La elección de tratamientos psicológicos basados en la evidencia. Un análisis para integrar los datos científicos con la realidad asistencial

  1. GÁLVEZ LARA, MARIO
unter der Leitung von:
  1. Juan Antonio Moriana Elvira Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: Universidad de Córdoba (ESP)

Fecha de defensa: 11 von April von 2019

Gericht:
  1. Miguel Ángel Carrasco Ortiz Präsident
  2. Adoración Antolí Cabrera Sekretär/in
  3. Etiony Aldarondo Vocal

Art: Dissertation

Zusammenfassung

1. Introducción o motivación de la tesis En la actualidad existe una gran variedad de tratamientos psicológicos para el abordaje de los trastornos mentales. Ante esta diversidad de opciones, plantearse qué terapias son más eficaces para alcanzar los objetivos terapéuticos debería ser una cuestión clave para cualquier profesional de la psicología. Con el objetivo de establecer si un determinado tratamiento es eficaz o no, a lo largo de las últimas décadas han surgido numerosos sistemas para evaluar la evidencia científica de las intervenciones (Atkins et al., 2004; Chambless et al., 1998; Southam-Gerow y Prinstein, 2014; Tolin et al., 2015). Estos sistemas son utilizados por instituciones dedicadas a recomendar aquellos tratamientos que tengan un mínimo nivel de evidencia, sirviendo como referencia y fuente de consulta para clínicos y académicos. Sin embargo, los sistemas de evaluación utilizados por las distintas organizaciones siguen diferentes criterios y grados de valoración, lo que induce a pensar que los tratamientos recomendados pueden diferir de una institución a otra (Primero y Moriana, 2011). Además, a pesar del intento de estos organismos por trasladar la información aportada por la investigación a los sectores aplicados, numerosos trabajos sugieren que los profesionales de la psicología tienen un conocimiento limitado sobre los tratamientos basados en la evidencia (TBEs) (Barlow et al., 2013; Herbert, 2003; Kazdin, 2011), por lo que existe una necesidad de mayor formación, diseminación e implementación de estos tratamientos. Para mejorar la diseminación de los TBEs entre los ámbitos aplicados, se ha propuesto adecuar las intervenciones a situaciones reales de aplicación y promover el entrenamiento de estos profesionales en el tratamiento psicológico desde una perspectiva transdiagnóstica. 2. Contenido de la investigación Bajo esta situación se plantean una serie de objetivos que guían el desarrollo de esta tesis doctoral, compuesta por cuatro estudios independientes, aunque relacionados entre sí. El primer estudio pretende compilar los listados de TBEs propuestos por diferentes organizaciones para los trastornos mentales en población adulta y determinar el grado de acuerdo existente. Para ello, se revisaron las recomendaciones propuestas por la División 12 de la APA, el National Institute for Health and Care Excellence (NICE), la Cochrane Collaboration y la Australian Psychological Society (APS). Los resultados indicaron que el acuerdo entre organizaciones fue bajo para la mayoría de los trastornos, observándose importantes discrepancias en la evidencia presentada por cada una de ellas. Estas discrepancias pueden deberse a una combinación de varias razones: posible presencia de sesgos en los procedimientos o los comités de evaluación, los estudios revisados por las organizaciones para recomendar un determinado tratamiento no son los mismos, cada organización utiliza criterios diferentes para graduar el nivel de evidencia y las revisiones de la evidencia existente se realizan en diferentes períodos de tiempo. El segundo estudio persigue los mismos objetivos que el estudio anterior, centrándose en población infantil y adolescente. Para ello, se analizaron las mismas organizaciones revisadas en el primer estudio, con la salvedad de que se utilizaron las recomendaciones propuestas por la División 53 (Society of Clinical Child and Adolescent Psychology) de la APA en lugar de las propuestas por la División 12. Los resultados fueron similares a los hallazgos obtenidos en el estudio 1, observándose un bajo acuerdo para la mayoría de los trastornos y estando presentes las mismas discrepancias comentadas anteriormente. El tercer estudio pretende determinar el uso que los psicólogos formados en España hacen de los TBEs. Los resultados confirmaron que la utilización de los TBEs por parte de los profesionales de la psicología es limitada, destacando las terapias cognitivo-conductuales por encima del resto de tratamientos. Tras analizar algunas posibles variables personales que podrían explicar el uso de estos tratamientos, los resultados mostraron que el tipo de acreditación profesional o los años de experiencia clínica podrían tener relación con dicho uso. El cuarto estudio tiene como objetivo diseñar el protocolo de un ensayo controlado aleatorizado (ECA) en el que se examine la eficacia de una adaptación a terapia breve del “Protocolo Unificado para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales”, comparada con otras cuatro modalidades de tratamiento usadas con frecuencia en el sistema público de salud. El protocolo cumple con las recomendaciones para ensayos de intervención planteadas en la declaración SPIRIT -Standard Protocol Item: Recommendations for Interventional Trials-, así como con las normas consolidadas para la comunicación de los ensayos planteadas en la declaración CONSORT -Consolidated Standards of Reporting Trials-. Los hallazgos de este ECA serán informados en publicaciones futuras. 3. Conclusión Como conclusión, podemos afirmar que existen importantes diferencias entre los tratamientos psicológicos recomendados por las organizaciones incluidas en este trabajo. Además, hemos comprobado que la divulgación de estos tratamientos no ha sido suficientemente exitosa entre los psicólogos españoles. Por último, con el objetivo de poner a prueba una intervención que se adecue a la realidad asistencial de los servicios públicos de salud, se ha diseñado el protocolo de una intervención breve bajo un enfoque transdiagnóstico para ser llevada a cabo en los centros públicos de salud. En el caso de que los resultados del estudio fueran favorables, la inclusión de este tipo de terapias podría permitir la descongestión del sistema sanitario. 4. Bibliografía Barlow, D. H., Bullis, J. R., Comer, J. S. y Ametaj, A. A. (2013). Evidence-based psychological treatments: An update and a way forward. Annual Review of Clinical Psychology, 9, 1-27. Chambless, D., Baker, M. J., Baucom, D. H., Beutler, L. E., Calhoum, K. S., Crits Christoph, P., ... Woody, S. R. (1998). Update on empirically validated therapies, II. The Clinical Psychologist, 51, 3-16. Atkins, D., Best, D., Briss, P. A., Eccles, M., Falck-Ytter, Y., Flottorp, S., ... GRADE Working Group (2004). Grading quality of evidence and strength of recommendations. British Medical Journal, 328(7454), 1490. doi: 10.1136/bmj.328.7454.1490 Herbert, J. D. (2003). The science and practice of empirically supported treatments. Behavior Modification, 27(3), 412-430. Kazdin, A. (2011). Evidence-Based Treatment Research: Advances, limitations and next steps. American Psychologist, 66, 685-698. Southam-Gerow, M. A. y Prinstein, M. J. (2014). Evidence base updates: The evolution of the evaluation of psychological treatments for children and adolescents. Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology, 43(1), 1-6. Primero, G. y Moriana, J. A. (2011). Tratamientos con apoyo empírico. Una aproximación a sus ventajas, limitaciones y propuestas de mejora. Revista de Investigación en Psicología, 14(2), 189-207. Tolin, D. F., McKay, D., Forman, E. M., Klonsky, E. D. y Thombs, B. D. (2015). Empirically supported treatment: Recommendations for a new model. Clinical Psychology: Science and Practice, 22(4), 317-338.