La influencia de la empatía, el cociente intelectual y el entrenamiento emocional en la capacidad de identificación de emociones faciales en la adolescencia

  1. NOLASCO HERNANDEZ, ALBERTO
Dirigida por:
  1. Tiberio Feliz Murias Director

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 17 de diciembre de 2013

Tribunal:
  1. María Dolores Fernández Pérez Presidenta
  2. Genoveva del Carmen Leví Orta Secretaria
  3. María Fernanda López Ramón Vocal
  4. Mari Carmen Montolío Tena Vocal
  5. María del Carmen Ricoy Lorenzo Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 355857 DIALNET

Resumen

Uno de los grandes retos que se nos presentan a los profesionales vinculados con el mundo de la enseñanza es intentar desarrollar al máximo todas las capacidades de nuestros alumnos. Las emociones nos han ayudado a sobrevivir durante millones de años y son las que determinan la calidad de nuestra existencia. Por ello, consideramos que debemos profundizar en la comprensión de la vida emocional de nuestros alumnos para mejorarla. Así que, con la presente Tesis Doctoral, se desea contribuir a intentar clarificar y dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Son las emociones universales? ¿Existe una relación significativa entre la identificación de emociones faciales y la empatía? ¿Son las personas más inteligentes las que más emociones identifican? ¿Existe una relación entre el sexo y la capacidad de identificar emociones faciales? ¿Existe una relación entre la edad y la capacidad de identificar emociones faciales? ¿Es el entrenamiento emocional en identificación de emociones faciales un factor clave para la identificación de emociones en nuestra vida diaria? ¿Se preocupa más el profesorado por los aspectos cognitivos que por los aspectos emocionales de sus alumnos? ¿Se considera el profesorado preparado para entrenar emocionalmente a sus alumnos? Éstos y algunos otros interrogantes que irán surgiendo a lo largo de la investigación serán nuestro referente principal en el mundo de la adolescencia. Es durante esta etapa cuando se producen numerosos cambios, tanto a nivel fisiológico, cognitivo, psicológico y sobre todo emocional. El desarrollo emocional de la personas durante esta etapa sufre diferentes cambios que nos proporcionan patrones diferentes de conducta e información relevante para el estudio que realizamos. Nuestra premisa principal es que las emociones son universales. Por tanto, todas las personas expresaríamos nuestras emociones de la misma forma y lo que variaría en esa dicha expresión sería la intensidad. Partiendo de la línea de Charles Darwin y Paul Ekman, las emociones universales (alegría, tristeza, sorpresa, asco, ira, miedo, desprecio) son las mismas y se expresan de la misma manera en cualquier parte del mundo. Así que, si consideramos que existen emociones universales que expresamos de la misma forma en todas las culturas, podríamos decir que todas las personas deberíamos ser capaces de identificar las mismas emociones en los demás. Pero sabemos que eso no es así. Existen personas que disponen de una mayor capacidad para identificar emociones y es entonces cuando nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Qué variables influyen en esa capacidad y condicionan el éxito de la identificación de emociones faciales? La capacidad de observación de los signos emocionales en otras personas es una cualidad de adaptación al entorno muy útil al ser humano. Es un recurso que mejora nuestras posibilidades para relacionarnos. No sólo beneficia a los demás: también beneficia a quien la desarrolla, porque favorece la aceptación social, la reciprocidad en las conductas de apoyo, los sentimientos de amistad. Imaginemos lo que mejoraríamos la relación con nuestros compañeros si pudiéramos interpretar sus expresiones faciales. Otro de los aspectos que conforman la identificación de emociones faciales es que nos permite anticiparnos, reconocer y satisfacer la necesidad que demandan otras personas. Es una capacidad de previsión de posibles necesidades de los demás. Ahora bien, no basta con tener la capacidad para empatizar con los otros sino que tenemos que desarrollar la cualidad de ser receptivos a esas señales y a sus posibles interpretaciones. Consideramos que el entrenamiento en identificación de emociones faciales debe ser un factor clave de éxito por encima de todas las demás variables estudiadas. Creemos que, interpretar a la gente con éxito, captando la información no verbal a fin de evaluar sus pensamientos, sentimientos e intenciones, es una habilidad que requiere una práctica constante y un entrenamiento adecuado.