Flamenco y literaturala disidencia política en el tardofranquismo y la Transición (1967-1979)

Resumen

En el tardofranquismo y la transición, los artistas e intelectuales pivotaban hacia la producción de un discurso insurrecto. Los poetas, novelistas, dramaturgos, cantautores y periodistas, hicieron del régimen franquista el destinatario de su arte subversivo. Con ello quedó patente la función social de la literatura de fomentar la disidencia en contra del sistema. Hasta ahora, no se había estudiado suficientemente cómo esa función social se manifestó en el flamenco. Con las aportaciones de esta tesis, se puede confirmar que la voz antifranquista en el flamenco fue también una voz literaria; la cual podemos apreciar en las letras de varios escritores, tales como: los intelectuales rebeldes Francisco Moreno Galván y Jose Manuel Caballero Bonald; los cantaores-cantautores Manuel Gerena y Paco Moyano; y los letristas que compusieron letras que nunca fueron cantadas, José Luis Ortiz Nuevo y Andrés Ruiz. Los homenajes flamencos a los poetas prohibidos Miguel Hernández y Federico García Lorca, realizados por los cantaores Enrique Morente, Pepe Menese y Lola Hisado, se destacan como otra manera en que la literatura se manifestó en el flamenco como recurso político. Asimismo, las obras de teatro que emplearon al flamenco, también contenían un discurso antifranquista. Como ejemplos destacados, tenemos las piezas Oratorio, Oración de la tierra, Quejío y Los palos. Al igual que los cantaores rebeldes, esas producciones teatrales fueron promocionadas en la prensa de oposición, especialmente en Triunfo, revista de carácter subversivo, en cuyas páginas, los mensajes antifranquistas de los cantaores y las obras de teatro mencionadas tuvieron un mayor alcance entre la sociedad española.