El ceremonial militar romanoliturgias, rituales y protocolos en los actos solemnes relativos a la vida y la muerte en el ejército romano del alto imperio

  1. Subirats, Chantal
Dirigida por:
  1. Jordi Cortadella Morral Director/a

Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 21 de octubre de 2013

Tribunal:
  1. Dolores del Mar Sánchez González Presidenta
  2. Antonio Espino López Secretario/a
  3. Antonio Duplá Ansuátegui Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 349880 DIALNET lock_openDDD editor

Resumen

Esta tesis es un compendio de las ceremonias militares romanas desarrolladas durante el Alto Imperio (31 a.C.-235 d.C.). A partir del establecimiento de los actos existentes, o que podían haber existido, tratamos de definir, por un lado, los actos protocolarios del soldado en el campamento y, por otro, las liturgias y los rituales relacionados con la muerte y la sepultura de los militares romanos. Para empezar, trataremos brevemente cómo era la vida cotidiana del soldado en el campamento legionario y, a continuación, definiremos las posibles ceremonias castrenses. Dado que el ejército romano nunca se preocupó, por lo que sabemos, de editar un protocolo ceremonial, para reconstruir cuáles eran los actos solemnes y cómo se desarrollaban, nos basamos en las actuales Reales Ordenanzas del Ejército Español, en las que se exponen y detallan los actos militares actuales. A partir de aquí buscaremos sus equivalentes en las legiones romanas: la parada militar, el juramento de fidelidad, el nacimiento de una unidad, la entrega de mandos, los ascensos y distinciones, los licenciamientos, y las festividades civiles y religiosas. Siguiendo el orden de estas mismas ceremonias en las Reales Ordenanzas, en cada celebración solemne se describen los siguientes apartados: objetivo, significado, duración, frecuencia temporal (puntual o recurrente), participantes, desarrollo y otros elementos a destacar, como la liturgia. A continuación, abordamos los actos relacionados con la muerte del militar y sus honras fúnebres. La muerte podía ser honrosa o ignominiosa. En el primer caso, comportaba el desarrollo de todo un ceremonial luctuoso. Por el contrario, si el soldado había muerto de forma deshonrosa la liturgia era reducida o, incluso, inexistente. En primera instancia, estos rituales tenían lugar en el contexto del campamento cuando el ejército estaba en campaña. Sin embargo, cuando las familias tenían constancia de la defunción, iniciaban los preparativos para efectuar un funeral en su patria, aunque no dispusiesen del cuerpo del militar caído. Tras la celebración de las exequias, las familias, ayudadas por las distintas asociaciones militares a las cuales los soldados estaban inscritos, erigían tumbas-cenotafio para recordar al ser querido. Los epitafios de estas estelas presentan distintas fórmulas epigráficas para ensalzar las virtudes del soldado, ya que daba prestigio a la familia y a la unidad de la cual el soldado había formado parte. El máximo honor para un militar era ser divinizado, pero esto sólo estaba al alcance de los emperadores. Descartada esta posibilidad, el segundo gran honor para un soldado era obtener un funeral público, y la peor condena era la damnatio memoriae, pues con ella se eliminaba todo cuanto recordara a su persona: imágenes, monumentos, inscripciones, uso de su nombre, etc. Excepto en estos casos extraordinarios, al militar fallecido se le recordaba, como al resto de mortales, en las festividades relacionadas con los difuntos: los Parentalia, los Caristia, los Lemuria, los Rosalia, los Violaria y los Larentalia. A lo largo de la historia vemos que toda organización compleja ha desarrollado una serie de protocolos y ceremoniales para dar solemnidad a sus actos públicos. Con esta tesis queremos demostrar que el ejército romano no fue una excepción.