La labor como embajador de josé maria de areilza en argentina, los estados unidos y francia
- Guerrero García, Pablo
- Pedro Carlos González Cuevas Zuzendaria
- Belén Becerril Atienza Zuzendarikidea
Defentsa unibertsitatea: Universidad CEU San Pablo
Fecha de defensa: 2019(e)ko martxoa-(a)k 20
- Alfonso Bullón de Mendoza Gómez de Valugera Presidentea
- Juan Carlos Jiménez Redondo Idazkaria
- Marcelino Oreja Aguirre Kidea
- Florentino Portero Rodríguez Kidea
- Hipólito de la Torre Gómez Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
El presente trabajo doctoral persigue paliar el vacío historiográfico que existe aún en torno a la figura de José María de Areilza y Martínez de Rodas (1909-1998), conde de Motrico, la cual hasta la fecha no había sido objeto de un estudio monográfico de índole académica. Empleando una aproximación eminentemente diacrónica y con apoyo en las fuentes archivísticas disponibles, en particular los fondos del Ministerio de Asuntos Exteriores custodiados en el Archivo General de la Administración, se aborda un periodo concreto de la trayectoria vital de Areilza, a saber, su desempeño diplomático en Argentina (1947-1950), los Estados Unidos (1954-1960) y Francia (1960-1964), a fin de demostrar la hipótesis de que el Areilza embajador realizó una contribución apreciable a la lenta incorporación de España al orden internacional surgido de la Segunda Guerra Mundial y del que había quedado inicialmente excluida. La investigación concluye que el Areilza embajador demostró en todo momento una entrega total a los objetivos de la política exterior del régimen de Franco, al que desde 1947 y hasta el mismo momento de su renuncia voluntaria como embajador en Francia en octubre de 1964 prestó un servicio enteramente leal. Se demuestra asimismo que José María de Areilza se condujo como un embajador «político», al cual el régimen español otorgó amplios poderes para que tratase asuntos de gran complejidad y trascendencia directamente con las más altas autoridades argentinas, estadounidenses y francesas. La documentación primaria consultada, fundamentalmente cartas y despachos, prueba que al regirse en sus tres embajadas con criterios estrictamente políticos y sintiéndose plenamente respaldado por el jefe del Estado español, Areilza discrepó ocasionalmente del criterio del Ministerio de Asuntos Exteriores, llegando a incumplir algunas de las órdenes expresas formuladas por los ministros del ramo Alberto Martín Artajo y Fernando María Castiella.