Política europea de vecindad un modelo para Melilla
- López Bueno, José María
- Alejandro Lorca Corrons Director/a
Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid
Fecha de defensa: 15 de diciembre de 2006
- Juan Velarde Fuertes Presidente/a
- Martin Jerch Secretario/a
- Carlos Echeverría Jesús Vocal
- José Collado Medina Vocal
- Florentino Portero Rodríguez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
POLÍTICA EUROPEA DE VECINDAD: UN MODELO PARA MELILLA Política Europea de Vecindad: Un modelo para Melilla. Entre los múltiples contenciosos existentes entre España y Marruecos (pesca, inmigración, Sahara...) uno de ellos se ha mantenido de forma recurrente a lo largo de los cincuenta años transcurridos desde la independencia marroquí: la demanda de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla y las isla y peñones del Mediterráneo. Entre las razones esgrimidas por Marruecos para sostener dicha demanda destaca el supuesto daño económico que Ceuta y Melilla ocasionan a su entorno marroquí. Sin embargo, contrariamente a lo esgrimido por la oficialidad del país magrebí, estas ciudades han constituido durante los últimos cincuenta años una verdadera válvula de escape a la incapacidad de Marruecos para superar su nivel de desarrollo económico, La evolución de la población de Nador es un indicativo claro: mientras que desde su independencia la población marroquí se ha multiplicado por tres la población de Nador -a escasos 15 kms. de Melilla- se ha multiplicado por diez. En un entorno alejado de los centros políticos, económicos y administrativos de Marruecos y con difíciles comunicaciones (la conexión ferroviaria con la red nacional no está prevista para 2008), sólo su proximidad con la ciudad española de Melilla puede explicar tal crecimiento. Este hecho cobra mayor importancia al encontrarse Nador en la Región que concentra cerca de un tercio del total de emigrantes marroquíes en el exterior. Este lecho, ocultado por el discurso oficial marroquí, es reconocido incluso en algunos documentos y libros marroquíes. desde un punto de vista económico la proximidad de Nador y Melilla coincide con uno de los factores de desarrollo descrito por la teoría en la forma le aglomeraciones o polos de desarrollo. Junto a este factor geográfico, muchos de los factores descritos por modelos tanto de la Geografía Económica como de la Teoría Económica, se encuentran en el eje Melilla-Nador: complementariedad de sistemas financieros, administrativos, educativos, de infraestructuras, etc. Este entorno favorable al desarrollo económico no se ha visto impedido por las diferencias políticas existentes entre ambos países; al contrario, ha sabido superarlas. Si esto ha sido así, parece razonable pensar que ha sucedido porque ha beneficiado a los ciudadanos que, a uno y otro lado de a frontera, constituyen las sociedades y economías de Nador y de Melilla. "ras la aprobación en 2004 de la Política Europea de Vecindad (PEV) entornos como el anterior parecería a priori ser destinatario privilegiado de dicha política. Expresamente la PEV menciona entre sus objetivos el de "Cooperación transfronteriza para la promoción económica, social y medioambiental de las regiones fronterizas". La PEV permite superar muchas de las restricciones existentes en la anterior Política Mediterránea al no limitar la propuestas de proyectos a las autoridades de los países socios. De esta forma, en el caso de Melilla, podrían ponerse en marcha proyectos encaminados al desarrollo mutuo de la ciudad y su entorno sin el veto tradicional de Marruecos a todo lo que viniera de Melilla. Para que esto ocurra debe producirse un cambio de actitud en la tradicional postura de la Administración española en sus relaciones con Marruecos y que consiste en eludir la mención a Ceuta y Melilla para evitar problemas con sus homólogos marroquíes. Esta política, además de desaprovechar 3s oportunidades de desarrollo de dos regiones españolas, está claramente en contra de los objetivos declarados de la PEV, objetivos suscritos por España en su condición de miembro de la UE. Por otro lado, a la vista de las tensiones habidas en los últimos cincuenta años, no parece que haya resultado eficaz. La PEV define un nuevo marco que, del lado marroquí, parece encontrar una receptividad mayor a la existente hace unas décadas. La experiencia le la ciudad de Melilla en la gestión de fondos y programas de la UE, junto a su capacidad de autogobierno, facilitan la puesta en marcha de proyectos amparados bajo la PEV que contribuirían a mejorar los niveles de desarrollo y, por tanto el nivel de vida, de los ciudadanos de ambos lados de la frontera, eliminando en el caso marroquí, uno de los principales focos de tensión como es el de bajo desarrollo económico. Se trata por tanto de una oportunidad que ni las autoridades españolas ni las marroquíes deberían desaprovechar.