Els revolucionaris marxistes a l’espanya dels anys 30

Abstract

El objeto de estudio de la presente tesis doctoral son los grupos marxistas en España que se opusieron a la política estalinista y a la vez mantuvieron un programa de transformación social que implicaba, por lo tanto, la negativa a los pactos con la burguesía, cuya forma típica durante los años 30 fue el Frente Popular. La perspectiva internacionalista de estos grupos hizo que todos tuvieran un vínculo con una corriente internacional y que, de hecho, a partir de 1936 todos fueran iniciados en España por militante extranjeros y no autóctonos. Estos grupos se estructuran en tres grandes bloques: los seguidores de las tesis de Trotsky (trotskistas, fueran oficiales o disidentes), los grupos cuartainternacionalistas que habían roto con el trotskismo, y los seguidores de las tesis de Amadeo Bordiga (por tanto, bordiguistas). En cuanto al periodo cronológico, el estudio va desde finales de 1933 hasta el verano de 1937, es decir, desde el comienzo del proceso que condujo a la desaparición de la Izquierda Comunista Española (I.C.E.) (sección española de la Liga Comunista Internacional (L.C.I.), seguidora de las tesis de Trotsky), hasta la represión del verano de 1937, que significó el fin del periodo de trabajo abierto legal en España de los grupos marxistas a la izquierda del P.C.E.-P.S.U.C. El objetivo de la tesis, por tanto, es exponer, analizar y valorar la presencia de los grupos revolucionarios marxistas en España en el periodo delimitado, su incidencia en aquel momento histórico, y la coherencia de sus propuestas políticas con sus propios presupuestos teóricos. La hipótesis de la que parto es que la situación político-social en la España de los años 30 planteaba la posibilidad de una opción de tipo revolucionario que implicaba tanto la toma del poder por parte de la clase obrera como la socialización de la economía; en este contexto, por tanto, las propuestas de los grupos que plantearon esta opción no tendrían que ser contempladas como una mera imitación de modelos externos sino como un proyecto político que respondería tanto a la propia realidad española como al contexto internacional en el que ésta se insertaba. La existencia de estos grupos en España respondería, por tanto, a la necesidad de dar una salida revolucionaria a la crisis española y la viabilidad de sus propuestas debería ser estudiada independientemente de la composición nacional de estos grupos o de su fuerza numérica. Su falta de éxito tendría que ser contemplada más como debida a la dificultad de integrarse en un espacio político ya ocupado por organizaciones que disfrutaban de la ventaja de estar al frente de un proceso revolucionario, que no por la falta de adecuación de sus análisis y propuestas.