La anticipación del tiempo en la estética contemporánea (formas de construcción, reproducción y recepción de la imagen en el siglo XX)

  1. Caballero Roldán, Tomás
Zuzendaria:
  1. Montserrat Galcerán Huguet Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid

Defentsa urtea: 1998

Epaimahaia:
  1. Ana María Leyra Soriano Presidentea
  2. Jose Luis Pardo Torío Idazkaria
  3. Sagrario Aznar Almazán Kidea
  4. Eduardo Rodríguez Merchán Kidea
  5. Miguel Morey Farré Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

Desde siempre, el tiempo y la sensibilidad de la imagen han sido regulados de formas muy diversas: en la eliminación iconoclasta, en la solidez referencial o en la testimonialidad naturalista tenemos buenos ejemplos de esa imagen marginal, sometida a la fuerza del sentido o del concepto. Será con el nacimiento de la imagen fotográfica cuando el iluminismo visual inicie ya nuevas relaciones con la imagen, pero no será, sin embargo, este movimiento de renovación el que libere a la imagen de su uso objetivista. La imagen técnica mantendrá de partida unas continuidades con la tradición, positivizando sus aristas, y extendiéndose consiguientemente hacia una nueva optimización de su mecanismo aditivo y positivista que vendrá a encontrarse con la paradójica "funcionalidad" estética de nuestra época contemporánea, una esteticidad "funcional" que incluye a las vanguardias como instrumento válido para su propia capacidad de previsión y cálculo. Estética y ciencia se unen en la imagen técnica. Sin embargo, no será la inevitable versatilidad visual de la imagen técnica, abierta a una nueva complicidad con el tiempo y el espacio -pero incapaz de superar su potencia comunicativa-, la que nos impulse cada vez más hacia el laberinto de una sensibilidad asocial -o profundamente fugaz y transitoria-. La actual crisis representacional es útil a la sociedad actual, como lo era, y es, su propia continuidad con la tradición: a la estética social de la imagen técnica se enfrenta ya la fusión de una matemática especulativa y de una tecnología panóptica capaces de llegar a los rincones más escondidos de la imagen, cómplices de su resistencia, construyendo una anticipación del tiempo y de la sensibilidad estética sin precedentes en la historia. A la estética de lo social se enfrenta un organicismo esteticista totalmente complementario con las viejas técnicas de normalización de la imagen. Un esteticismo que, lejos de una supuesta liberación sensible contemporánea, operará ya con el doble experiencial del cuerpo, hiperrealizado y matematizado para su integración global. El cuerpo, como argumento presente-ausente en toda la tradición estética, se convierte ahora, de nuevo, en el testigo o interlocutor de una sensibilidad que mantiene intactos sus anhelos sociales y personales, conectando sus nuevas virtualidades con la eterna magia alegórica de la imagen