Grandes pantallas, pequeños guetos, mercado para una nueva iconografía africana en EspañaEl Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT)

  1. DE ANDRÉS CASTRO, EVA
Dirigida por:
  1. Nuria Fernández Moreno Directora

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 29 de octubre de 2019

Tribunal:
  1. Angel Díaz de Rada Brun Presidente
  2. Margarita del Olmo Pintado Secretario/a
  3. Yolanda Aixelà Cabré Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

CODIGOS UNESCO 5101 ANTROPOLOGÍA CULTURAL 630102 RELACIONES CULTURALES RESUMEN Cada año, el Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT) crea un espacio y un tiempo acotado para compartir imágenes, ideas, definiciones y símbolos, que materializan una determinada identidad social sobre “lo africano”. El FCAT se presenta como un África “diferente” que cuestiona y pone en tela de juicio otras visiones sobre el continente, específicamente las que producen los medios de comunicación en España. En este trabajo se aborda el Festival de Cine Africano de Tarifa como el tiempo/lugar donde se articulan varias ideologías sobre el África contemporánea: Una ideología dominante, la de los discursos políticos, la de los medios de comunicación españoles, la compartida por una buena parte de la población de Tarifa y una ideología construida “desde dentro de la africanidad” y sus “connaisseurs”, ofrecida como el medio para cambiar imágenes y estereotipos sobre “lo africano”. Por ello, el FCAT se analiza como un “sistema experto” (Velasco et al., 2006) que valida con su discurso y decurso una nueva re-presentación de África. O como un “régimen performativo” (Cánepa, 2014), legitimado al presentarse como espacio para “dar voz a los africanos”, para que sea “África la que hable de sí misma en sus pantallas”. Este estudio contextualiza en el marco geográfico y simbólico de la ciudad de Tarifa, los discursos y representaciones del FCAT, interrogando sobre los procesos de legitimación de la construcción identitaria (Ramírez, 2011) y sobre la importancia de los contextos en la producción de significados (Cánepa, 2014). Aproximándose a los procesos de construcción de la idea de “lo africano” que se articulan en la ciudad de Tarifa en torno al Festival de Cine Africano (FCAT), considera que el mensaje sobre África que construye y muestra el festival, no se encuentra solo en la selección de contenidos que realiza el “sistema experto”. También está configurado por muchos otros discursos que confluyen en el evento, como la propia presencia de dichos expertos en la localidad, las voces de los políticos locales, de los comerciantes de la localidad, del público que asiste a las salas de proyección y las razones de aquellos que no quieren asistir, porque no todos los discursos se construyen con palabras (Díaz de Rada, 2019), hay discursos que son decursos, a veces sutiles, como un simple pañuelo en la solapa de una chaqueta. Pero, todos ellos, en los tiempos del FCAT, dan como resultado la enésima definición de “lo africano”, la enésima representación de África. Hoy que toda práctica y representación puede ser “identitariada” (Ramírez, 2011) y convertida en mercancía, el FCAT también es abordado desde la perspectiva teórica de la comodificación de la etnicidad (en este caso, de la “africanidad”) y de su implicación en las “industrias culturales” (Comaroff & Comaroff, 2011) (Díaz de Rada, 2010). Como un nuevo producto/productor para el mercado de lo “exótico” que demanda “Globalistán” (Ramírez, 2011). Un producto “cultural” que una vez al año “cristaliza” en la ciudad de Tarifa, porque los festivales no flotan en el aire. Necesitan de un lugar, un lugar físico donde situar las acciones, los objetos (o sujetos), las representaciones. Prácticamente podemos afirmar que un festival es un tiempo/espacio fuera del tiempo/espacio ordinario, un “no lugar” (Augé, 1993), producto de la “sobremodernidad” que localiza en un tiempo y en un espacio concreto, puntual, una serie de prácticas y representaciones compartidas. La ubicación del propio festival es considerada en el análisis como parte del mensaje del FCAT sobre África, puesto que el propio festival presenta la ciudad como un espacio simbólico para “lo africano” y se presenta a sí mismo inmerso en el trabajo de desmarcar la ciudad de parte de su simbología, es decir, de su imagen de “muralla frente a África” para convertirse, tal y como reitera el FCAT en todos sus discursos, en un “puente de diálogo con África”. Así el FCAT cuando “toca” la ciudad” la convierte en una representación (“ventana”, “puente”, “espejo de África”). Es decir, transforma a la ciudad que lo acoge en una heterotopía (Foucault, 1986), “el otro lugar”, en un espacio diferente, un espacio impugnado puntualmente al espacio cotidiano, en un orden transformado, que crea nuevos espacios funcionales de inclusión y exclusión.