El homo pugnax en la historia de la psicología de las diferencias humanas

  1. Gómez-Soriano, Rubén
  2. Blanco Trejo, Florentino
Revista:
Revista de historia de la psicología

ISSN: 0211-0040

Año de publicación: 2003

Volumen: 24

Número: 3-4

Páginas: 597-610

Tipo: Artículo

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Resumen

Todo discurso psicológico descansa sobre, y al mismo tiempo promueve, una cierta antropología (Blanco, 2002). El homo pugnax (Barnett, 1988) es tal vez uno de los núcleos antropológicos más influyentes en la esfera de la cultura psicológica contemporánea. La idea de que la naturaleza humana descansa en un impulso egoísta ligado a la preservación de los intereses individuales o colectivos (el gen egoísta, la mentira como matriz de la psicologización, y así sucesivamente) tiene una larga historia en la cultura occidental, desde la Grecia clásica hasta la Filosofía de la Historia y la Antropología kantianas. Pero el verdadero impulso a esta figura antropológica del homo pugnax lo ejerce el advenimiento a mediados del siglo XIX de la teoría de la evolución y del cluster teórico asociado al desarrollo del liberalismo económico (evolucionismo social, demografía, sociologías evolucionistas, psicologías, etc.). Las psicologías evolucionistas o de la adaptación funcionan como el motor de la traducción de esta imagen del hombre al dominio de la subjetividad. Las funciones psicológicas empiezan a ser concebidas bajo el telón de fondo de la alegoría del struggle for life. Desde entonces, mostrar o demostrar que una función psicológica tiene valor adaptativo (a veces de manera más bien oscura) se ha convertido en el visado que permite franquear la frontera del discurso científico oficial. En este trabajo nos proponemos mapear la extensión de la antropología del homo pugnax en el seno de la tradición díferencialista, analizando su tropología (metáforas, analogías, alegorías) y su retórica, es decir, los dispositivos lingüistico-pragmáticos que la hacen viable, y la estética implicada.