobierno y defensa de la autonomía concejil, para asegurar el control sobre los recursos, y generación de las condiciones adecuadas para aprovechar las posibilidades de promoción socioeconómica que la nueva coyuntura ofrecía. El desarrollo de una conciencia propia por los pecheros acomodados de la Puebla de Guadalupe no supuso un cambio en las estrategias de gestión del mudo rural: ejemplo de ello es que desarrollaron una actividad privatizadora de los espacios de aprovechamiento comunal, semejante a la seguida en núcleos con oligarquías nobiliarias o concejiles. Fue una actividad en la que participaron casi todos los sectores sociales. Si esto constata por un lado lo inadecuado de aplicar categorías sociales rígidas, por otro nos lleva a replantear hasta qué punto el control de los resortes del poder, por los notables de la comunidad rural, era un factor determinante para acceder a la tierra. La larga experiencia en los asuntos públicos llevó a la élite a tomar conciencia de su capacidad de intervención. Y aprovechó un momento de debilidad del control ejercido por los últimos priores seculares para tratar de reafirmar su autonomía. Este proceso, que estaba en trance de consolidarse a finales del XIV, se vio truncado con la fundación del monasterio jerónimo en 1389. Los monjes, haciendo uso del señorío jurisdiccional, adoptarán una serie de medidas para asegurar el ejercicio directo del poder. Aplicarán un programa político y económico que afectará profundamente la posición de la élite local, a la red de vínculos preexistente y, en consecuencia, al papel ejercido por aquélla dentro de la comunidad rural. El convento asumirá las funciones antes ejercidas por la "vieja" oligarquía, especialmente la capacidad para intervenir en las redes de relaciones privadas. El declive de la élite local a lo largo de la primera mitad del siglo XV es patente y a mediados del XV los miembros de la élite ya no participan en actos de intermediación social intracomunitaria. Proceso que se explicaría como resultado de la convergencia de dos factores: la degradación de sus condiciones socioeconómicas y el desarrollo de un nuevo sistema se relaciones sociales, en el que ya no tenían cabida. La representación de la comunidad y la gestión de sus asuntos serán asumidas directamente por el Monasterio. El intento de la élite postergada por recomponer la situación anterior y eliminar las limitaciones a la promoción socioeconómica generará una continua conflictividad a lo largo del siglo XV. Pero su actividad antiseñorial se vio perjudicada por la pasividad de los pecheros no acomodados, y por su debilidad tanto política -no fue capaz de organizar una red social centralizada en torno a una persona o grupo-, como económica -la pérdida de una base económica sólida que les brindase capacidad para influir en la Comunidad-.