Las refugiadas del exilio republicano español en Francia. Género, identidades y experiencias (1939-1978)
- Martínez Martínez, Alba
- Miguel Gomez Oliver Zuzendaria
- Mercedes Yusta Rodrigo Zuzendarikidea
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 2021(e)ko maiatza-(a)k 10
- Teresa María Ortega López Presidentea
- Miguel Ángel del Arco Blanco Idazkaria
- François Godicheau Kidea
- Ana M. Aguado Kidea
- Mercedes Yusta Rodrigo Kidea
- Miguel Gomez Oliver Kidea
- Alicia Alted Vigil Kidea
- Karine Bergès Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Esta tesis doctoral estudia el exilio republicano español en Francia (1939-1978) desde la perspectiva de la historia de las mujeres y de género, y desde los presupuestos teóricos de la historia social y cultural. En particular, se analizan las experiencias y el proceso de construcción de la identidad de refugiada de las mujeres “corrientes” que llegaron a Francia al término de la Guerra Civil y durante los años del primer franquismo. Nuestro objetivo principal es evidenciar la agencia femenina y, al mismo tiempo, comprender las lógicas de género que apuntalaron la diferencia durante el exilio. La hipótesis de partida es que el género fue un elemento constitutivo de sus identidades y experiencias en la medida en que fueron articuladas por el “paradigma de la acompañante”, lo que situó a las refugiadas en una posición de subalternidad administrativa, política y social con respecto a sus homólogos masculinos. Sin embargo, esta posición, lejos de ser asumida pasivamente, fue utilizada, negociada y transgredida de múltiples formas y ello permite entenderlas como sujetos con capacidad de acción dentro de su marco de relaciones de poder. Las fuentes primarias con las que se ha trabajado son de muy distinta naturaleza, pero tiene una especial relevancia la correspondencia privada y la mantenida entre las refugiadas, las organizaciones de ayuda humanitaria y la administración francesa, así como las memorias escritas y los testimonios orales. La investigación se estructura a través de dos grandes partes compuestas de dos capítulos cada una. La primera parte se aproxima a dos momentos centrales del proceso de construcción de la identidad de refugiada: la experiencia del internamiento y la consecución del estatuto de refugiado. En primer lugar, estudiamos las experiencias e identidades femeninas que emergieron de las relaciones de poder entabladas entre las refugiadas, de un lado, y los organismos de ayuda humanitaria y las autoridades francesas, de otro, tras su llegada a Francia. Intentamos comprender las estrategias discursivas y prácticas que las mujeres desplegaron para sobrevivir a las difíciles condiciones materiales y emocionales de los campos y refugios en los que fueron internadas durante la III República y el periodo de Vichy. En segundo lugar, analizamos la llegada de nuevas refugiadas españolas a Francia a partir de la Segunda Guerra Mundial, así como las relaciones de poder que tanto unas como otras mantuvieron con las instituciones y organizaciones involucradas en el proceso de convertirlas en refugiadas estatutarias. Más concretamente, se analiza, de un lado, quiénes protagonizaron esas nuevas salidas y los parámetros desde los que fueron interpretadas por parte de la administración francesa, y de otro, la imagen sobre la que se construyó el estatuto y los efectos que esto tuvo sobre las mujeres refugiadas. La segunda parte analiza las experiencias femeninas en el terreno político y en el ámbito de lo íntimo. En primer lugar, se revaloriza la agencia de las mujeres en la escena política del exilio y se estudia el impacto que tuvo en ella la experiencia del destierro a través del análisis de la evolución de la acción política femenina organizada. En segundo lugar profundizamos en las experiencias cotidianas más íntimas desde una perspectiva microhistórica y prestando especial atención a las emociones. En particular, analizamos los términos en los que se pensó y se materializó la reconstrucción de los hogares en el exilio, la creación de nuevas familias y los roles de género dominantes, así como la cotidianidad de las mujeres viudas durante el mismo. Este trabajo de investigación comprende el exilio republicano en Francia como un contexto favorable al reforzamiento de la subordinación de las mujeres, al mismo tiempo que propicio al desarrollo y refuerzo de herramientas femeninas para negociar y/o transgredir la dependencia. Sostenemos que fue un contexto favorable a la subordinación femenina por varias razones. Porque la permanencia oficial en Francia de las mujeres dependió en gran medida de su vinculación con el varón, aquel que se consideraba y fue construido como el “auténtico” refugiado, por lo que el género, desde el principio, se convirtió en un elemento significante de su identidad de refugiadas. Esto invisibilizó e infravaloró trayectorias políticas y de represión femenina al entenderse como irrelevantes para la consecución del estatuto, lo que al mismo tiempo ensalzó una masculinidad combatiente y militante particularmente admirada por la comunidad de exiliados y especialmente por las mujeres. Además, la incertidumbre y el desarraigo propio de los primeros años de exilio reforzó los roles de género tradicionales y en particular el discurso de la domesticidad al ser la referencia que proporcionaba más seguridad y estabilidad en aquel contexto de excepción. Los hogares se reorganizaron respetando en sus bases este discurso y sobre las mujeres recayó la tarea del cuidado emocional de los varones, aquellos que a ojos de ellas mismas y los demás sufrían en mayor medida el destierro. Esto tendría costes importantes sobre sus vidas al actuar, por ejemplo, en detrimento de sus aspiraciones políticas. Del mismo modo, la experiencia del exilio fue propicia al desarrollo de herramientas para negociar o transgredir la dependencia porque el contexto de excepción que había comenzado en 1936 se extendió para los refugiados hasta, al menos, 1945, y durante el mismo, y también después, las mujeres desplegaron toda una serie de estrategias y resistencias cotidianas para garantizar la supervivencia propia y del grupo familiar. Negociaron y combatieron la coerción durante el internamiento, pidieron subsidios usando hábilmente la retórica, aprendieron a leer y escribir, desempeñaron muchas por primera vez trabajos remunerados y actuaron como cabezas de familia ante la ausencia de los varones. De la misma manera, reforzaron y/o adquirieron conciencia política en un entorno sumamente politizado y las relaciones interculturales mantenidas en algunos casos favorecieron el aprendizaje de nuevas formas de pensar las relaciones en pareja. Así, las mujeres refugiadas demostraron ser sujetos con capacidad de acción, pero esta agencia no solo puede observarse en aquellas acciones más liberadoras o progresistas sino también en aquellas tendentes a garantizar la estabilidad, de manera que pudo ser ejercida al mismo tiempo desde roles de género más transgresores y desde otros más tradicionales que paradójicamente afianzaban la dominación. El análisis de las experiencias de las refugiadas españolas en Francia, por tanto, lejos de hablarnos de acompañantes pasivas remiten a lógicas de subordinación e independencia imbricadas que ellas mismas gestionaron. Un doble mecanismo de género que funcionó conjuntamente durante todo su exilio.