Teachers, textbooks and black identitycolor-blind racism in dutch education (1968-2017)

  1. Schelvis Sijpenhof, María Luce
Dirigida por:
  1. Sjaak Braster Director/a
  2. María del Mar del Pozo Andrés Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 17 de febrero de 2020

Tribunal:
  1. Alejandro Tiana Ferrer Presidente
  2. Kira Mahamud Angulo Secretaria
  3. Ian Grosvenor Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 153029 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

Con la teoría crítica racial como marco y metodología, esta tesis explora el racismo institucionalizado en la educación holandesa en los años 1968-2017. Analizamos la relación entre 1) las ideologías raciales color-blind (impasibles hacia el color) de los profesores, 2) la representación de personas negras y de la historia negra en los libros de texto (tanto los contenidos como las imágenes) y, 3) la influencia de los mensajes de socialización racial en la identidad racial de los estudiantes negros. El capítulo 1 explora cualitativamente las narrativas racializadas presentes en los libros de texto holandeses (1968-2017) por medio de ocho ejemplos representativos de personas negras, recogidas de una muestra de 200 libros de texto. De ellas se puede aseverar que, si bien las manifestaciones del racismo han cambiado con el paso de los siglos, no se puede decir lo mismo respecto a los estereotipos y las caricaturas de las imágenes. El capítulo constata cómo la racialización se manifiesta a través de dos tipos de estructura de narrativa visual: 1) “racialización por medio del otro/del diferente”, que utiliza identidades estereotípicas de una sola perspectiva y jerarquías raciales, y 2) “racialización por medio de uno mismo/del semejante”, que recurre a marcos color-blind, narrativas racializadas y a la minimización del habla racial. El capítulo también presta consideración del uso que se hace de la teoría crítica racial como marco, así como la manera en que se combina la metodología de crítica racial con métodos discursivos a la hora de efectuar análisis visuales y de libros de texto. Creemos que el campo de la (historia de la) educación, sobre todo en Europa, podría beneficiarse del uso de contra-narrativas, sacando así mejor provecho de los marcos (raciales) críticos y de las herramientas de investigación que no divorcian los eventos históricos de las actuales y persistentes injusticias. En el capítulo 2, complementamos el enfoque cualitativo del primer capítulo con una aproximación cuantitativa con la que analizamos todas las representaciones históricas y contemporáneas de personas negras en los libros de texto de historia seleccionados (1064 imágenes, incluyendo pies de foto, y 1518 fragmentos de texto). Los cambios en el tiempo se tienen en cuenta. Con el uso del análisis de correspondencia múltiple, se encontraron cuatro racimos o grupos, que se denominaron “anti-racista”, “no-racista”, “color-blind” y “racialmente esencialista”. Los resultados demuestran que en los fragmentos de texto e imagen, prevalecen las representaciones “color-blind” y “no-racista”, con una menor presencia de las otras dos categorías. Se constata también cómo las representaciones “racialmente esencialistas” aumentan claramente en el período 1968-2017, mientras que las representaciones “antiracistas” se mantienen relativamente estables. Además, las imágenes de personas negras se clasifican abrumadoramente como “racialmente esencialistas” y muy pocas de ellas entran en la categoría de “antiracista”. Desde una perspectiva global, estas representaciones no son suficientes para educar críticamente a los estudiantes ni para socializarles positivamente en cuestiones raciales. Sin embargo, aquello que vemos representado en los libros de texto, aun siendo una muestra amplia y valiosa, no ofrece la suficiente información acerca de lo que se ha transmitido a los alumnos a lo largo de los años. Por esta razón, el siguiente paso fue el de abordar cómo han usado estos libros los profesores. En el capítulo 3 utilizamos las conclusiones de 63 entrevistas orales semi-estructuradas (28 de ellas con antiguos profesores y 35 con ex-alumnos) para identificar los discursos raciales empleados. El capítulo toma prestadas algunas lecciones del trabajo de Bonilla-Silva sobre marcos de racismo color-blind. Los discursos racializados principales (similares a los de los libros de texto) fueron tres, y reflejan la ideología del entrevistado: el discurso color-blind, el discurso racialmente esencialista y el discurso antiracista. Los antiguos profesores blancos usaban sistemáticamente el discurso color-blind. El estudio demuestra que los profesores holandeses tendían a utilizar marcos muy similares a los que los investigadores han identificado en los Estados Unidos. Y tal y como se ha demostrado en la investigación norteamericana, los ex-alumnos negros son mucho más propensos a emplear discursos anti-racistas, aunque también utilizan – en casos muy concretos – discursos racialmente esencialistas para reflejar su ideología. Así vemos cómo la perspectiva color-blind como ideología dominante influye incluso a aquellos a quienes afecta negativamente. En el capítulo 4 se analizan las percepciones que tienen los antiguos profesores sobre la raza y el racismo. ¿Cómo explican estos ex-profesores sus propias identidades raciales en entornos donde prevalece “lo blanco”? ¿Cómo construyen el concepto de la raza? En nuestro análisis distinguimos tres aspectos del discurso blanco: 1) la normalización de lo blanco, a la vez que se racializa al “otro”; 2) la minimización del racismo y de la condición de ser blanco, tanto en sus manifestaciones históricas como contemporáneas; 3) la explicación de las desigualdades recurriendo a todo menos al racismo. Con estos aspectos los profesores, sin percatarse de ello, construyen constantemente la realidad racial de sus contextos personales – y la de sus alumnos – basándose en el discurso de “lo blanco”. De esta forma, la raza es entendida, definida y (re)construida a partir de lo blanco, y la fragilidad está siempre en juego. Un resultado significativo de esta investigación es el que constata que el marco racial blanco está firmemente fijado en la mente de la mayoría de estos ex-profesores. Por consiguiente, uno de los puntos claves de esta investigación es la constatación de la importancia de los fundamentos históricos del racismo sistémico y de la supremacía blanca a la hora de comprender por qué tantos profesores (de historia y ciencias sociales) creen en narrativas racializadas falsas. El capítulo 5 se centra en la forma en que los procesos de socialización racial en el colegio – a través de los profesores y de los libros de texto – informan la identidad racial auto-percibida de antiguos alumnos negros. Nuestra investigación sugiere que el colegio transmite mensajes tanto explícitos como implícitos sobre raza y racialización a través de los libros de texto y de la ideología de los profesores. La mayoría de los antiguos alumnos confirman haber recibido de sus profesores y de sus libros de texto mensajes de tipo proactivo más que protector; en general, tanto los profesores como los libros transmitían un enfoque color-blind acerca de la raza y de los mensajes igualitarios. Entre otras cosas, los alumnos también reciben mensajes de los patrones disciplinarios de los profesores; de las expectativas de rendimiento; de las infravaloraciones; de la segregación; y de la falta de intervención de la plantilla en casos de micro-agresiones. Los mensajes que se transmiten en el colegio subrayan las experiencias y los mensajes que se transmiten a diario en la sociedad. Estas experiencias y mensajes sirven a menudo para influenciar a antiguos alumnos, instándoles a cuestionar y a confrontar de forma activa la manera en que el conocimiento racializado se comparte y se recibe. Globalmente, el estudio demuestra que, desde la década de los sesenta y hasta los noventa, las cuestiones de raza y de racismo se pueden caracterizar como un “pacto de silencio” (Sue, 2016) en el contexto de la educación en Holanda. Aunque las expresiones flagrantes de racismo se consideraban impropias, la supremacía blanca estaba en todas partes. Si a partir del año 2000 encontramos una mayor inclusión (simbólica) de personas de color – negros u otros –, también encontramos una mayor difusión de representaciones racializadas y de ideologías racistas. Esto va acompañado de una creciente oposición a la inmigración y al Islam. Desde el año 2010 constatamos en términos generales un aumento en la conciencia anti-racista de negros y de otras personas de color, a la vez que el racismo como problema social se aborda en el discurso público. Las personas blancas empiezan a tener conciencia de las realidades raciales. Aún así, parece que dentro del ámbito de la educación, el refugio (blanco) más cómodo para muchas personas respecto a estas cuestiones lo encuentran optando por la minimización y el silencio. Cuando están obligados a pronunciarse, los discursos que hemos encontrado en esta investigación demuestran reacciones y técnicas color-blind, fragilidad blanca y una clara presencia de un marco blanco racial (y dentro de el un submarco anti-negro). Con la pervivencia en la educación de estas formas de habla racial, ciertos valores selectivos continúan normalizándose y propagándose. Pero pocos de los encuestados blancos juzgan que esto sea problemático, especialmente en un momento en el que abundan discursos públicos (por ejemplo, en la política y en los medios) abiertamente racistas. Esto se ve como el verdadero problema. Así que a pesar de los cambios en el habla racial en los últimos 50 años, y mientras que el racismo se expresa de forma cada vez más abierta en nuestra sociedad en general, el enfoque color-blind sigue siendo el modus operandi racial en los contextos educativos holandeses. Hasta que la educación secundaria holandesa encuentre la forma de ofrecer a todos sus alumnos un contexto en el que puedan aprender acerca del racismo sistémico y desaprender “lo blanco”, las generaciones venideras no podrán estar preparadas ni sabrán cómo luchar por una comunidad (global) más justa.